viernes, 24 de agosto de 2012

El ministro, los trabajadores y el refrán

El ministro, los trabajadores y el refrán
Jueves, 23 de Agosto de 2012 15:17
Escrito por Víctor Manuel Domínguez

Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) "Me matan si no trabajo,
y si trabajo me matan", no es sólo un verso de la poética laboral
cubana, sino la esencia de una legislación dirigida a exterminar los
vagos de salón y la falta de rendimiento en los pocos chinchales que aún
quedan en Cuba.

Y este cambio de mentalidad exigido a los dirigentes del país para el
diseño de nuevos planes, medievales empleos, ambiente de hormiga en celo
y otros escenarios dudosos para elevar la productividad en Cuba,
violenta la honradez del trabajador.

A tono con estas murumacas partidistas y vejestóricas causantes del
despelote laboral en la isla, es ultrajante escuchar que la "cultura
laboral socialista" está en crisis en Cuba, como expresara un Ministro
de Trabajo de cuyo nombre no quiero ni acordarme.

En un país donde una parte significativa de la clase trabajadora se
afana en desmontar día a día y desde hace 53 años el sistema social de
la nación para reciclarlo, nunca tendrá cabida un refrán descalificador
como "El machete del haragán nunca tiene filo".

No es justo calificar de remolón a un asalariado capaz de llevarse
varios contenedores de planillas Juramento de Baraguá, No a la
corrupción y Abajo el desvío de recursos para venderlos a vendedores de
maní y coquitos prietos por cuenta propia.

¿Se puede llamar holgazanes a quienes han saqueado con actitud laboriosa
y luego de ingente y sostenido esfuerzo millones y millones de pesos de
las arcas del país, ya sea a través del tráfico de semillas, equipos
electrodomésticos, medicamentos, contenedores de ropa reciclada y otros
perendengues negociables?

¿Haraganes quienes no cesan de trabajar en el desmantelamiento y
canibaleo juicioso de autos, empresas, centros asistenciales,
industrias, escuelas, fábricas, círculos infantiles y todo lo que se
mueva, levante, arrastre, vuele, acueste, navegue y deje dinero?

Es injusto llamar vagos a quienes permanecen de ocho a dieciséis horas
mano sobre mano, mano sobre objeto mal colocado, mano sobre nalga de
secretaria telefónica, mano sobre fichas de dominó, mano sobre nómina y
mano sobre planillas de reafirmación y compromiso para el
aprovechamiento de la jornada laboral

Y más aún leer sus expresiones de que "tenemos una asignatura pendiente,
y es cómo hacer que la gente trabaje con conciencia y eficiencia".
¿Acaso ese animal no se ha dado cuenta que desde hace medio siglo se
finge trabajar y como que se paga?

Nadie en su sano juicio puede apoyar tamaña tergiversación de lo que
acontece en el sector laboral cubano. Si la conciencia no existe es
porque se la comieron los chivos de verde olivo y si la eficiencia está
anémica es por los bajos salarios.

Además, ningún auténtico revolucionario aceptará una expresión tan lejos
de la verdad como la que atribuye la causa del problema a "la falta de
agresividad del movimiento sindical y, peor aún, a la poca utilización
por los gobiernos locales de los mecanismos de control para tener en
jaque a la compañera desidia".

Quien manifiesta criterios tan a la ligera sobre los simples devaneos
cíclicos que afectan al sector laboral en el país, ¿será un Gran Maestro
de ajedrez sometido a jaque perpetuo en un final de peones contra alfil
y caballo en ambos extremos del tablero?

¿O un Ministro de Trabajo y Seguridad Social que después de ubicar a los
trabajadores a la vanguardia de la revolución, ahora confunde los
destacados mecanismos de una obra destructiva con signos de
ineficiencia, desinterés y otras caídas de presión en la disciplina y la
productividad heredadas de los manuales proletarios?

Por otra parte, cómo aceptar sin que la ira nos llene y nos desborde un
criterio de suma gravedad como el que dice: "la oreja peluda del
desorden y el desaprovechamiento de la jornada de trabajo, asoma cada
día en centros de producción y servicios del país"

Si la respuesta de los trabajadores a las exigencias y lineamientos es
acorde a lo aprendido de muchos dirigentes del país en cuanto a
corrupción, desvío de recursos y gozadera, ¿qué razones tiene para
preocuparse la clase dirigente del país?

¿Cómo poner en dudas el nivel de disciplina y la capacidad productiva de
quienes han puesto a Cuba en el selecto parque de locomotoras de la
economía mundial por el sostenido y elevado crecimiento de su PIS, o
Producto Interno Social?

Sean cuales sean las causas de tantas contradicciones, estamos en
desacuerdo con todo lo que desmerite el buen aprovechamiento de la
jornada para robar mostrado por muchos trabajadores cubanos.

Decir que les falta agresividad a los sindicatos y a los trabajadores es
estar ciegos como un topo y más sordos que un trapo de cocina tendido en
un comedor obrero. Estar perdidos en un campo de lechuga. No ver un
burro a tres pasos.

Si aún alguien piensa que El machete del haragán nunca tiene filo, que
asome un dedo, un bistec, un ventilador, 100 croquetas; o se digne mirar
al interior de las empresas estatales, o en rededor de las obras
sociales, para que vea que no queda clavo sobre clavo.Eso se los aseguro
yo, Nefasto "El controlaor"

Para Cuba actualidad: vicmadomingues55@gmail.com

http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/humor/5009-el-ministro-los-trabajadores-y-el-refran.html

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