lunes, 20 de junio de 2016

Yarini, el chulo adorado del cementerio de Colón

Yarini, el chulo adorado del cementerio de Colón
Grandes cubanos enterrados en la necrópolis han sido olvidados, no así
el proxeneta de San Isidro
Lunes, junio 20, 2016 | León Padrón Azcuy

LA HABANA, Cuba.- Mercedes es una devota católica de la iglesia Santa
Catalina de Siena, que se ocupa de rezar en la necrópolis de Colón, en
La Habana, por un grupo de fieles difuntos, así como de atender los
restos de los que, en vida, pertenecieron a su congregación. Ella y su
esposo Antonio van varias veces durante el año a colocar flores en los
nichos de sus padres.

Dentro de ese extenso camposanto hay dos tumbas separadas tan solo unos
escasos metros: la del famoso proxeneta cubano Alberto Yarini y Ponce de
León, ubicada en Calle Quinta y Avenida Obispo Fray Jacinto, y la del
periodista Víctor Muñoz, cuyo panteón se encuentra en la misma avenida
antes mencionada, pero entra las calles 9 y 11.

Comenta el matrimonio de religiosos que se sintieron algo molestos al
distinguir que, mientras el panteón de Víctor Muñoz, promotor del Día de
las Madres en Cuba, permanece desatendido y sucio año tras año, casi a
punto de desarmarse, el de su coterráneo Yarini, el chulo de San Isidro,
aunque también deteriorado por el paso del tiempo siempre está alegre,
adornado con flores y dedicatorias.

Según expresa Mercedes, "me resultó impresionante ver en diferentes
ocasiones el gran número de muchachas bonitas que visitan la tumba de
Yarini". "Nosotros al principio no queríamos creer aquello, hasta que
nos acercamos a una joven que dijo haber sido recompensada por Yarini
cada vez que le solicitó algo al pie de sus restos.

Continúa explicando Mercedes que la joven, de veintitrés años, arribó a
la capital huyendo de la pobreza en su natal Las Tunas. Tras varios años
trasnochando con turistas, se dio cuenta que necesitaba algo más que el
dinero diario y fue entonces que, siguiendo el consejo de una amiga,
decidió venir al sepulcro de Yarini y le trajo una ofrenda floral.

La muchacha le pidió, con mucha fe, que en su camino pudiera encontrar
un extranjero que la sacara del país. Su ruego, contó, le funcionó a las
mil maravillas, ya que poco después conoció a un italiano del que quedó
embarazada, y partió rumbo a Roma.

Alberto Yarini y Víctor Muñoz fueron, los dos, cubanos. Coincidieron en
época, pero sus vidas marcharon por caminos diferentes.

Alberto Yarini, nació el 5 de febrero de 1882 en La Habana y murió el 22
de noviembre de 1910. Fue un famoso proxeneta que, según sus
contemporáneos, inspiraba miedo a los hombres guapos de San Isidro.

Por su parte, Muñoz nació también en La Habana el 1ro de enero de 1873,
y murió el 25 de julio de 1922. Fue un paladín del periodismo cubano, y
defensor de todas las causas justas y nobles. Gracias a su labor
perseverante logró que se instaurara el Día de las Madres en Cuba.

Este reportero visitó en diferentes fechas las tumbas de ambos
fallecidos y, efectivamente, la de Víctor Muñoz está deteriorada, y
sumamente ennegrecida la estatua de una mujer que representa a todas las
madres cubanas. En cambio, el panteón de Yarini, a pesar de su estropeo,
desbordaba amor y recuerdo por los obsequios femeninos colocados sobre
el mármol. Allí, este periodista conversó con tres mujeres que acababan
de depositar sus regalos en honor al famoso proxeneta habanero.

A la pregunta de si conocían quién fue el promotor del Día de las Madres
en nuestro país, ellas contestaron que no. Tampoco quisieron ser
retratadas, pero sí aceptaron decir sus nombres: Brenda, Rosaura y
Yanisleisy.

Sobre el fallecido chulo, Brenda subrayó: "Yarini es un ser bendito muy
efectivo. Dicen que fue un hombre de temple, que se paró en tres y dos
antes la muerte. Yo estaba cansada de pedirles a los santos y entonces
alguien me habló de Yarini y vine aquí, le deposité flores y le pedí, y
todo me ha salido a pedir de boca. Hasta una casa me compró un 'yuma',
que viene a verme dos veces al año".

Alega Rosaura: "Venimos a esta tumba, no importa si estamos aterrilladas
por el sol, y cumplimos con él; porque cada vez que le pedimos algo, él
siempre cumple. ¡Remedio santo! Él concede más milagros que la propia
Milagrosa. Si alguna no logra tener crío, entonces él a la vuelta de un
tiempito resuelve gustoso el problema. Si queremos que una cosa tome por
el camino que nos conviene, sólo él logra hacerlo. Y si estás con la
soga al cuello, él la corta".

Yanisleisy la interrumpe para decir: "Yo estoy muy preocupada por el
artículo de Ciro Bianchi que apareció en el Juventud Rebelde del día 12
de junio donde una mujer le escribe una carta expresando su
inconformidad por la posible venta de la tumba de Yarini por parte de la
viuda de un descendiente. A la cañona quieren destruir la memoria de
Yarini, pero no nos quedaremos con las piernas cruzadas. Ya el cuento me
lo sé de memoria. Yo nací en un bajareque, entre dos o tres tarecos, y
mi italiano lindo me sacó de esta pesadilla. Aquí, donde tú me ves, yo
he pasado en Cuba más trabajo que un forro de catre".

La necrópolis de Colón, monumento nacional por sus valores
arquitectónicos, no deja de revelar ciertas paradojas, como la de las
tumbas de Víctor Muñoz y Alberto Yarini. El primero, a pesar de su labor
benefactora, ha sido condenado al olvido; y el otro, el chulo cubano,
recibe el cariño y la mirada de recordación de cientos de sus devotas.

leonpadron16@gmail.com

@leonlibredecuba

Source: Yarini, el chulo adorado del cementerio de Colón | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/yarini-el-chulo-adorado-del-cementerio-de-colon/

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