jueves, 23 de febrero de 2012

Privilegios para militares “revolucionarios” en Cuba

Privilegios para militares "revolucionarios" en Cuba
febrero 23, 2012
Isbel Díaz Torres

HAVANA TIMES, 23 feb — El esposo de mi vecina, coronel del Ministerio
del Interior (MININT), acaba de comprar para su casa una lavadora que en
las tiendas cubanas cuesta más de 700 CUC (770 usd).

Por supuesto, él no pagó esa cantidad: los militares en Cuba reciben
privilegios.

Aunque esa realidad no es ni exclusiva de las fuerzas militares cubanas,
ni novedosa para los lectores de Havana Times, me parece apropiado dar
testimonio de este tipo de "corrupción autorizada," de la cual no se
habló en la Conferencia del Partido.

Presumo que las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el MININT en
Cuba reciben un altísimo presupuesto del Estado, pero las cifras son
desconocidas por la población.

Creo que hasta los diputados de la Asamblea Nacional desconocen el monto
que parece ser astronómico.

Para colmos, la reciente promoción del oficial Adel Yzquierdo, quien fue
jefe de la dirección de Planificación y Economía en las FAR, a ministro
de Economía y Planificación, y ahora también a vicepresidente del
Consejo de Ministros, augura todavía mejores condiciones para los militares.

Por otra parte, la mayor parte de los jóvenes que son reclutados para el
servicio militar obligatorio, sobre todo fuera de La Habana, son
destinados a trabajar en la agricultura o la construcción durante tres
años de sus vidas.

Ni las FAR ni el MININT pagan impuestos por el uso de esa fuerza de
trabajo, mientras les pagan míseros salarios a los reclutas, y se
benefician de sus resultados productivos.

Aunque parte del producto agrícola va a selectos agromercados, otra bien
sustancial viaja a las unidades militares, las empresas, los hospitales,
y los hoteles y casas de descanso, todos para militares.

Recientemente mi papá comió varias veces bistec de res (exótico manjar
en Cuba) en el Hospital Militar de Marianao, y apenas permaneció una
semana haciéndose un chequeo en la sala destinada a los oficiales
intermedios.

Allí la comida no es igual para todas las salas. ¿La destinada a los
generales qué tendrá en su menú? ¿Langosta?

Si se tratara de un mecanismo de autofinanciamiento, podría ser
parcialmente comprensible, pero lo cierto es que buena parte de los
artículos que periódicamente reciben los militares no son consecuencia
del trabajo agrícola: muchos son importados.

No reciben solo alimentos fuertemente subsidiados, sino también móviles,
autos, muebles, y electrodomésticos como refrigeradores, computadoras,
lavadoras, televisores, aires acondicionados, y un largo etc. que se
suma a sus ya altos salarios mensuales y altos retiros.

¿Está el país en condiciones económicas para sostener tal despilfarro,
que por demás resta decoro y credibilidad a esas fuerzas militares?
¿Seguimos hablando de un proyecto socialista, o en algún momento
"cambiaron el canal"?

Como hijo de militar que soy, he visitado los espacios de ocio que ellos
han diseñado para sí mismos, y confieso que es indignante ver cómo las
lógicas de consumo desenfrenado, insolidarias, elitistas y egoístas, se
han entronizado en esos predios.

Mientras más altos los grados, mayores los privilegios. Llegan a vivir
como verdaderos empresarios capitalistas (muchos de ellos lo son), y su
presencia en los más importantes negocios de la isla (cultivos
transgénicos, puerto del Mariel, fibra óptica, red de tiendas en divisa,
campos de golf, aeronáutica "civil") es apenas conocida por la población.

Asombra ver cómo asumen sus privilegios de manera natural, sin siquiera
sonrojarse ante las profundas diferencias que van labrando entre ellos y
el pueblo común. Se llaman herederos de los mambises y del Ejército
Rebelde, pero olvidan cada día más la austeridad y sacrificio de
aquellos hombres y mujeres de nuestra historia.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=58429

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