miércoles, 15 de agosto de 2012

Caos laboral

Caos laboral
[15-08-2012]
Aimée Cabrera
Corresponsal de Misceláneas de Cuba

(www.miscelaneasdecuba.net).- Una nación como la actual Cuba no puede
garantizar el empleo decente a todos los trabajadores ya sean estos
jóvenes, con vasta experiencia laboral, con escasos años para jubilarse
o reincorporar a los de la tercera edad, si estos son sanos y lúcidos.

La situación laboral cubana es desastrosa. El exceso de plazas
existentes sobrepasa el millón; parte de la fuerza de trabajo está
ubicada de manera no debida, percibe salarios que no corresponden con
los resultados y trae como consecuencia la ineficiencia e
improductividad, criticada por el presidente cubano como si los
trabajadores la hubieran inventado.

Miles de trabajadores que tenían una estabilidad laboral la han perdido
por la desaparición de las entidades donde laboraban, o la fusión de
estas con otras donde han sido los últimos en llegar y, por tanto tienen
las de perder, en caso de realizarse cualquier reestructuración con la
empleomanía.

En la Isla no se respeta y aplica con efectividad los principios y
derechos fundamentales en el trabajo y la legislación laboral por lo que
se cae en violaciones de estos derechos. Debido al totalitarismo que
abarca toda la vida nacional, no hay quejas que los afectados puedan
hacer llegar al Comité de Libertad Sindical (CSL).

Los principales incumplimientos en el Principio de Libertad sindical y
negociación colectiva son los despidos masivos, los cuales son
imposibles de obtener en cifras porque los datos estadísticos no son
veraces o no están al día.

Muchos trabajadores se sienten frustrados y sin ninguna estimulación
laboral, por lo que la tasa de sindicalización no es estable. No todos
los trabajadores cotizan lo establecido en sus sindicatos y alegan que
el sindicato no resuelve sus problemas.

En Cuba no se puede hablar de trabajo forzoso, infantil o de
discriminaciones de índole étnicas. El gobierno establece que las mismas
no existen aunque hay casos en que las personas son discriminadas como
cuando optan por buenas plazas, y no tienen el dinero para sobornar y
comprar la plaza o, no están bien relacionados con quienes la ofertan,
entonces son marginados, aunque estén preparados desde el punto de vista
profesional.

Es difícil encasillar donde irían los que trabajan por míseros salarios,
que tienen que soportar el atraso en el pago, cuando no son de la
provincia donde trabajan y tienen que laborar como esclavos por un plato
de comida y una cama donde dormir en albergues miserables, si no les
conviene tienen que regresar a la localidad donde residen, a pesar de
que en ocasiones no tienen ni el dinero para comprar el pasaje
interprovincial. No estaría mal considerarlo como trabajo forzoso.

O la niña o adolescente que acompaña a su madre a la casa donde ésta
trabaja de forma ilegal como criada. Esas menores de edad ayudan en los
quehaceres y reciben algún dinero o dádivas por su labor; esto pudiera
verse como una forma de trabajo infantil, o los varones que ayudan, sin
edad, en oficios como la mecánica o trabajos como la albañilería o la
plomería, entre otros.

De forma muy sutil se discrimina a la mujer y si hay una plaza a ocupar
se deja para el hombre que tiene menos problemas familiares, puede
llegar temprano al centro y su eficiencia en ocasiones, es más lograda
por no tener la obligación en las tareas domésticas y el cuidado de
hijos, nietos u otros familiares.

El 2012 ha sido un año de inseguridades para los trabajadores, y los
estudiantes que están a punto de culminar sus estudios. Quienes perciben
salarios saben que no habrá nunca la esperanza de que sean aumentados,
los que dieron parte de su vida en un empleo y ahora reciben
jubilaciones aún menores, sólo ven como solución a sus problemas
económicos que algún familiar joven emigre y les ayude, o reunificarse
en otro país a pesar de las edades avanzadas y discapacidades que sufren.

A casi dos años de ponerse en vigor la Resolución No. 32/2010, del
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) sobre el Reglamento del
Ejercicio del Trabajo por Cuenta Propia, se conoce que muchos de quienes
quedaron disponibles no han sido reubicados de manera conveniente.

Los que han optado por convertirse en cuentapropistas no han podido
resolver todos sus problemas económicos y familiares ya que no disponen
de almacenes o establecimientos donde puedan adquirir las mercancías que
necesitan a precios razonables, para así evitar que adquieran en las
tiendas lo que después revenden al doble. Los trabajadores cubanos en
general, sufren cada vez más, la explotación a que son sometidos, por
las regulaciones totalitarias ajenas a protegerlos.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=36785

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