jueves, 13 de septiembre de 2012

Envejecer en Cuba es una encrucijada

Envejecer en Cuba es una encrucijada
Jueves, 13 de Septiembre de 2012 15:07 Escrito por Patricia Grogg/La Habana

"Envejecimos mucho más rápido de lo que aprendimos a serlo", dice Juan
Carlos Alfonso, director del Censo de Población y Viviendas que
comenzará este sábado 15 en Cuba. Entonces, ¿qué hacer?.

Por Patricia Grogg

LA HABANA, (IPS) - El censo, que se extenderá hasta el 24 de este mes,
permitirá entre otros aspectos conocer con exactitud la cantidad de
personas mayores que viven solas, en condiciones precarias de vivienda,
sin un acceso adecuado a servicios básicos como el agua potable y con
escasos recursos económicos para enfrentar sus necesidades.

Alfonso, también director de Población y Desarrollo (CEPDE) en la
Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), comentó a IPS:
"Antes éramos muchos nietos para cuidar a los abuelos, y ahora hay más
abuelos que nietos". Esa tendencia demográfica, junto al descenso
sostenido de la fecundidad, tiene un impacto directo en la población
económicamente activa del país y en el aumento de la cantidad de
personas a cargo en edades avanzadas.

El envejecimiento fue reconocido entre las prioridades de la política
socioeconómica en Cuba por el congreso de abril de 2011 del gobernante
Partido Comunista y, según especialistas, es una dimensión que debe ser
tomada en cuenta en el actual proceso oficial de "actualización" del
modelo económico nacional. Fuentes de la ONEI indican que, en 2010, la
población de 60 años representó 17,8 por ciento de los 11,2 millones de
habitantes de la isla. Se estima que, entre 2011 y 2025, esa franja
etaria llegue a 26 por ciento del total y la edad promedio pase de 38 a
44 años, con un elevado crecimiento absoluto de la cantidad de personas
mayores de 80 años.

Mientras el ritmo de crecimiento del grupo de trabajadores de 60 años y
más duplica el de la fuerza laboral total, la población económicamente
activa disminuirá de forma sostenida a partir de 2018. "Si hoy tenemos
dos millones de personas de 60 años y más, para 2030 serán 3,3
millones", aseguran los estudios de la ONEI. Como una respuesta a este
proceso, Cuba elevó en 2008 la edad de jubilación de 55 a 60 años en el
caso de las mujeres y de 60 a 65 en el de los hombres. Aunque la
pregunta aún no está sobre la mesa, el retiro laboral podría volver a
aplazarse como ya se ha aplicado en algunos países de Europa con similar
problema de envejecimiento de su población.

Pero más allá del mundo laboral, los desafíos para el país pasan por la
respuesta económica que permita garantizar una vejez de calidad, con la
creación de servicios adecuados y de sistemas de atención y cuidado a
las personas ancianas, especialmente a las que se encuentran en
situaciones más vulnerables.

"Dejé el trabajo hace tres años para dedicarme al cuidado de mi papá,
que está muy enfermo. Ha sido una agonía tratar de conseguir los pañales
desechables, el colchón antiescaras, los medicamentos para cuidarle la
piel o cualquier otra cosa que facilite su vida y la nuestra", contó
Niuris García, una habanera de 51 años. García señaló a IPS que en estos
años ha habido intentos del gobierno de garantizar la entrega de pañales
a las personas mayores necesitadas, pero no han sido suficientes ni
sistemáticos. La opción aparece, por lo general, solo en divisa y a
precios inasequibles para la mayoría de la población necesitada.
La demanda insatisfecha de espejuelos, dentaduras postizas, aparatos
auditivos, prótesis y zapatos ortopédicos, andadores y muletas, entre
otros artículos, oscila de 40 a 80 por ciento en la población adulta
mayor cubana, según la Encuesta Nacional de Envejecimiento Poblacional
realizada por la ONEI entre 2010 y 2011. Independientemente de los
gastos económicos que representa para la familia afrontar las
necesidades de sus ancianos, incluyendo a veces el pago a altos precios
de personal de enfermería, estudios alertan sobre el impacto que tiene
este proceso en las personas que se dedican al cuidado de las personas
mayores, por lo general mujeres.

"Yo lo veo en mi trabajo todos los días. La mujer sigue asumiendo el
papel de cuidadora dentro de la familia. Ella abandona el trabajo, lo
deja todo atrás, para dedicarse al cuidado de enfermos o mayores", dijo
a IPS la médica Dunia Marrero, vinculada a un consultorio de atención
comunitaria en La Habana. En esta capital, con más de dos millones de
habitantes, urge el arreglo de aceras y calles para evitar las caídas
accidentales, la inserción de soluciones arquitectónicas amigables para
las personas mayores, y enfrentar el mal estado técnico de los
ascensores en buena parte de los edificios altos de la urbe.

http://www.iberarte.com/index.php/201209136845/canales/latinoamca/envejecer-en-cuba-es-una-encrucijada.html

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