Servir de rastrillo, nuevo cometido de las TRD
septiembre 25, 2014 2:26 pm
Cuba actualidad, Capdevila, La Habana, (PD) En los 55 años que lleva en
el poder, el régimen cubano nunca ha informado de sus movidas políticas
y económicas. Estas se han desenvuelto en un total secretismo. Por lo
general, la ciudadanía se entera cuando ya son hechos consumados y no le
queda otra opción que aceptarlos, esté de acuerdo o no.
Ese método bonapartista de gobernar, introducido por Fidel Castro y
continuado por los actuales gobernantes, se puso de manifesto el 13 de
agosto de 1993, cuando los cubanos se desayunaron con el Decreto-Ley que
despenalizaba la tenencia de divisa. A partir de ese momento cualquier
ciudadano pudo tener cualquier cantidad de divisa dentro de lo que
prescribe la ley.
En los 11 años que transcurrieron desde la despenalización de la
tenencia de divisa hasta 2004 en que se suprimió la circulación del
dólar, tenían curso legal el peso, el CUC y el dólar. Con dichas monedas
la población podía realizar todo tipo de operación de compra-venta en el
mercado minorista y de atesoramiento en el sistema bancario nacional.
La unificación monetaria no estaba entre las prioridades de Fidel Castro
y el círculo de poder que lo secundaba en todos sus descabellados
planes, como la "Batalla de Ideas" y la irresponsable decisión de
importar alimentos de los Estados Unidos, que provocó el colapso de la
producción agrícola nacional.
Aunque nunca se ha reconocido, las reservas de divisas que recibió el
gobierno del general Raúl Castro estaban exhaustas por la incontrolable
dilapidación de dinero en que incurrió su predecesor. Sus improductivos
gastos se agravaron con la puesta en práctica de la "Batalla de Ideas"
de la que el pueblo cubano no desea acordarse más.
Luego de 20 años de dualidad monetaria y cambiaria, el panorama
económico es desalentador.
Se produjo una acelerada descapitalización de la mayoría de la las
empresas cubanas luego de la decisión de Fidel Castro de reducir la
presencia de las empresas mixtas y los contratos de asociación económica
internacional, que proporcionaban dinero, tecnología y empleos.
Sería necesaria una base económica que genere una acumulación monetaria
que permita ejecutar sin traumas la unificación monetaria y cambiaria.
Pero esa base económica está muy deteriorada. Ha caído la producción
agrícola, la azucarera, la del níquel, el petróleo, los medios para la
trasportación ferroviaria, terrestre y marítima…Todo está atrapado en
una alarmante ralentización.
Las fuentes generadoras de altos volúmenes de divisas en estos momentos
son la exportación de servicios especializados, principalmente de
personal médico y paramédico a Venezuela, Brasil y Ecuador, las remesas
y el turismo, que permiten sufragar a medias los gastos de educación,
salud, deportes, cultura y seguridad social.
En este incierto ambiente económico, el gobierno ha anunciado que
necesita de manera urgente una inyección de 2 000 millones de dólares
que espera conseguir procedentes de la inversión directa de empresas
extranjeras. Los primeros pasos para lograrlo son la apertura de la
moderna terminal de contenedores de Mariel y la creación de la primera
Zona Especial de Desarrollo Económico.
Dentro de ese ambiente de desaceleración económica, el crecimiento del
Producto Interno Bruto en el semestre fue 0,6%.
El gobierno ha generado incertidumbre entre la población al anunciar,
sin entrar en detalles, que tomaría un grupo de acciones con vistas a
unificar la moneda.
Dentro de las medidas dirigidas a crear las condiciones para la llegada
del Día Cero, que será cuando haya una sola moneda -se presume que
desaparecerá el CUC-, el Grupo de Administración Empresarial (GAE) de
las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que administra las Tiendas de
Recuperación de Divisas (TRD), decidió que en algunos establecimientos
seleccionados se pueda pagar en CUP.
Sobre la posibilidad de comprar con CUP en las TRD, los medios oficiales
han pretendido destacar los supuestos beneficios que representa para la
población. Pero es algo que no es cierto. Los precios en la TRD se
mantienen inalterables, el pago es al cambio de 25 pesos por un CUC. Por
ejemplo, una botella de aceite se puede comprar por 2.50 CUC o por 62 CUP.
¿De qué beneficio para la población se puede hablar cuando la mayoría de
los cubanos ganan salarios mensuales que no sobrepasan los 20 dólares y
las pensiones de 1,2 millones de jubilados no sobrepasan los 12 dólares?
Páguese en CUC o en CUP, ¿se puede con ese dinero hacer una compra
apreciable en esas tiendas? Realmente eso es una burla.
Las TRD han sido convertidas por el gobierno en rastrillos para la
recogida de los millones de CUP en poder de la población, para que
cuando llegue el Día Cero, el impacto en la compras en las tiendas no
sea desestabilizador por la baja cantidad de CUP que habrá para entonces
en el poder de la población.
Para Cuba actualidad: origenesmadba@gmail.com
Source: Servir de rastrillo, nuevo cometido de las TRD | Primavera
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