martes, 14 de febrero de 2017

Taxistas, pasajeros y la manipulación del gobierno

Taxistas, pasajeros y la manipulación del gobierno
El Partido Comunista no soluciona el endémico desbarajuste del
transporte nacional y para desviar el descontento enfrenta a la
población con los transportistas privados
Lunes, febrero 13, 2017 | Miriam Leiva

LA HABANA, Cuba.- Una fila de ómnibus esperaba a los pasajeros que,
distendidos por la inusual facilidad de transporte, subían hasta
completar los asientos. Luego otros relajados decidían ir de pie ese
viernes 10 de febrero, primer día abierta al público la XXVI Feria
Internacional del Libro. El recorrido sería corto con la agradable
brisa marina desde las calles Cárdena y Montes hasta las Fortalezas
Morro y Cabaña.

Como ya otros febreros, miles de cubanos disfrutan esa transportación,
muchos puestos de comida y un amplio parque de diversiones infantiles,
que debería ser usual en Cuba al cabo de 58 años del "gobierno para el
bienestar del pueblo". No obstante, constituyen los atractivos
fundamentales para que las autoridades muestren la supuesta avidez por
los libros y la lectura, sobre todo los sábados y domingos durante 10
días, a los visitantes extranjeros y mediante los medios de divulgación
internacional.

Al regresar del alegre murmullo en la Fortaleza de la Cabaña, descendí
del autobús en el Parque Central, usualmente concurrido por turistas
rodeados de cubanos amables o apresurados para atrapar una guagua. En
las aceras de ambos costados de la avenida del Prado me sorprendió ver
tantas personas que con desesperación trataban de lograr que un taxi
privado, conocido como almendrón, se detuviera y llevara a su destino.
Pregunté qué ocurría, y alguien atribulado contestó: "¡No hay
transporte!" "Pasan almendrones", riposté. "Sí, pero no paran o
responden que no van para allá", dijo. Continué caminando hasta la
esquina de Prado y San Rafael, donde usualmente los almendrones recoger
a quienes nos atropellamos, gritando la ruta deseada para poder
abordarlos. Idéntico panorama encontré allí. Caminé frente al Capitolio,
crucé hacia el Parque de la Fraternidad para procurar una guagua. Las
colas eran enormes. Usualmente lo son a esa hora, pero a las 6:30 esta
tarde eran mayores.

Incapaz de brindar un eficiente servicio de transporte en La Habana, el
gobierno desvía el descontento de los cientos de miles de personas que
diariamente esperan mucho tiempo, funden sus cuerpos y comparten calor y
enfermedades en los repletos ómnibus, hacia quienes durante decenios,
con grandes dificultades, han dado la posibilidad de llegar al trabajo,
centros de estudio, oficinas de largos y demorados trámites
burocráticos, actividades culturales, visitas a familiares, reuniones
con amigos y escasas opciones recreativas. Entre los choferes pueden
encontrarse ingenieros, abogados y de muchas otras profesiones, cuyos
ínfimos salarios del Estado no alcanzan para cubrir las necesidades
vitales mínimas. Los abusos y el maltrato a los clientes existen, como
en todo el mundo, así como la música estridente y las respuestas
inadecuadas. Pero la mayoría cumple una encomiable función social.

El gobierno de la capital emitió una nota de prensa, publicada el jueves
9 de febrero, donde informó que "por el Acuerdo 185/2016 del Consejo de
la Administración Provincial de La Habana, de fecha 14 de julio de 2016,
se acordó no permitir el incremento de los precios referenciales máximos
que venían cobrando hasta el 1 de julio de 2016, y ante la necesidad de
proteger a la población por el fraccionamiento de las rutas de los
trabajadores por cuenta propia con Licencia de Operación del
Transporte". Se estipulaban los precios preferenciales de las rutas
según los tramos intermedios.

Al parecer el disgusto de la población afectada por la carencia de
transporte y los taxistas motivó que el sábado 11 de febrero los
noticieros de la televisión nacional al mediodía y la noche, presentaran
reportajes con entrevistas a Tatiana Viera, vicepresidenta de
Fiscalización y Control del Consejo de la Administracion Provincial,
quien insistió en que la evaluación realizada de los seis meses
transcurridos desde julio de 2016 cuando se dictó la Resolución No.185,
evidenció violaciones en el cobro por tramos intermedios, pues solo se
habían precisado los corredores de principio a fin, y que algunos
transportistas han incurrido en violaciones a pesar de haber sido
apercibidos e incluso son reincidentes.

La funcionaria reiteró que hay un cuerpo de inspectores que ya ha salido
a la calle como en julio y agosto de 2016, acompañados por miembros de
la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y están en esos puntos
intermedios; la población puede acudir a ellos y también a las oficina
de trámites o la estación de policía para presentar denuncia con efecto
legal aportando el número de chapa del auto. También anunció que se ha
evaluado un grupo de medida por el Consejo con los organismos centrales
del estado para mejorar la transportación complementaria de la
población, que se irán aplicando con el Ministerio de Transporte y la
dirección del país.

Por su parte el Director General de Transporte expresó que se requieren
1 200 ómnibus diarios y solo tienen el 50%. Manifestó que violadores han
sido sancionados, pero es difícil controlarlo con sistematicidad.

La periodista narró que más de 360 000 pasajeros son asumidos por esos
cuentapropistas diariamente y el transporte público aun no responde a la
demanda, pues mueve 1 150 000 pasajeros diariamente para una población
de más de 2 millones de habitantes. Añadimos además los miles de la
población no declarada y visitantes, entre ellos quienes se desplazan
por La Habana para procurar alimentos escasos en sus pueblos, vender y
realizar gestiones.

En el artículo "Trabajamos para la protección de la mayoría", el
semanario Tribuna de La Habana, órgano del Comité Provincial del Partido
de la capital, el 12 de febrero, publicó una breve entrevista a la
vicepresidenta provincial Tatiana Viera, quien adujo que "nuestro primer
encargo estatal y moral es precisamente la protección del pueblo, donde
no queda desprotegido ese trabajador por cuenta propia que es también
ciudadano y sus familias reciben los beneficios del Estado". Como es
habitual, a los cubanos se nos impone agradecer, pero no tenemos la
opción de decidir por quiénes y cómo debemos ser protegidos y beneficiados.

El Partido Comunista y su gobierno no solucionan el endémico
desbarajuste del transporte nacional y para desviar el descontento
enfrenta a la población con los transportistas privados. Sus precios
están altos en relación con los salarios y pensiones insuficientes para
mantener una calidad de vida digna algunos días del mes, como la mayoría
de los precios, incluidos los de las imprescindibles tiendas estatales
recaudadoras de divisas. La demanda en los almendrones persiste a pesar
de su incremento durante los últimos años, cuando el gobierno ha tenido
que abrir la gestión privada. No puede desconocerse los altos costos
para los propietarios, que pagan la licencia, tienen que comprar las
piezas de repuesto, petróleo o gasolina a los elevados precios del
Estado o el mercado informal, mientras el gobierno no oferta servicios
de reparaciones y mantenimiento de los vehículos. Tampoco pueden
excluirse los imprescindibles sobornos a policías, inspectores y otras
personas para evitar multas, decomiso y lograr agilidad en gestiones.

Entre tantas quimeras revolucionarias nos prometieron un metro en la
capital, pero tuvimos pesadas bicicletas chinas, bicitaxis y mucho
caminar. La eternamente renovada crisis económica augura nuevas
dificultades. El caos del transporte no puede resolverse con represión y
manipulación de los cubanos.

Source: Taxistas, pasajeros y la manipulación del gobierno | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/taxistas-pasajeros-y-la-manipulacion-del-gobierno/

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