Instituto Nacional de la Vivienda, de gigante roja a enana blanca
ORLANDO PALMA, La Habana | Septiembre 24, 2014
Los días están contados para el Instituto Nacional de la Vivienda. La
organización que rigió el destino habitacional de los cubanos durante
décadas repartirá sus funciones entre otras dependencias del Estado.
Varias oficinas asumirán las tareas de la agonizante entidad, pero el
mayor trozo del pastel se lo lleva el Instituto de Planificación Física
(IPF). Dirigido por el general Samuel Rodiles Planas, el IPF ha venido
acumulando un enorme poder en los últimos meses.
El Gobierno de Raúl Castro se ha caracterizado por colocar en puestos
claves de la economía a militares y personas de su círculo de confianza.
Rodiles Planas, de 82 años, participó en la guerrilla de la Sierra
Maestra, posteriormente se desempeñó en cargos de máxima confianza y,
desde 2012, fue designado al frente del IPF con la misión de
"restablecer el orden y la disciplina en lo concerniente a las
violaciones urbanísticas".
Sin embargo, la nueva misión del IPF y de su octogenario presidente se
presenta como imposible de cumplir. Para inicios del próximo año tendrán
que reestructurar uno de los mayores andamiajes burocráticos del país y
comenzar a sanear la estela de corrupción que deja el desmantelado
organismo.
"Las instituciones deben estar listas para cumplir las nuevas funciones
que asumen", declararon varios funcionarios del sector este martes en el
programa televisivo Mesa Redonda. El cambio de estructuras ha sido
presentado a la población como un paso para "realizar menor cantidad de
gestiones".
La Gaceta Oficial Nº 40, publicada a principios de septiembre, detalla
el proceso de delegación de responsabilidades. Las modificaciones
actuales se realizan "a partir de los cambios aprobados por el Consejo
de Ministros sobre los trámites y el fortalecimiento del ordenamiento
territorial y el urbanismo".
Los cambios anunciados al respecto ocurren luego de flexibilizaciones en
la venta de materiales para reparar y construir viviendas, el
otorgamiento de créditos para quienes edifican su propia casa, así como
otras modificaciones destinadas a incentivar la construcción de inmuebles.
Las autoridades afirman que las nuevas regulaciones administrativas se
encaminan a paliar la escasez de viviendas. Para ello asignarán terrenos
del Estado a personas naturales para la construcción por esfuerzo
propio, siempre y cuando existan condiciones mínimas de urbanización,
como son el trazado vial, solución de abasto de agua y de residuales,
cobertura eléctrica.
Las inversiones en ese sentido no han sido especificadas aún. Como
alternativa, la cesión de azoteas para construir sobre ellas permitirá
aprovechar redes ya existentes. Sin embargo, esto representará un
problema a largo plazo, en la medida que la vieja infraestructura se
siga sobrecargando.
Los terrenos a entregar deben, además, "estar recogidos en los planes de
ordenamiento y por supuesto aprobados por los consejos de administración
de las Asambleas Municipales del Poder Popular". Es decir, puede haber
disponibilidad, pero el otorgamiento de parcelas debe pasar aún por un
filtro estatal para considerar elegible a quien necesite construir su
casa. Algunos temen que estos requisitos alienten el favoritismo y la
corrupción administrativa.
Por lo demás, es cuestión de tiempo que el Instituto Nacional de la
Vivienda desaparezca por completo. La poderosa institución deja tras de
sí un oscuro legado de injusticias, privilegios y probada incapacidad
para dar respuesta a las necesidades habitacionales de la población. La
cuestión ahora es si el Instituto de Planificación Física aportará
soluciones o solo será un heredero de todos sus males.
Source: Instituto Nacional de la Vivienda, de gigante roja a enana
blanca - http://www.14ymedio.com/nacional/vivienda_0_1639636031.html
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