Publicado el sábado, 05.31.14
'Cartas de Cuba', testimonio de la dureza del régimen
EFE
La inédita correspondencia que entabló el periodista cubano Miguel
Rivero con el poeta Raúl Rivero durante el encarcelamiento de este en
Cuba es el tema del libro Cartas de Cuba - Correspondencia entre dos
disidentes, que se presentó recientemente en Lisboa.
"Lo que más me llamó la atención fue la intención de infundir en un
amigo preso [Raúl] esperanza, sueños, proyectos para el día en el que
saliese de la cárcel, para romper de alguna forma el horizonte
claustrofóbico de una prisión", dijo la periodista portuguesa Ana Glória
Lucas, autora del libro.
Condenado por el régimen castrista a 20 años de prisión bajo la
acusación de cometer "actos contra la independencia o la integridad del
Estado", Raúl Rivero (Morón, 1945) cumplió entre rejas 19 meses durante
los que se carteó con su amigo de juventud Miguel Rivero (1939-2011),
entonces corresponsal de la agencia EFE en Lisboa.
Las dos decenas de misivas publicadas en Cartas de Cuba -
Correspondencia entre dos disidentes (editado en portugués por Aletheia)
abarcan inicios del 2003 y finales del 2004, hasta que Raúl Rivero fue
liberado de la prisión de Canaleta, a 500 kilómetros de La Habana.
Para evitar la censura del régimen, el contenido de las misivas versaba
sobre temas literarios, humorísticos, los recuerdos de ambos –llegaron a
ser acérrimos defensores de la revolución cubana–, la vida, lo cotidiano
e incluso sobre la familia.
No obstante, la agudeza de las cartas permite una lectura implícita por
la que es posible hacerse una idea de la dureza implacable del régimen
cubano, convino Lucas, que estuvo casada con Miguel Rivero durante 17 años.
Afectuoso y tierno, Miguel dedicaba a su amigo versos de Sophia de Mello
Breyner, Jorge Luis Borges o Fernando Pessoa para mitigar el sufrimiento
entre rejas, mientras Raúl acogía con emoción cada carta de su "hermano
lisboeta", con quien no tenía parentesco, a pesar de compartir el apellido.
El libro también descubre el papel de Miguel como intermediario para la
liberación de Raúl: "El [Miguel] siempre intentó mantener el sigilo
sobre todos estos esfuerzos", sostuvo la autora.
Desde Lisboa, Miguel Rivero intermedió para que Plinio Apuleyo Mendoza,
entonces embajador de Colombia en Portugal, contactase con su íntimo
amigo Gabriel García Márquez para que este intercediese en favor de la
liberación de Raúl.
"De García Márquez se conoce su larga amistad con Fidel [Castro] y
también por ayudar a intelectuales cuando están en una situación de
persecución", expuso Lucas.
Y así ocurrió, pues el poeta cubano salió de la prisión de Canaleta
después de una "campaña internacional" en la que España también tuvo un
papel decisivo.
Raúl Rivero, quien está exiliado en Madrid desde finales del 2004, se
convirtió en uno de los símbolos de la disidencia cubana y el gobierno
español le concedió en el 2012 la nacionalidad española.
Miguel Rivero, que tenía también nacionalidad portuguesa, fijó su
residencia en Lisboa en la década de 1990 después de una dilatada
carrera como corresponsal en Indochina, Francia, Gran Bretaña, Africa y
China para la agencia cubana oficial Prensa Latina.
Desengañado con el régimen castrista desde finales de la década de 1980,
Miguel, periodista en la delegación de EFE de la capital lusa durante
más de una década, se destacó por su infatigable labor dentro de la
disidencia cubana en Europa hasta su fallecimiento en julio del 2011, a
los 72 años de edad.
Source:
http://www.elnuevoherald.com/2014/05/31/1760790/cartas-de-cuba-testimonio-de-la.html
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