Llanto por el tabaco
HILDEBRANDO CHAVIANO MONTES | La Habana | 15 de Octubre de 2016 - 10:00
CEST.
"Solo en la vuelta de un año —del 1 de abril del 2015 al 31 de marzo del
2016—, en el sector tabacalero se contabiliza una afectación total de
129.595.346 dólares", así reza en un artículo aparecido en el diario
Granma el pasado día 12 de octubre (fecha histórica invisibilizada en
Cuba quién sabe por qué oscuras razones).
De esa cifra, 124.150.000 dólares se atribuyen a la inaccesibilidad
cubana al mercado estadounidense. Otros perjuicios se deberían a "las
importaciones de mercancías, materiales de empaque, auxiliares, piezas
de repuestos y otros aprovisionamientos necesarios en la industria de
cigarrillos y de tabacos mecanizados".
¿Qué pensaban los revolucionarios de la Sierra Maestra cuando
expropiaron a las compañías norteamericanas en medio de una euforia
triunfalista? ¿Acaso creyeron que aquello no tendría consecuencias?
El reclamo, o más bien el clamor incesante de tener acceso al mercado
norteamericano, ya parece más el llanto desconsolado por una limosna que
la exigencia de un derecho. La súplica por vender a los norteamericanos
un poco del dañino producto los lleva a declarar como perjuicios lo que
no se puede contabilizar, porque los sueños y las pretensiones no
cuentan en las estadísticas. Es una vieja costumbre de los ya no jóvenes
revolucionarios, sacar cuentas de "gran capitán" como decía mi abuela,
por eso al final todas las tierras intervenidas que iban a producir
leche y miel solo dan marabú, los almacenes confiscados están vacíos y
los ingenios azucareros nacionalizados no dan azúcar.
Al ser los dueños de todo y querer ganarlo todo, los gobernantes
revolucionarios (les gusta llamarse así) lo han perdido todo empezando
por la credibilidad. Acusar al embargo de ser responsable por la pérdida
de un dinero que nunca existió sino en las cabezas calenturientas y
canosas de unos burócratas revolucionarios, da risa. El tabaco que le
quieren cobrar a EEUU ya se lo vendieron a los europeos bien caro.
Si la cercanía geográfica ahora es reconocida oficialmente como una
ventaja, en las escuelas enseñan que es un peligro tener al enemigo
imperialista a 90 millas de nuestras costas. Solo Nikita Jruschov lo vio
alguna vez ventajoso, por aquello de los cohetes.
El embargo o bloqueo, como más les guste llamarlo, surgió como una
contramedida a las nacionalizaciones, y no tuvo que ver siquiera con las
ejecuciones sumarias de los primeros años de la Revolución.
Por eso, mientras los norteamericanos no obtengan ventajas económicas en
la comercialización de los tabacos cubanos, poco les importa todo lo
"icónicos" que puedan ser para las tradiciones de la Isla o el
controvertido "deleite hecho en Cuba" y "la añoranza recurrente por un
puro". Estas últimas expresiones de la periodista constituyen todo un
comercial de lo más cursi que se pueda encontrar.
La única petición recurrente de los vecinos del Norte es tener libre
comercio con los cubanos sin la intermediación del Estado revolucionario
porque en aquel país, según el propio diario Granma en su edición del
pasado 13 de octubre, se consumen más de 250 de los 400 millones de
tabacos premium exportados.
De levantar el Gobierno cubano el bloqueo que mantiene sobre los
productores y comerciantes nacionales, el fin del embargo estadounidense
sería cuestión de trámites. Está demostrada la poca confiabilidad del
Estado cubano como monopolio comercial, y tanto los empresarios
norteamericanos como los políticos están convencidos que en las
condiciones actuales que rigen el sistema de producción y comercio de la
Isla, el levantamiento del embargo comercial y financiero no traerá
beneficios económicos ni al pueblo cubano ni a los empresarios de
aquella nación que siempre estarán en riesgo de convertirse en
acreedores eternos del Estado revolucionario.
Como los habanos, la economía de Cuba en manos de la burocracia
revolucionaria y comunista, se convierte en humo y cenizas.
Source: Llanto por el tabaco | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1476473168_26019.html
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