lunes, 23 de julio de 2012

El restablecimiento de conductas y prácticas racistas

El restablecimiento de conductas y prácticas racistas
Lunes, 23 de Julio de 2012 07:40
Escrito por Manuel Aguirre Lavarrere (Mackandal)

Cuba actualidad, Guanajay, Artemisa, (PD) La igualdad racial y social en
Cuba fue groseramente desfalcada y suplantada por la avaricia del poder
político.

Para comprender los logros y quimeras de una igualdad que no pasa de ser
virtual, es fundamental adentrarse en los pronunciamientos de Fidel
Castro en la Segunda Declaración de la Habana, en 1962, donde se
refirió, entre otras cosas, a la eliminación del desempleo, el juego, el
vicio y la corrupción. Todos están vigentes en la Cuba de hoy.
También hacía alusión a que el racismo en Cuba estaba liquidado. A más
de cincuenta años, se comprueba que es una de las mentiras más
inquietantes del régimen cubano.

Si bien las leyes vigentes recogidas en el Código del Trabajo, y más
tarde en la Constitución del 24 febrero de 1976 y modificada en 1992,
elevan a constitucionales los derechos al trabajo, la seguridad social,
la asistencia social y otros; y establece en su artículo tres, que "todo
ciudadano en condiciones de trabajar, sin distinción de raza, color,
sexo, religión, opinión pública u origen nacional o social tiene
oportunidad de obtener un empleo con el cual pueda contribuir a los
fines de la sociedad y a la satisfacción de sus necesidades", la
práctica del día a día demuestra que para los afrocubanos esa
oportunidad es limitada.

Esta declaración contiene una lógica que constituye la síntesis de la
historia de la lucha contra la discriminación racial en buena parte de
la República y resume los empeños del antiguo Partido Socialista Popular
(PSP) y la forma en que este entendió la cuestión de la discriminación y
la solución a ese problema en Cuba,

Hay puntos fundamentales como la desracializacion de los espacios
públicos y la nacionalización de la educación en un solo sistema de
enseñanza administrado por el estado donde se establece la igualdad
racial. Pero el fenómeno es bien complicado: no basta poner cuotas si
antes no se tiene en cuenta la capacitación del obrero, lo que implicaba
chocar con las formas organizativas de los gremios.

Todas estas medidas, plausibles en su momento, tuvieron la desgracia de
fenecer al no tener seguimiento en un país dispuesto al blanqueamiento y
a la negación del negro.

Esta irresponsabilidad política trajo como consecuencia, que en la
educación, los espacios públicos y los trabajos, el imaginario político
de la revolución, más concentrado en la exportación de su ideología,
diera por sentado que se le había dado un golpe mortal al racismo. Pero
perdió de vista la cuestión de los espacios privados, las relaciones
interpersonales y la opinión pública.

Al ser así, estas instancias quedan fuera de la visión de una lógica
incluyente, que convierte a los actores implicados en objetos de la
gestión de otro, ya sea el Estado, el Ministerio del Trabajo o cualquier
otra entidad.

Producto de este atolondramiento político es que queda vivo el foco que
da origen al restablecimiento de conductas y prácticas racistas en las
escuelas, los centros de trabajo y los espacios públicos, sin que dejen
de permear a la sociedad en pleno.

Para Cuba actualidad: makandalmm@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/4695--el-restablecimiento-de-conductas-y-practicas-racistas-.html

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