lunes, 4 de julio de 2016

El nuevo arzobispo de La Habana y el vericueto mental

El nuevo arzobispo de La Habana y el vericueto mental
¿No es permanecer en el pasado cuando se busca mantener un sistema
político que ya es pasado para los países de Europa donde existió?
Félix Luis Viera, México DF | 04/07/2016 9:54 am

Creo que salimos de un arzobispo medio bitongo pero que tenía su encanto
al hablar y gesticular de tan dulce manera y que, además, no obstante la
alcurnia que se daba, por ejemplo, al referirse al poco nivel cultural
de algún disidente o "revoltoso" cubano, pues... sabía negociar con el
Gobierno de la Isla; sabía Jaime Ortega Alamino hacer sus guiños para
aquí y para allá...
Salimos de Ortega Alamino, decía, para caer ahora en manos de un
muchachón que viene lanzando la bola por el mismo medio: monseñor Juan
de la Caridad García no desea que en Cuba "haya un capitalismo ni nada
por el estilo, sino que el socialismo progrese". De esta forma la
población cubana iría "hacia adelante [y se convertiría] en una sociedad
justa y equilibrada y de hermandad". Esto lo expresó recientemente el
flamante arzobispo en una reciente entrevista para la Associated Press.
Según los datos que tengo, monseñor Juan de la Caridad García nació en
1948, de modo que cuando triunfó la revolución cubana, él contaba con 11
años de edad. Así, no tengo dudas de que el nuevo arzobispo, allá en su
niñez camagüeyana, escuchó muchas, muchísimas veces, lo mismo que ahora
él está pidiendo: "una sociedad justa y equilibrada", "un socialismo" en
progreso.
Estos logros entonces se daban por seguros, a corto y a mediano plazo,
¿verdad?
Pues bien, lo dicho por monseñor Juan de la Caridad en la entrevista
referida es, como diría el borrachín del cuento: "lo mismito del año
pasado". O aun podríamos aplicar una paráfrasis: "Lo mismito del siglo
pasado".
Me surge una pregunta: ¿es importante lo que desee o no para el pueblo
cubano el arzobispo Juan de la Caridad?
En mi opinión, no. A mí me importan tres timbales lo que él desee o deje
de desear.
Y lo mismo, estoy seguro, expresaría el pueblo de Cuba. Solo
necesitaríamos que le preguntasen. Que se llevara a cabo un referéndum,
una encuesta o algo así y veríamos que la toma de posición política
—porque eso y no otra cosa es— de monseñor Juan de la Caridad no le
interesa para nada a la población de la Isla.
Me refiero, naturalmente, a ese cubano de a pie que no goza de los
mismos privilegios de techo, comida y vino tinto que para el nuevo
arzobispo son el pan nuestro de cada día.
Por otra parte, en la entrevista aludida, monseñor Juan de la Caridad
García expresa: "Siempre hubo personas fieles, que se quedaron a pesar
de las grandes dificultades al inicio de la revolución".
¿De dónde habrá sacado monseñor este dato? Nadie sabe. Seguramente de
vecinos, padres de sus condiscípulos, parientes, etcétera, que "se
quedaron no obstante las grandes dificultades al inicio de la
revolución". De cualquier manera esto es muy elemental, algo así como un
calzo vano para reforzar un argumento igual de vano.
En la expresión citada es imposible dejar de resaltar "hubo personas
fieles" —el subrayado es mío—, ¿fieles ante quién?, ¿ante Dios?, ¿ante
la Revolución?... Pues... ubico este dicho en los inicios de la década
de 1960 y, de verdad de verdad, me confundo soberanamente.
Sin embargo, el verdadero jonrón lo conecta monseñor Juan de la Caridad
García cuando sentencia: "No se puede vivir en el pasado".
Pero resulta que antes ha dicho que no desea el capitalismo para Cuba.
¿Y entonces? ¿No es, más que volver al pasado, permanecer en el pasado
cuando se intenta la mantención de un sistema político que ya es pasado
para los países de Europa donde existió?
¿No sería posible, entre todos los cubanos, retomar el capitalismo y
asumir "una sociedad justa y equilibrada y de hermandad".
Yo creo que sí.

Source: El nuevo arzobispo de La Habana y el vericueto mental -
Artículos - Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/el-nuevo-arzobispo-de-la-habana-y-el-vericueto-mental-325933

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