Ana Belén Montes, la Mata Hari de Fidel Castro
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Los atentados del 9/11 troncharon la carrera de la espía del régimen
cubano en los servicios de inteligencia del Pentágono. Ella no podía
estar en la planificación de la guerra contra el terrorismo.
Le decían la Reina de Cuba, en los pasillos de la Agencia de
Inteligencia de la Defensa (DIA), ella era citada para explicar,
exponer, detallar o planificar cualquier tarea sobre Cuba. Tras pasar
por el Departamento de Estado, entro en 1985 a laDIA y allí se convirtió
en la analista principal sobre temas cubanos.
La detención de la espía cubana Ana Belén Montes se precipitó tras los
ataque terroristas del 9/11. La analista de inteligencia del Pentágono,
había sido asignada a una fuerza de tarea que se reuniría el sábado 22
de septiembre, diez días después de los atentados, para elaborar el plan
de la Operación Libertad Duradera (Operation Enduring Freedom).
Los órganos de defensa e inteligencia de EEUU no podían darse el lujo de
que la espía de Castro pasara información a La Habana y después fuera a
las manos de Pekín, Rusia, Irán o Corea del Norte.La venta de
información secreta es una de las fuentes principales de finanza del
régimen cubano, dicen los expertos y agentes del contraespionaje
estadounidense que participaron en un capítulo de la serie Declassified
(Desclasificado), de la cadena de televisión CNN, dedicada a la espía de
La Habana. Entre los participantes de la serie estuvo Chris Simmons, ex
oficial de la DIA y su colega Scott Charmichael, así como el agente del FBI.
Hacía meses que era vigilada por el Buró Federal de Investigaciones y la
Agencia de Inteligencia de Defensa. Aunque había evidencias de sus
actividades de espionaje, planificaban detenerla en uno de los instantes
en que ella estuviera pasando información al régimen de La Habana. Los
acontecimientos del 9/11 precipitaron su arresto.
Tras recibir autorización judicial, el FBI grabó las conversaciones que
hacía desde un teléfono público en una farmacia, fuera de la ruta
habitual para cubrir la distancia entre su apartamento en Cleveland
Park, en Washington DC y la sede de la Agencia de Inteligencia de la
Defensa (DIA). De esa manera pudieron comprobar las llamadas a un
teléfono en New York, donde en clave pasaba la información a Cuba.
En un viaje que hizo a la Florida, el FBI instalo micrófonos en su casa
y hallo un radio receptor y la computadora que había comprado en CompUSA
por órdenes de La Habana. Y en agosto del 2001 se inventó una
conferencia donde ella sería la expositora principal, dejando su cartera
en el escritorio, y los agentes del FBI revisaron detalladamente la
misma para encontrar las contraseñas para los mensajes cifrados.
A pesar de que por seis meses, a razón de 5 a 6 horas diarias colaboró
con los servicios de inteligencia de EEUU explicando los datos que pasó
a Cuba, todavía no se tiene una magnitud exacta del daño que hizo.
En 1994, cuando el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate, uno
de sus colegas, notó con alarma que ella no estaba en el edificio,
cuando más la necesitaban. La Casa Blanca, el Pentágono, el Departamento
de Defensa y otras entidades precisaban de un plan para responder al
derribo de dos avionetas civiles con ciudadanos estadounidenses en aguas
internacionales por parte del régimen de Fidel Castro. La "Reina de
Cuba" no estaba disponible, lo que hizo sospechar al contraespionaje de
la DIA.
La cooperación entre el FBI y la DIA llevo al destronamiento de la reina.
Source: Ana Belén Montes, la Mata Hari de Fidel Castro -
http://www.martinoticias.com/a/ana-belen-montes-mata-hari-9-11/125738.html
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