miércoles, 8 de agosto de 2012

La esquelética realidad del Zoológico

Zoológico Nacional

La esquelética realidad del Zoológico
Augusto César San Martín Albistur
La Habana 08-08-2012 - 10:09 am.

El Gobierno parece haber renunciado a los planes que tenía cuando su
fundación. En octubre llegarán 146 animales donados por Namibia, por
valor de 17 millones de dólares.

Cuentan que cuando el Parque Zoológico Nacional de Cuba abrió sus
puertas en 1984 gozaba de buena salud. La idea de simular el hábitat de
los animales parecía buena. La superficie de 340 hectáreas que pretendía
lograr bellezas forestales, y la aspiración de convertir la zona en un
corredor de aves migratorias prometía ser un éxito revolucionario, algo
poco característico de los proyectos gubernamentales.

Veintisiete años después, la entrada del parque parece revelar que el
Gobierno renunció a los planes que tenía con la creación del Zoológico
Nacional. Desde una solitaria y desvencijada taquilla, una empleada se
ahorra los comentarios con un cartel que describe los precios: 2 pesos
la entrada al parque, 6 pesos el llamado "Safari". El "Safari" comprende
un recorrido por la Pradera Africana y la Fosa de los Leones. Ambos
paseos insultan las expectativas del visitante.

Cuatro ómnibus con capacidad para cuarenta personas recogen a los
visitantes que optan por el "Safari". Con una frecuencia de cuarenta
minutos, los ómnibus arriban a la terminal abarrotada de impacientes
niños y desesperados padres que pueden llegar a sumar unas trescientas
personas. La ansiedad que crea la espera es controlada por custodios y
policías en el momento de abordar los ómnibus.

El recorrido de quince minutos con dos paradas de treinta segundos cada
una, muestra lo que pretendía ser una zona de belleza forestal. Se
empieza por descubrir el abandono destructivo de las áreas destinadas al
descanso o celebraciones de cumpleaños. Prosigue el recorrido por la
Pradera Africana, donde quedan seis rinocerontes que no se reproducen
desde el año 2000. Entre los rinocerontes, pugnando por la poca sombra
del lugar, sobresale la solitaria Ada, una elefanta de cincuenta años,
sobreviviente de las tres que inauguraron el parque.

Cerca de 120 cebras salvan la desolación del lugar, pues su capacidad de
reproducción vence cualquier obstáculo. Tres jirafas tratando de
disminuir los 35 grados de temperatura se ocultan entre los arbustos, y
14 hipopótamos, en fosos de agua castigados por la sequía, completan la
exhibición.

El recorrido de dos minutos ante el Foso de los Leones no deja recuerdo
ninguno de haber pasado por el lugar. Siete kilogramos de carne de
caballo diaria es la dieta a que están sujetos los reyes de la selva. A
los machos se les hace la vasectomía, las hembras son tratadas con un
parche anticonceptivo para evitar la reproducción que los sumiría en la
hambruna, según explica el guía del "Safari". El mercado negro refiere
la venta de cachorros de leones, así como de la carne destinada a la
alimentación de la especie, que es sustituida por la de perro.

El recorrido termina en el centro del parque, donde se encuentran las
ofertas gastronómicas de pésima calidad, y se exhiben los animales
enjaulados y en corrales. De todas las especies de esta área los monos
reciben la peor parte: el sol aprovecha la falta de vegetación y castiga
el lugar. Los visitantes, no menos sofocados, se confunden con las
jaulas vacías, mayoritarias en la zona de animales encerrados.

El foso de los cocodrilos, seco en la mitad de su amplitud y profundidad
muestra la extinción del interés de las autoridades por el mantenimiento
del lugar. Dos ejemplares de la especie, rodeados de estuches vacíos de
confituras, reposan como si estuvieran cansados de reclamar atención.

Al abordar a varios funcionarios administrativos y especialistas del
parque, éstos mostraron temor de realizar declaraciones sobre la real
situación del Zoológico.

De seis médicos y más de 100 técnicos veterinarios solo tres
respondieron, aunque con miedo, a mis inquietudes. Sobre la donación de
Namibia al Zoológico Nacional de Cuba de 146 animales valorados en 17
millones de dólares, los especialistas la evalúan de suma importancia
para la supervivencia del parque. Según declararon, estos animales
"refrescarán la sangre de las especies, porque el grado de consanguidad
existente afecta a los ejemplares del parque".

Los animales del Zoológico Nacional muestran niveles de atrasos en
tamaño y desarrollo. La alimentación es una de las causas de este
fenómeno, según afirma uno de los técnicos. La iirafa será una de las
especies beneficiadas por la donación; con la introducción de los nuevos
ejemplares se espera impulsar la especie atrasada en tamaño y capacidad
reproductiva.

La donación también surtirá al parque de nuevas especies como el
guepardo, y aumentará la compañía de Ada, la elefanta cincuentenaria.

A pesar del criterio de los especialistas sobre la insuficiente
alimentación de los animales, consideran que "por el momento las
condiciones están creadas para recibir los nuevos ejemplares". Brigadas
de la construcción trabajan en el levantamiento de un área para los
animales que llegaran a la Isla en los primeros días de octubre.

El túnel con jaulas en la fase final de construcción mantendrá a los
animales sometidos durante un mes a los exámenes de rigor, algo similar
a los que están pasando en estos momentos en Namibia. Después se
planifica mantenerlos aislados por un tiempo no mayor de un año, para
adaptarlos al clima, la alimentación que recibirán en la Isla y la
identificación con las especies existentes en el parque.

Uno de los guías del "Safari" explicó que Venezuela donará equipos que
preparan los alimentos de los animales. Según comentó, se espera vender
al público porciones elaboradas con zanahoria y otras verduras para la
interacción de los visitantes con los animales. El propio trabajador del
centro dudó de la efectividad de esta idea teniendo en cuenta las
limitaciones alimentarias actuales.

Aunque los especialistas aseguraron tener todas las condiciones para
recibir allí a las nuevas especies, la realidad y sus temerosos
comentarios sugieren lo contrario. No obstante, la expectativa sobre
todos los proyectos gubernamentales impone siempre la misma pregunta:
¿se mantendrán las mismas condiciones, un año después de la donación?

http://www.diariodecuba.com/cuba/12444-la-esqueletica-realidad-del-zoologico

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