domingo, 2 de abril de 2017

Cuba e Israel

Cuba e Israel
[02-04-2017 04:27:01]
Pedro Corzo
Escritor, Periodista y Editor

(www.miscelaneasdecuba.net).- Entre Israel y Cuba, tanto en geografía
como en historia hay muy pocas semejanzas. En términos geográficos las
diferencias no pueden ser mayores y en la historia no existen
particularidades que los aproximen.
Sin embargo, en lo que respecta a los pueblos si hay vivencias
y experiencias que aunque padecidas o protagonizadas en
períodos distintos tienden a presentar una cierta analogía.

Cuba e Israel han estado sometidos por igual a la voluntad de
poderes imperiales. Han sido encrucijada y meta del quehacer humano
y catalizadores de cambios sociopolíticos que trascienden sus
humildes fronteras.

Pero curiosamente la relación de estos dos países con las
potencias imperiales no se han producido únicamente en un plano
dependiente ya que han sido capaces de involucrarlas en sus asuntos
domésticos tanto para lograr objetivos internos, cómo para asumir
posiciones protagónicas en el ámbito internacional que no habrían
ocupado por sus propios medios.

Los proyectos hegemónicos no son ajenos a ninguno de los dos
pueblos: Israel desarrolló su influencia sobre un área de notable
extensión en la antigüedad y en la actualidad pretende conservar o
incrementar ese predominio adecuándolo a las normas contemporáneas de la
civilización.

De la vocación hegemónica de Cuba se puede escribir mucho. Su territorio
fue punto clave en la conquista de Méjico y en la posterior conquista y
colonización de América. Criollos participaron en la penetración
española en los hoy Estados Unidos y particularmente en la Florida, es
una verdad histórica que Cuba y los cubanos auxiliaron en alguna medida
a los independentistas de las nación de las barras y las estrellas.

También es interesante hacer notar que Israel y Cuba han sido
pioneros en la tarea de promocionar modelos políticos y culturales, con
todo lo que se deriva de ellos, en áreas geopolíticas que son
históricamente adversas a los mismos.

La nación judía es promotora de la democracia y el estado de derecho, y
defensora de las libertades civiles y religiosas en zonas donde la norma
se sitúa entre el absolutismo y la dictadura militar, en un espacio
geográfico y cultural donde la autoridad se funda o se organiza en
cuarteles-iglesias, por lo tanto Israel, sin ser un estado perfecto, es
una herejía socio-política en el llamado Medio Oriente.

Cuba es también un centro herético en América. En la isla los derechos
son conculcados de manera sistemática e institucional. La dictadura
ideológica, en su manifestación más atroz, el totalitarismo, rige los
destinos del país y su gente.

A pesar de una similar herejía en relación a sus respectivos entornos,
entre Israel y Cuba hay sólidas y profundas diferencias en la filosofía
de gobernar.

Israel es un país que ha confrontado varias contiendas bélicas desde su
fundación y numerosos conflictos militares que aunque no se califiquen
como guerras no han dejado de ser experiencias traumáticas y costosas en
vidas y recursos.

Es una nación que sufre acoso permanente por parte de sus vecinos. Ha
estado sometida a verdaderos aislamientos internacionales y donde el
terrorismo se manifiesta cruel y regularmente, y como si todo esto fuera
poco, el estado israelí alberga dentro de sus fronteras a centenares de
miles de personas que potencialmente recusan al estado nacional judío.

Sin embargo, a pesar del acoso y la inestabilidad en el aspecto interno
y externo el gobierno de Jerusalén a diferencia del de Cuba asume una
conducta que garantiza las libertades religiosas, de expresión,
económicas y de movimiento; permite la existencia de partidos políticos
aunque estos rivalicen con el estado, produce elecciones periódicas
totalmente transparente y ningún liderazgo, incluyendo los fundadores
del moderno estado israelí, fueron omnipotentes y menos aun,
sintetizaron con su voluntad y acciones la conciencia de la nación como
lamentablemente ocurre en Cuba.

Entre el gobierno israelí y el cubano existen sólidas diferencias
pero estas se manifiestan con particularidad en el concepto y uso
del poder; Israel, a pesar de sus serias crisis militares y políticas
es un estado democrático y el de La Habana, en contraposición, se ha
transformado en un sultanato con su propia teología del poder que es
capaz de crear demonios para no dejar de amenazar con un implacable
infierno.

Source: Cuba e Israel - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/58e061753a682e0ab89abbe8#.WOECR_l976Q

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