Deportados en su propio país
En Cuba se viola el derecho a la libertad de movimiento y a elegir el
lugar de residencia dentro de una nación
Viernes, enero 6, 2017 | Víctor Manuel Domínguez
LA HABANA, Cuba.- Yanela Toranzo no fue violada por un traficante de
personas mientras atravesaba la selva del Darién, o al saltar por
cualquier punto el muro que separa México de los Estados Unidos de
Norteamérica. Tampoco cayó al agua desde una patera que transportaba
sirios, iraquíes o libaneses que huían de la guerra, mucho menos
escapaba de la hambruna junto a senegaleses, nigerianos o ugandeses:
ella huyó de la "felicidad" en su natal Cacocum hacia la capital cubana.
Yanela no habla otro idioma, pertenece a otra etnia ni el color de su
piel, orientación sexual ni práctica religiosa difieren del cubano
común; su estigma es no ser oriunda de la Habana, sino del "interior"
del país, de donde han procedido casi todos los mandatarios cubanos
desde el siglo XIX hasta el día de hoy, se han iniciado todas las
guerras, y son traídos los policías, maestros y constructores, para
cubrir el éxodo de sus pares capitalinos hacia el exterior o en busca de
mejores salarios y condiciones de empleo en cada oficio o profesión en
el interior.
Cansada de tanta orfandad económica, falsa unanimidad política y pobreza
cultural disfrazadas de esplendor por la algarabía ideológica y el
tentempié social, atravesó hacinada en un camión los cerca de 800
kilómetros que separan su terruño oriental de La Habana. Con 24 años,
una escolaridad de Nivel Superior, y una licencia para trabajar por
cuenta propia, se decidió a venir.
Entre fronteras
Proposiciones deshonestas, extorsión, y de no acceder, arresto y
deportación hacia el lugar de origen dentro del país, esperan a quienes
se atreven a cruzar la frontera imaginaria que separa La Habana de las
restantes provincias de la isla, sin autorización o trámite oficial. Si
es joven y mujer, peor. De ahí que Yanela y tantas más se sientan parias
en su país, al margen de las leyes que les garantizan la igualdad en la
constitución y otros mamotretos que dictan y regulan las leyes del país,
como si fueran escritas por fantasmas con tinta ilegible y sobre papel
mojado.
La mafia burocrática cubana, amparada en el absoluto control de la
ciudadanía nacional, cobra víctimas de todos los lugares del país. El
tráfico de influencias, la venta de licencias de tránsito o permisos de
residencia transitoria o permanente y trabajo en la capital, son algunas
de las zanahorias delante del garrote migratorio que en Cuba violan el
derecho nacional e internacional a la libertad de movimiento y a elegir
el lugar de residencia dentro de una nación.
Yanela, quien paga 84 pesos al mes por una licencia como Empleada del
hogar (de alcance nacional) a la Oficina Nacional Tributaria (ONAT),
está imposibilitada de trabajar en La Habana por no tener la dirección
de su residencia en la ciudad, y como única opción, debe pagar 100 CUC
por un permiso de residencia transitoria en la capital, 150 al
arquitecto de la familia para que autorice pueda vivir en casa de su
abuelo radicado aquí, prostituirse o retornar a Cacocum.
Mientras Cuba se llena de Yanelas a quienes, sin que suene un tiro, haya
un conflicto religioso o racial, se desate una epidemia, ocurra un
desastre natural o reine la hambruna, se les violan sus derechos y se
les impide buscar la realización personal o prosperidad dentro de la
nación, el canal Tele Sur y su par Cubavisión, en sendos resúmenes
anuales sobre el tema migratorio, no dejan de citar las cifras de miles
de africanos que mueren en el mar durante la evasión.
Según estas telebasuras alineadas en una sola voz sepulcral, todos los
seres humanos tienen el derecho a emigrar y radicarse en el país de su
elección. Los muros y las regulaciones migratorias son aberraciones
mientras no impliquen a ciudadanos de Venezuela y Cuba. ¿Acaso estos
papagayos bolivarianos y revolucionarios de pacotilla, estos
oportunistas ciegos, sordos y mudos por miedo a ser expulsados de
Cubavisión o Tele sur, o ir presos, no ven a los cubanos morir en medio
de la selva, o el Estrecho de la Florida por similar razón de huir?
Entiendo que muchos de estas cotorras y papagayos amaestrados no hayan
visto los cientos de miles de cubanos que -cual yibutienses, etíopes o
afganos que hoy abandonan sus países de origen en busca de una mejor
vida-, dejaron Cuba por Camarioca y se lanzaron por cientos de miles y
en precarias embarcaciones desde el Mariel hacia Miami, o por la misma
vía hacia Guantánamo, travesía en la que han muerto ahogados o en la
boca de los tiburones miles de sus compatriotas de todos los sexos,
color de la piel, extracción social y supuesta ideología.
Entre las espeluznantes imágenes de pateras que, cargadas de niños,
mujeres y ancianos, zozobran en el Mediterráneo, ¿no hay cabida para una
de las tantas balsas rústicas que con la misma composición de viajeros
corren igual suerte, pero en el Estrecho de la Florida? ¿Entre los
atribulados y demacrados rostros que publicitan parados frente a un
muro, atravesando una selva, flotando sus cadáveres sobre el agua,
encarcelados, o deportados, estos espurios y manipuladores medios, jamás
aparecerá uno de los miles de cubanos que corren igual suerte?
Quién sabe si algún día estos patanes arribistas de los medios
revolucionarios escriban la verdad sobre las interminable huidas y
víctimas cubanas que salen de la isla, y apunten sus cámaras fidelistas
y bolivarianas hacia una balsa, el tren de aterrizaje de un avión, un
guacal, una tabla de surf, de planchar y cualquier otro artilugio en que
escapan los cubanos
O tal vez estos adalides de la desinformación mediática o el
linchamiento político de los que no coincidan con su versión, filmen y
realicen, dentro de 20 años, un reportaje fiel sobre los miles de
Yanelas que, como matriuskas tropicales se alinean y arriesgan a cruzar
la selva de papeles, los mares de tinta y las fauces de los burócratas
cancerberos que lucran con la necesidad de cientos de cubanos que
intentan atravesar las fronteras imaginarias de la nación.
Source: Deportados en su propio país | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/deportados-en-su-propio-pais-2/
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