'Mi tío no se llama Sam', 50 años de propaganda del Gobierno 'contra el
imperialismo'
DDC | Barcelona | 19 de Junio de 2016 - 3:33 pm.
Mi tío no se llama Sam (Editorial RM) es el libro del español Alfons
González que recorre unos "50 años de propaganda cubana contra el
imperialismo" y que según su autor "recoge la percepción de un país
sobre una amenaza", publica El Diario.
"Lo que hay en el libro es una parte minúscula de todo el material que
tengo. He podido consultar y digitalizar todo el fondo de diapositivas
de la editora política del Partido Comunista de Cuba", dice el
investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona.
En el libro aparecen hasta 93 ilustraciones, la mayoría correspondientes
a carteles de propaganda que Fidel Castro mandó distribuir entre la
población y colocar en las calles entre los años 60 y hasta los 90. Casi
todas con una clara influencia soviética, recuerda la cartelería usada
también por los republicanos durante la Guerra Civil española, señala el
medio.
"La ciudad, en según qué momentos, está empapelada con carteles de todo
tipo", cuenta González. Estamos hablando de carteles que muestran al Tío
Sam con las manos cortadas, a la Estatua de la Libertad amordazada, a
Nixon y a Hitler en un naipe con esvásticas o al famoso "No pasarán"
bajo una rosa clavada en el pie de un soldado estadounidense. "Las
gigantografías —las vallas— llegan a medir cinco, seis, siete metros y a
ocupar espacios como la Plaza de la Revolución Cubana o la Oficina de
Intereses", explica.
El recopilatorio de cartelería cubana separa las ilustraciones por
décadas. La propaganda de Fidel Castro a su pueblo tiene un objetivo
claro, según de qué año se trate, añade El Diario.
En los 60 hay que celebrar la victoria en Girón, en los 70 hay que
combatir al enemigo, en los 80 hay que echar a la potencia imperialista,
alejándola lo más posible de tierra y en los 90, con todo el camino
andado a la espalda, se torna necesario parar y sacar pecho: "La unidad
nos hace indestructibles", "Otro tiro por la culata" o "Con este pueblo
no se juega" son lemas habituales en la cartelería de finales de siglo.
Para el autor del libro, Estados Unidos temió en algún momento la
influencia que tendría esta propaganda sobre el pueblo cubano, sobre
todo "en los primeros años de la revolución, en los que hay una adhesión
unánime al proyecto ideológico. Ahora, con el paso del tiempo, este
discurso a la población le es inmune porque se vuelve parte del paisaje
urbano", explica González.
"A medida que convives con un discurso que es repetitivo, te inmunizas a
ese discurso a medida que lo comparas con tu realidad cotidiana",
considera González. "La costumbre de esa revolución se vuelve insípida",
añade.
Source: 'Mi tío no se llama Sam', 50 años de propaganda del Gobierno
'contra el imperialismo' | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cultura/1466343185_23191.html
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