sábado, 11 de agosto de 2012

La Habana se prepara para aumentar los aranceles a los envíos de los exiliados

CUBA | Quieren combatir la competencia

La Habana se prepara para aumentar los aranceles a los envíos de los
exiliados
Rui Ferreira | Miami
Actualizado jueves 09/08/2012 23:24 horas

El 'Ana Cecilia' zarpó este miércoles de Miami rumbo a La Habana en su
tercer viaje de transporte de mercancías que los exiliados envían a sus
familiares en la isla. Un metodo barato y sencillo pero que está en
peligro porque el Gobierno se apresta a 'dolarizar' los aranceles.

Los envíos semanales comenzaron hace un mes y, tras un escollo inicial
por problemas burocráticos, el cupo de los dos contenedores autorizados
por el Gobierno cubano está agotado hasta enero.

Los exiliados están enviando todo tipo de mercancías, con preferencia
hacia los televisores de plasma, lavadoras de ropa, ordenadores,
bicicletas, ropa de cama y artículos para el hogar. También mandan
comida enlatada, cereales y medicinas.

Hasta ahora las mercancías eran entregadas a sus destinatarios sin
problemas. El Gobierno cubano, incluso, creó un servicio de puerta a
puerta, para que las personas no tengan que desplazarse al puerto a
recoger los envíos.

Sin embargo, dijeron fuentes de la empresa International Port Corp
(IPC), que fletó el 'Ana Cecilia', la aduana en la isla ha comenzado a
rechazar artículos como aires acondicionados, cortadoras de césped,
secadoras de ropa e, incluso, una piscina portátil.
Temor a la apertura

A primera vista la actitud de la aduana pudiera tener algo que ver con
el ahorro de energía y de agua potable, bienes escasos en la isla. Pero
la contradicción salta cuando se constata que una máquina de lavar ropa
es aceptada, que gasta agua y electricidad, sin embargo la secadora no
entra. Lo mismo pasa con los aires acondicionados. No son autorizados,
pero la aduana deja entrar todo tipo y cantidad de ventiladores.

El caso de la piscina portátil es el más notable. Según el diario 'The
Miami Herald', fue enviado para servir de almacenamiento de agua potable
en temporada de lluvias. Se calcula que el 80% del área metropolitana de
La Habana tiene problemas con el abastecimiento de agua. "Parece que al
Gobierno no le gusta las piscinas", dijo Leonardo Sánchez Adega, el
director de mercadeo de IPC.

Según dijeron varias fuentes en la capital cubana a ELMUNDO.es, aunque
los viajes del 'Ana Cecilia' fueron negociados y autorizados por el
Gobierno cubano, parece que las autoridades se están dando cuenta de que
esa pequeña puerta que han abierto puede convertirse en un dolor de cabeza.

"Dos contenedores es mucha carga y en este país no hay nada. Puede ser
que tras un entusiasmo inicial, alguien en el Gobierno se ha dado cuenta
de que están perdiendo parte del negocio. No es sólo cobrar impuestos,
pero ganaban más si ellos mismos venden esas lavadoras de ropa o esos
televisores", comentó un profesor universitario.
Amenaza empresarial

Hace un par de años que el Gobierno ha abierto tiendas al público que
venden todo tipo de artículos en moneda convertible. Pero son muy caros.
El Gobierno se esfuerza por sacarle el jugo al dinero que los cubanos
reciben de sus familiares en el exterior y han guardado bajo los colchones.

Por eso, los contenedores del 'Ana Cecilia' son una amenaza empresarial.
Tímida, pero amenaza al fin. Porque, pese a los impuestos, todavía es
más barato enviar un televisor por vía marítima que girar el dinero a La
Habana, a través de Western Union, para que lo gasten en las tiendas
gubernamentales. De hecho, ahora muchos exiliados envían las mercancías
por barco y giran el dinero para pagar los impuestos.

Además del precio de la mercancía, el IPC cobra al exiliado cubano 6
dólares por cada libra que suba al barco y cada paquete no puede pesar
más de 40 kilogramos. La excepción son los televisores de plasma y las
tabletas electrónicas, por las cuales se cobran 150 dólares. Todo lo
demás, incluso televisores que no sean de plasma, se paga por peso.

Al llegar a La Habana, la aduana impone aranceles que encarecen un poco
más el producto, pero siempre es más barato que comprar en las tiendas
estatales. Por el televisor de plasma hay que pagar 150 pesos cubanos, o
sea, unos 6 dólares. Y la tarifa para los paquetes de 40 kilogramos es
de 6.40 dólares. Todos los impuestos son cobrados en moneda nacional.
Cambio monetario

Pero no durante mucho tiempo. Siguiendo una vieja tradición empresarial
'socialista', de cobrar siempre el precio más alto, el Gobierno ya se
dio cuenta de que los exiliados están dispuestos a pagar lo que sea para
hacer la vida más llevadera a sus familiares, y anunció que dentro de
dos semanas pasará a cobrar los aranceles en CUC, la moneda convertible
cubana que equivale al dólar.

Y la ganancia es redonda. Porque no es lo mismo 150 pesos cubanos (unos
6 dólares), que 150 dólares por el mismo televisor de plasma. Algunos
especulan que el Gobierno podría alterar radicalmente los aranceles,
rebajándolos. Pero es poco probable, o al menos los cubanos no lo creen,
dijeron las fuentes consultadas por ELMUNDO.es. Sería la primera vez que
el Gobierno facilitara la vida a aquellos que reciben mercancías de sus
familiares en Estados Unidos y que son considerados una minoría y una élite.

De momento, los portavoces de IPC están diciendo a sus clientes en Miami
que aprovechen el momento y manden todo lo que puedan antes del cambio
en los aranceles.

Los viajes semanales del 'Ana Cecilia' han sido permitidos por el
Gobierno estadounidense ya que se consideran carga humanitaria. Lo único
prohibido es la trasferencia de tecnología.

http://www.elmundo.es/america/2012/08/10/cuba/1344568739.html?cid=GNEW970103

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