miércoles, 1 de marzo de 2017

Hierbas no, carne sí!

¡Hierbas no, carne sí!
Ir a La Habana a pedirle a los cubanos que no coman carne es, cuando
menos, un despropósito
Miércoles, marzo 1, 2017 | Jorge Olivera Castillo

HARVARD, Estados Unidos.- Ir a La Habana a abogar por un trato ético a
los animales y a incentivar a los capitalinos al consumo de vegetales es
un despropósito que seguramente aumentará los reconcomios y las burlas
de los eternos moradores de las cuarterías y de esos edificios
vapuleados por la erosión.

Precisamente eso son los objetivos de PETA, una organización
estadounidense cuyas representantes se pasearán por algunos recovecos de
la ciudad en bikinis confeccionados con hojas de lechuga, a la vez que
alimentarán a los perros callejeros que se encuentren en su periplo por
la calles llenas de baches, escombros y ríos de aguas albañales.

La agenda no es para nada cuestionable. El disparate radica en ese tipo
de promoción en los predios de un país donde los vegetales y las
hortalizas son productos que se "miran, pero no se tocan", no por ningún
decreto del Ministerio de Comercio Interior sino por la humillante
combinación de precios de vértigo y pésima calidad.

Además los hábitos alimenticios del cubano promedio poco tienen que ver
con menús donde predomine el verde. Las preferencias se decantan por el
rojo y nada que ver con tomate, rábano o remolacha. La carne de res en
sueños, pues un kilogramo puede alcanzar hasta 20 dólares, lo que
equivale al salario promedio, y la de cerdo a consumir después de un
exhaustivo análisis del presupuesto familiar.

En cuanto al respeto por los animales , la indiferencia amenaza con
acaparar las actitudes de una población cuyas justificaciones para tener
animales en la casa se centra en la idea de que terminen fritos o asados
sobre la mesa.

Muchos de los que tienen mascotas, salvo excepciones, protagonizan
hechos abiertamente abusivos que van de los golpes a una precaria
alimentación. El epílogo de esas convivencias es el abandono. Centenares
de perros y gatos sobreviven en la intemperie y llenando sus estómagos
con los desperdicios que encuentran en los desbordados tanques de basura
que adornan muchas esquinas en casi todos los municipios.

Las pegatinas y las exhortaciones de las damas de PETA a llevar una
dieta sana, caerán de inmediato en el olvido. Los llamados al trato
civilizado a los animales domésticos, tampoco tienen cabida en un
contexto dominado por la máxima de "sálvese el que pueda".

La supervivencia ha echado las bases para un pragmatismo, que pasa por
lo carnaveslo y termina en conductas que denotan las aristas de un
salvajismo al parecer irremediable.

Termino con un axioma que escuho a menudo en el vecindario y que
ilustra, más allá de las respetables preferencias culinarias de cada
cual, el rechazo a consumir vegetales.

"Las hierbas son para los chivos. A mí que me den carne y si es de vaca,
mejor".

(Jorge Olivera, periodista independiente que reside en La Habana, se
encuentra de visita en Estados Unidos)

Source: ¡Hierbas no, carne sí! CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/facebook/hierbas-no-carne-si/

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