¿Irreverentes o prácticos?
Martes, 22 de Mayo de 2012 00:58
Escrito por José Antonio Fornaris
Cuba actualidad, Managua, La Habana, (PD) El camino hacia el cementerio
en el poblado de Managua, municipio Arroyo Naranjo, pasa por frente al
Mercado Agropecuario Estatal (MAE). Por suerte no pusieron Agropecuario
al final, porque entonces esas siglas hubieran sonado como una palabra
muy fisiológica.
Este lunes formé parte de un cortejo que acompañó a una señora residente
del lugar hasta su última morada. Fue una de las primeras en la
reinauguración de la funeraria, que fue reabierta recientemente después
de más de dos años sometida a reparación.
mercado-agropecuario_cuba
Al pasar frente al MAE, varios estibadores descargaban mercancía de dos
camiones aparcados en la senda izquierda. Al ver la operación, una mujer
que caminaba cerca de mí comentó con su acompañante: -Papas. Otra, como
recogiendo el bastón, dijo:-Y cebollas. Una tercera, situada más al
centro de la comitiva, bastante cerca del coche fúnebre, agregó: Y ají
(pimientos).
Ya en el cementerio, que está a unos cien metros del MAE, al lado de la
tumba que iba a recibir a la occisa, había en el suelo un haz de barras
de acero (cabillas), de las que se utilizan en construcción de
edificaciones, que al haber hecho coincidir sus puntas, en el otro
extremo formaban una especie de semicírculo. Y obligatoriamente hubo que
salvar ese obstáculo con el féretro a cuestas.
Lo interesante es que a nadie le pareció que eso tenía importancia, no
existió ningún comentario al respecto. Ni a los empleados del cementerio
que las dejaron allí sabiendo que estorbaban y hasta podían ser causa de
un accidente, ni de los dolientes más allegados, ni tampoco de los que
cargaron el féretro desde el coche fúnebre y tuvieron que pasar por
encima de esas cabillas. Luego, tras una indagación, supe que esas
barras corrugadas eran para emplearlas en la construcción de nuevas
tumbas colectivas o nichos.
Lógico, no todo el mundo tiene o puede tener bóvedas privadas. Algo que
puede ser calificado de bueno, porque hasta ahora nada más es posible
ver -lo presentan a cada rato en televisión- lo bonita que está la
necrópolis del Segundo Frente, en la región oriental del país, lugar
donde descansan las personas que en algún momento tuvieron que ver con
las actividades político-militares de Raúl Castro. Claro, hay una
excepción: allí están también las cenizas del bailarín español Antonio
Gades, amigo personal de Raúl Castro.
En este campo santo, el de Managua, hace un tiempo se exhibía con
orgullo, casi en su entrada, un diploma otorgado por la Dirección
Provincial de Cementerios, Funerarias y Florerías relacionadas - todo
eso es estatal- en La Habana, en el que se anunciaba en grandes letras:
"Cementerio Destacado".
Al parecer, esa práctica de seleccionar cementerios destacados, que más
allá de reconocer presuntos méritos, parecía un exceso de humor negro,
ha finalizado o se hace ahora sin exhibicionismo.
Tras finalizar todo el acto fúnebre, fuera del cementerio, y como
colofón de la jornada -situarlo como epitafio sería poco inspirador- uno
de los que había cargado el ataúd comentó con otro hombre que iba a su
lado, al tiempo que cerraba y abría las manos para tratar de reactivar
la circulación sanguínea: -La vieja estaba gorda. Pesaba con c...
A estas alturas, parece que ni los cortejos fúnebres ni los entierros
tienen mucha importancia. Y es muy difícil saber si somos irreverentes,
prácticos de acuerdo a los tiempos, o estamos deshumanizados. De todas
maneras, la incógnita parece ser cómo vamos a resolver eso y cuantos
años serán necesarios.
Para Cuba actualidad: fornarisjo@yahoo.com
http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/4144-iirreverentes-o-practicos-.html
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