Cuba respalda a Cristina Fernández, pero hace negocios con Repsol
19/05/2012 publicado por Emilio Martínez
FERNÁNDEZ CASTRO La reciente nacionalización o expropiación de la
empresa YPF por el gobierno argentino de Cristina Fernández, suscitó
distintas reacciones entre los gobiernos latinoamericanos: Perú,
Guatemala y México (Pemex es accionista de Repsol) manifestaron su
desacuerdo, mientras Uruguay y Venezuela se decantaron expresa y
rápidamente a favor de Buenos Aires.
En el caso concreto de Cuba, el gobierno publicó una nota de la
Cancillería en términos, si bien solidarios con el país austral,
reposados y medidos. De solo tres párrafos, la declaración finalizaba
expresando: "Cuba reitera su plena solidaridad con la República
Argentina y afirma que a dicha nación le asiste todo el derecho de
ejercer la soberanía permanente sobre todos sus recursos naturales,
incluidos los hidrocarburos".
El texto suscitó la crítica de miembros de la disidencia política
cubana. Según El Nuevo Herald, el economista Oscar Espinosa Chepe dijo
que Repsol debía haber recibido la declaración "con mucha preocupación,
porque está haciendo gastos enormes en la búsqueda del petróleo (en
aguas cubanas) en el Golfo" de México. La bloguera Yoani Sánchez
escribió en Twitter: "Muy mala señal que le envía el gobierno de Cuba a
Repsol al apoyar a Cristina Fernández (de) Argentina en las expropiaciones".
La realidad, sin embargo, trasciende al efecto de las declaraciones
políticas. Si lo que La Habana decidió, analizado el problema, fue
ponerse públicamente del lado de Buenos Aires, ello no significa una
ruptura de su relación con Repsol. El pragmatismo suele imponerse en el
ámbito de los negocios: una declaración sobre una decisión puntual de
otro país no tiene el peso suficiente como para echar atrás un andamiaje
inversionista como el que ha montado Repsol en la isla para la
prospección y eventual explotación de recursos energéticos.
De hecho, no se conoce hasta el momento ninguna nota de protesta de la
compañía petrolera por la decisión cubana, muestra de que bussiness are
bussiness, y de que en ello no tiene por qué haber generalizaciones.
Prospecciones contra viento y marea
Repsol está incluida entre las más de 200 empresas españolas presentes
en la Isla, que tiene en España a su primer inversor europeo en sectores
como el turismo, el transporte, los servicios financieros, el suministro
de aguas, la fabricación de cemento, etcétera.
En la actualidad, la mencionada compañía petrolera está inmersa en la
prospección en aguas de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) que
corresponde a Cuba en el Golfo de México, unos 112. 000 kilómetros
cuadrados.
De los 59 bloques en que se divide la ZEE, 22 ya están contratados por
varias empresas extranjeras como la venezolana PDVSA, Petronas, de
Malasia, la china CNOOC y la vietnamita PetroVietnam, además de Repsol
(con seis). Repsol ya comenzó las operaciones a 22 millas de la costa
habanera y a 1 700 metros de profundidad, tras la llegada en enero de la
plataforma de exploración Scarabeo-9, fabricada en China y Singapur.
Para evitar las suspicacias suscitadas en EEUU por la proximidad de las
prospecciones, luego del desastre causado por la British Petroleum en el
Golfo de México, Repsol invitó a expertos norteamericanos a revisar las
instalaciones de la plataforma. Especialistas de Seguridad y Medio
Ambiente y del Servicio de Guardacostas estadounidense le otorgaron el
visto bueno.
La inspección norteamericana, que se realizó en Trinidad y Tobago pues
Cuba no admite pesquisas de este tipo en sus aguas, tenía además otro
objetivo: verificar que no más del diez por ciento de los componentes de
la plataforma fueran de origen estadounidense, según lo estipulan las
restricciones fijadas por la ley federal en el caso de Cuba. Atenerse a
esta norma había encarecido los costos de fabricación de la Scarabeo-9,
y aun así, Repsol había decidido continuar adelante con ella, evidencia
tal vez de que hay muy fundadas esperanzas de un buen hallazgo de crudo.
Asimismo, la empresa española desestimó las advertencias subidas de tono
del sector político cubanoamericano. En febrero, tras la visita a Cuba
del director de Repsol, Antonio Bruffau, dieron comienzo las
prospecciones. La disuasión que no han podido obtener ni las presiones
desde Miami, ni los mayores costos de construcción de la plataforma, ni
su coste diario de funcionamiento (511 00 dólares), ¿la obtendrá acaso
una discreta declaración cubana de respaldo a Argentina? No parece.
Un oportuno intermediario para las empresas españolas
En los lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido Comunista
de Cuba en abril de 2011, se puso especial énfasis en continuar
propiciando la participación del capital extranjero. La inversión
extranjera debe estar encaminada, entre otros objetivos, a ofrecer a la
parte cubana acceso a tecnologías de avanzada, y a facilitarle una
diversificación y ampliación de los mercados de exportación.
Con Repsol como socio, La Habana ve ya puestos en funcionamiento los
medios tecnológicos necesarios para el descubrimiento de crudo, que con
sus propios medios seguiría siendo inaccesible. Que la compañía española
sea la pionera (después de explorar sus bloques, traspasará la
Scarabeo-9 a las otras compañías, por turnos), y que su éxito haga
posible en cinco años la extracción sistemática de volúmenes similares a
los de los yacimientos ecuatorianos, así como la exportación mediante
redes bien asentadas en el mercado internacional, tiene un mérito que a
La Habana no le interesará desconocer.
Como no desconoce que Repsol ha venido resistiendo presiones a sus
negocios con la Isla desde hace años. El gobierno de George W. Bush, por
medio de la Comisión del Mercado de Valores de EEUU (SEC), le remitió en
2008 una carta a su directiva para pedir explicaciones sobre su
presencia en Cuba. La empresa respondió con transparencia, y siguió en Cuba.
En líneas generales, las empresas españolas en Cuba llevan adelante su
trabajo en una atmósfera de serenidad, únicamente alterada en 2009
cuando, por falta de liquidez (uno de los principales rubros de
exportación, el níquel, había bajado a mínimos, a lo que se sumó el
azote de tres potentes huracanes en 2008), La Habana retuvo determinados
pagos a estas, en un impasse que halló poco después su vía de salida.
De tal modo, aparcados los pronunciamientos políticos y las diferencias
ideológicas, Cuba ha "marcado tarjeta" dándole su apoyo a un país
latinoamericano cuyo gobierno, si bien no al estilo venezolano, mantiene
buenos lazos con La Habana. Y lo que queda es dejar trabajar en paz a
Repsol.
El Diario Exterior – Madrid
http://eju.tv/2012/05/cuba-respalda-a-cristina-fernndez-pero-hace-negocios-con-repsol/
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