martes, 12 de julio de 2016

Orquídeas, el tráfico de especies en Cuba

Orquídeas, el tráfico de especies en Cuba
JORGE GUILLÉN, Soroa | Julio 12, 2016

Un olor a chocolate invade todo el patio. La pequeña orquídea Encyclia
phoenicia ha florecido y su peculiar aroma la coloca entre las
preferidas del mercado furtivo de especies naturales en Cuba. Los
cultivadores la llevarán a las cercanías de sitios turísticos para
venderla y quizás termine en la terraza de algún nuevo rico o al otro
lado del Atlántico.

Con la reapertura de la Isla al turismo internacional, en la década de
los noventa del siglo pasado, aumentó el número de visitantes en el área
de Soroa, en la provincia de Artemisa. La belleza del lugar, su
ubicación en las montañas de la Sierra del Rosario y la presencia de un
orquideario con más de 20.000 ejemplares, le han valido su inclusión en
las más famosas guías de viaje.

Con el incremento de visitantes en el último año, los pobladores de
Soroa ampliaron sus ofertas legales e ilegales dirigidas a los viajeros.
Las casas de rentas de habitaciones proliferan, mientras las paladares
clandestinas se esconden entre la exuberante vegetación y las
irregularidades de la cordillera. Las redes informales ofertan desde
artesanía local hasta especies autóctonas de la flora y la fauna.

Las orquídeas resultan el plato fuerte de ese entramado furtivo de
compra y venta. Las mejor valoradas son las variedades nativas, de las
cuales existen unas 300 en todo el país. Muchas de ellas han sido
declaradas en peligro de extinción por los especialistas de la Sociedad
Cubana de Botánica (Socubot).

El premio gordo radica en llevarse a casa una de las dos orquídeas
recién descubiertas en la Isla por científicos españoles. La Encyclia
navarroi y la Tetramicra riparia están ahora mismo en el centro de los
deseos de los coleccionistas, pero variedades como la Zapatilla de la
Reina y la Catleya siguen ganando las preferencias en los adornos
florales y el mercado nacional.

Mientras más difícil de cultivar sea una orquídea, más cara se venderá.
Esta máxima que ha obligado a los floricultores ilegales a volverse más
sofisticados en las técnicas y más atrevidos en los engaños.

La estrecha carretera a Soroa alberga al menos 15 puntos no estatales de
venta de orquídeas. Es un negocio en las sombras, sin carteles ni
anuncios. Ninguno de los implicados tiene una licencia para
comercializar plantas, ni levantar un vivero para esa aristócrata de las
flores. Su plantación y mercadeo llega a ser por momentos tan perseguido
como gestionar una plantación de marihuana.

Las familias cerca de la vía cuelgan en sus portales las plantas a la
venta, pero fingen que solo están ahí para decorar sus modestas
viviendas. Los interesados preguntan y solo entonces se establece el
precio del ejemplar, que oscila entre 10 y 50 CUC, en dependencia del
tamaño de la planta, la vitalidad de sus raíces, el tiempo que lleva
sembrada y si tiene flores.

Los vendedores ambulantes se colocan en diferentes puntos de las
carreteras para ofrecer frutas a los turistas. Adornan con orquídeas sus
carritos cargados de plátanos y piñas, que en realidad son su fuente
principal de sustento. Con la llegada de un inspector arguyen que se
trata solo de algo "para alegrar" a los clientes que vienen en busca de
guayabas o guanábanas.

Roberto es un joven ingeniero forestal que cultiva plantas ornamentales
junto a su madre. "Con el dinerito que hacíamos de la venta de las
orquídeas me pagaba mis viajes y comidas en la universidad", recuerda
este joven. "Pero todo se puso malo y varias veces tuve que correr
delante de la policía", asegura.

El jefe de los guardias forestales visitó la casa de Roberto y les
advirtió de que sabía que vendían orquídeas que cultivaban en un vivero
alternativo en su patio. Aquella conversación incluyó una amenaza de
"una multa de 1.500 CUP y la confiscación de todas las plantas", por lo
que la familia decidió salir del negocio.

No importa si las plantas no han sido sustraídas de la naturaleza ni
arrancadas de su hábitat, la orden desde arriba es que ningún lugareño
–con excepción de Ángel Ferro, antiguo trabajador del orquideario– puede
comercializar la reina de las flores, denuncian varias fuentes
consultadas por este diario.

El orquideario no tiene ejemplares a la venta, solo en exposición, una
carencia que ha potenciado la venta ilegal. El hermoso lugar, construido
en 1943 por el abogado de origen canario Tomás Felipe Camacho bajo el
nombre de Rancho Pilila, se ha recuperado lentamente de los daños
ocasionados por dos huracanes en 2011.

Raúl Martínez, director de la oficina de trámites de licencia a
trabajadores por cuenta propia, asegura que existe un permiso para
"productor vendedor de plantas", en el que se incluye la
comercialización de orquídeas. El funcionario aclara que "hay especies
que los guardias forestales prohíben vender".

Esta información contrasta con las declaraciones de Jorge Martínez, jefe
del grupo de guardabosques de la zona. El hombre cuenta a 14ymedio que
conoce la licencia de productor vendedor de plantas, pero esta se
refiere solo a las que son "ornamentales". Sin embargo, "las orquídeas
están prohibidas o restringidas pues para obtenerlas hay que tener un
vivero y estar vinculado a la Academia de Ciencias de Las Terrazas", una
comunidad turística rural cercana. Explica también que esos permisos son
otorgados en La Habana.

Las prohibiciones no disuaden a los vendedores furtivos. Los alrededores
de la gasolinera del poblado de Candelaria se llenan cada día de esos
comerciantes de los pétalos y los bulbos. Hay todo tipo de maravillas y
de embustes. Desde mundanos curujeyes a los que se le colocan flores de
una orquídea para venderlos como tal, hasta plantas recién pegadas a un
tronco que tendrán pocas probabilidades de sobrevivir.

Como todo negocio ilegal, las posibilidades de resultar estafados son
altas, pero también de llevar a casa una maravilla, una tierna planta
que desafía con su belleza a perseguidores y perseguidos.

Source: Orquídeas, el tráfico de especies en Cuba -
http://www.14ymedio.com/nacional/Orquideas-trafico-especies-Cuba_0_2033796601.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario