viernes, 6 de julio de 2012

Qué busca el gobierno cubano con los nuevos aranceles de importación?

¿Qué busca el gobierno cubano con los nuevos aranceles de importación?
Publicado el Jueves, 05 Julio 2012 13:10
Por Emilio Morales*

El gobierno cubano acaba de anunciar fuertes medidas restrictivas para
las importaciones de productos no comerciales por parte de personas
naturales que viajan a la isla.

La resolución 122 de la Aduana General de la República, y las 222 y 223
del Ministerio de Finanzas y Precios, aparecieron sigilosamente este
lunes en la Gaceta Oficial para fijar un cambio en los impuestos
adicionales a los equipajes y paquetes que ingresen al país a partir del
3 de septiembre. Más allá de los documentos divulgados no ha existido
ninguna referencia aclaratoria de funcionarios o instituciones
gubernamentales en un tema que amerita explicaciones en detalle.

No hay que darle muchas vueltas al asunto para percatarse de que estas
medidas tienen el propósito de contener y reducir el creciente y
dinámico mercado negro de la isla, y al mismo tiempo estimular aún más
el envío de remesas.

Contragolpe a la política de Obama

En lo que parece ser una respuesta de La Habana a los resultados de la
política implementada por el presidente Barack Obama para viabilizar una
apertura económica entre las familias cubanas y la diáspora, el gobierno
de Raúl Castro intenta que los cambios implementados en el modelo
económico acontezcan bajo su más estricto control.

El desarrollo acelerado del mercado subterráneo, con un fuerte aire de
independencia económica, ha tomado tal dimensiones que ya mueve un valor
estimado entre $1,000 y $1,500 millones de dólares, solo por el concepto
de la venta de mercancías enviadas en los paquetes de residentes en el
exterior a sus familiares en la isla.

Siete meses después de haber emitido dos resoluciones aduanales para
controlar la entrada de productos al país -mediante un listado de 268
artículos divididos en 16 categorías- y utilizando barreras de altos
gravámenes y restricciones de volumen de carga, las regulaciones no
parecieron suficientes para contener el impetuoso mercado negro cubano,
energizado por la flexibilización de viajes y envíos de remesas y
mercancías emitidas por el gobierno de Barack Obama en el 2009.

Cuando fueron emitidas las primeras resoluciones, en diciembre del 2011,
la frecuencia de vuelos a Cuba era de unos 70 semanales, para un aumento
de 600 por ciento en comparación con el 2006. Un factor que, junto a la
dismimución de los precios por el servicio de las agencias, disparó el
volumen de envíos de paquetes en un corto período de tiempo.

Competencia fuerte e inesperada

Al cierre del 2011 el valor del volumen de esas mercancías se estimaba
entre $2,000 y $2,500 millones de dólares, cifras nada despreciables que
imponían fuerte competencia a las cadenas de tiendas dolarizadas bajo el
control del Estado. Sin dudas, el mercado negro cubano ha desarrollado
en los últimos cuatro años un entretejido empresarial tan dinámico y
eficiente que ha compulsado al gobierno a tomar las drásticas medidas
que anunció esta semana.

Analizando los hechos con una mirada conservadora, podemos estimar que
entre el 40 y 60 por ciento del volumen de esta mercancía va al mercado
negro. En otras palabras, entre $1,000 y $1,500 millones de dólares
están circulando de forma "subterránea" fuera del control gubernamental,
lo que significa que la sociedad cubana ha desarrollado este mercado de
sobrevivencia de forma espontánea y con una dinámica increíble, a pesar
de las limitaciones logísticas y legales en comparación con las
estructuras de las cadenas de comercio minorista controladas por el
gobierno.

Como consecuencia, la rotación de los inventarios de las tiendas
recaudadoras de divisas se ha alargado, provocando una disminución del
crecimiento del volumen de facturación de sus unidades. Este hecho
contrasta significativamente con el volumen creciente de dinero que ha
entrado al país en los últimos años por concepto de remesas.

En estos momentos, el mercado negro cubano ofrece una diversa gama de
productos, desde calzado, ropas, perfumería y cosméticos, hasta
electrodomésticos de última generación, destacándose los celulares,
computadoras, consolas de juego y televisores de pantalla plana. La
calidad de estos productos supera ampliamente las ofertas de las tiendas
minoristas, no solo en precio, sino también en inventario.

El sistema de venta de ese mercado informal funciona espontáneamente a
través de la oferta y la demanda, y es operado por varias redes de
ventas que cubren los 169 municipios del país, siendo más fuerte su
presencia en las ciudades cabecera de provincia. Las redes de venta
ofrecen además servicios de pedidos personalizados en función de las
necesidades particulares de cada cliente. El uso de internet y los
celulares constituyen las vías de comunicación más utilizadas en los
servicios especializados.

Actualmente más de 1.2 millones de cubanos poseen teléfonos celulares y
se estima que más de 100,000 hogares cubanos tienen computadoras. Los
suministros del mercado negro llegan principalmente de Estados Unidos, y
también de México, Panamá y Ecuador.

Lo que importa es el cash

Sin embargo, lo que llama la atención es que las resoluciones emitidas
no limitan los envíos de remesas. Al contrario, al imponer estas
barreras de entradas de artículos buscan que las personas reduzcan
considerablemente los envíos de paquetes y aumente el envío de las
remesas. Por otra parte, miles de familias cubanas dejarán de tener el
beneficio de poder recibir los paquetes de alimentos y ropas como
resultado de los elevados aranceles que tendrían que pagar en pesos
convertibles (CUC).

Para la diáspora cubana será ahora menos costoso enviar dinero que
comprar y enviar estas mercancías. Sin duda, la nueva disposición
aduanal no es solo una medida desesperada para buscar cash, sino también
un muro de contención para disminuir la cantidad de divisas convertibles
en manos de la población.

La economía cubana se encuentra en una situación compleja respecto a la
disponibilidad de divisas y los posibles escenarios de los próximos
meses. Incluso entre los cubanos de a pie se transpira la incertidumbre
por la enfermedad del presidente Hugo Chávez y el resultado de las
próximas elecciones en Venezuela.

No son nada desdeñables los datos de un reciente reporte del Banco de
Acuerdos Internacionales, que muestra una caída de $5,650 millones de
dólares a $4,100 en los depósitos de bancos cubanos en instituciones
financieras afiliadas a ese organismo internacional durante los tres
meses del 2011.

Es obvio que el gobierno cubano ha comenzado a ajustar desde ya sus
planes de recaudación de divisas con vistas a enfrentar un panorama
donde no pueda contar con el subsidiado petróleo venezolano para capear
la crisis en mejores condiciones y poder adquirir petróleo en terceros a
precios del mercado mundial.

Al mismo tiempo, las elecciones presidenciales en Estados Unidos son
otro factor que obliga al gobierno cubano a atrincherarse ante la
posibilidad de que el candidato Mitt Romney sea electo y puedan ser
rervertidas las medidas favorecedoras de viajes, envíos de remesas y
mercancías, así como los viajes culturales de contacto pueblo a pueblo.

Desafío para las agencias

En septiembre, cuando entren en vigor las nuevas medidas del gobierno
cubano, se verán afectadas las 67 agencias autorizadas actualmente por
el Departamento del Tesoro para procesar y enviar paquetes a Cuba, pues
no hay que ser sabio para pronosticar que el volumen de los envíos va a
disminuir considerablemente.

La sobrevivencia de estas agencias dependerá de la estrategia que puedan
implementar para adaptarse a las nuevas condiciones del mercado. El
envío de paquetes a la isla dejará de ser un negocio altamente rentable
y voluminoso, por lo que la venta de pasajes a Cuba y el envío de dinero
serán los rubros más importantes que quedaran a la mano en el negocio.

El nuevo escenario podría desatar una guerra de precios para reducir el
costo de los envíos de remesas a la isla, pelea nada fácil para estas
pequeñas agencias frente al gigante Western Union, que cuenta con 1,142
puntos de operaciones en el estado de la Florida y más de 220 sucursales
de distribución dentro de la isla.

Actualmente el mercado de las remesas a Cuba pasa los $2,200 millones de
dólares anuales; de esta cifra solo el 35 por ciento es enviado a través
de agencias, y el 65 por ciento llega por vías informales.

En la resolución 223/12 del Ministerio de Finanzas y Precios llama la
atención el acápite relacionado con el pago de aranceles -en pesos
cubanos- para la primera importación que hagan los nacionales y
extranjeros residentes en la isla, y en pesos convertibles (CUC) a
partir de la segunda importación en un año calendario.

¿Por qué esta medida, si apenas los ciudadanos cubanos pueden viajar al
exterior? ¿Significa que el gobierno ya está previendo un explosión de
viajes de ciudadanos cubanos si se descongelan las restricciones
vigentes y se implementa la esperada apertura migratoria? ¿Se eliminará
finalmente la tarjeta blanca? ¿Podrán viajar los profesionales sin
ninguna traba burocrática y política?

La Asamblea Nacional del Poder Popular tiene sesión el 23 de julio, casi
un año después de que el gobernante Raúl Castro esbozara la intención de
poner en práctica una nueva política migratoria en un plazo inmediato.
Lo sensato sería dar luz verde a la reforma migratoria y apaciguar los
caldeados ánimos de la población en un verano que no parece traer las
mejores noticias para el país.

Si no, la cosa se pondrá de moringa.

*Economista cubano. Ex jefe de planeación estratégica de mercadotecnia
en la corporación CIMEX y autor de los libros Cuba: ¿tránsito silencioso
al capitalismo? y Marketing without Advertising, Brand Preference and
Consumer Choice in Cuba. Es presidente de Havana Consulting Group, en Miami.


http://cafefuerte.com/cuba/noticias-de-cuba/economia-y-negocios/1979-que-busca-el-gobierno-cubano-con-los-nuevos-aranceles-de-importacion

No hay comentarios:

Publicar un comentario