Triste entorno
13 diciembre, 2016 8:43 pm por Santiago Emilio Márquez Frías
Manzanillo, Granma, Dr. Santiago Emilio Márquez, (PD) La Ciudad Pesquera
en Manzanillo, provincia Granma, es una comunidad que se encuentra
formada por casas que hace varios años se construyeron para los
pescadores y de ahí su nombre.
Son pocas las edificaciones que guardan su estructura original y se
encuentran arregladas y pintadas; la mayoría, dada la falta de recursos
económicos, se ha ido deteriorando y han perdido su forma original.
Hay algunas que por el crecimiento del núcleo familiar, han sido
divididas, convirtiéndose en verdaderos albergues.
Tiene que haberse hecho una gran inversión para la reciente
construcción, cerca de allí, de una delegación policial, con muros de
unos 3 metros de alto y una sola entrada, que muchos identifican como
una cárcel. En su construcción hubo derroche de materiales.
El gobierno municipal no escucha las quejas de los pobladores de la
Ciudad Pesquera.
Otro sitio bien conocido en Manzanillo es Cantarrana, a la que llaman
Mierda Seca por la cantidad de casas de adobe (tierra amarilla y
piedras) que están allí enclavadas.
Situada cerca del litoral y bañada por las aguas del Golfo de
Guacanayabo, el salitre del mar penetra las paredes y las corroe poco a
poco.
Son casitas de una habitaciones que sirven de sala, cocina y baño,
habitadas por varias personas. y un espacio.
Varias de las casitas, levantadas por sus pobladores hace más de 20
años, están hechas de latón y zinc.
En esos años han pasado más de 12 delegados del Poder Popular y
funcionarios del Partido Comunista que han prometido mudarlos y
entregarles una vivienda cuando se termine la construcción de algunos
edificios.
Los llaman ilegales, pero pagan sus cuotas a los Comité de Defensa de la
Revolución (CDR) y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Para eso, no
los consideran fuera de la ley.
El delegado del Consejo No.1, Alfredo Corrales, en su agenda para la
población solo tiene palabras de aliento y esperanza, pero los
residentes del lugar están cansados de oír esas palabras.
A Víctor Manuel Rosales Castillo, jubilado con 270 pesos cubanos
mensuales (unos 11 dólares) un ciclón le tumbó su casa y los vecinos le
levantaron un cuarto de lata para que no durmiera a la intemperie. El
contador de la electricidad se le quemó y un inspector de la Empresa
Eléctrica se lo llevó y nunca más se lo instalaron, por lo que carece de
electricidad. Tampoco dispone de baño ni agua potable.
Una vez al día, Víctor Manuel, que no se acuerda de su edad, hace una
comida frugal, acompañado por sus dos perros, muy flacos, cerca de lo
que en un tiempo fuera su casa.
El delegado, para justificarse, alega que es imprescindible la propiedad
de la casa que perdió para poder llevar a cabo el trámite de gestionarle
en la Dirección de Vivienda un lugar para residir. Esto paraliza todas
sus posibilidades porque el anciano no posee ningún documento del lugar
donde vivía.
Sin lugar a dudas, el problema de la vivienda es una de las situaciones
críticas que existen en el país, lo que se agrava debido a la desidia de
las autoridades.
Lograr mejorar las pésimas condiciones de vivienda de un grupo bastante
grande de personas en toda Cuba depende de la voluntad política los que
dirigen el país, pero es precisamente eso lo que no existe.
comuni.red.comunitaria@gmail.com; móvil: +53523574953; Santiago Emilio
Márquez
*Red Cubana de Comunicadores Comunitarios
Source: Triste entorno | Primavera Digital -
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