jueves, 27 de octubre de 2011

La prisión inmutable

La prisión inmutable
Jueves, Octubre 27, 2011 | Por Jorge Olivera Castillo

LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -La cárcel de Guantánamo se
mantiene congelada en el tiempo. Lo sé por un breve reporte noticioso
publicado en Cubanet, el 7 de octubre último.

No hay variación alguna. La fiesta del pavor sigue vigente en cada tramo
de esa prisión que alberga a cientos de prisioneros.

Es muy posible que en el instante que se lea este comentario, algún reo
esté cortándose las venas del antebrazo, inyectándose excremento debajo
de la piel o con el abdomen abierto, después de pasarse la hoja afilada
de un cuchillo confeccionado con un pedazo de hierro extraído de una de
las literas de tres niveles.

Es fácil presumir las ocurrencias de esos actos suicidas. El valor para
mutilarse crece en la medida que se reproducen los demonios del hambre,
el hacinamiento, la falta de la debida atención médica, entre otros
factores que desvalorizan la condición humana.

No hay sobredimensionamientos en la nota informativa firmada por la
periodista Ana Aguililla. Las especificaciones del reo Walfrido
Rodríguez Piloto, pasan por encima de cualquier duda.

Es cierto que el agua que sale de los grifos, hospeda un sinnúmero de
parásitos y bacterias. De un río cercano, llega espesa y turbia para
impedir un baño mínimamente digno.

La sed hace olvidar la tonalidad que anuncia una sucesión de eventos que
van desde el insomnio a causa de los terribles dolores abdominales hasta
el ingreso en la enfermería por una avanzada deshidratación.

Unos beben con frenesí, otros hacen una mueca de asco, sin pensar mucho
en la añadidura de otros infortunios a su precaria existencia en ese
mundo de rejas y candados.

http://www.cubanet.org/articulos/la-prision-inmutable/ hecho de que no
se citen otras adversidades en la noticia, no quiere decir que la vida
dentro del Combinado Provincial de Guantánamo sea menos traumática que
hace un tiempo atrás.

Basta con saber que las características del agua son las mismas y que
prosiguen los intentos de suicidios como métodos para poner fin a un
ciclo interminable de vicisitudes.

Walfrido Rodríguez Piloto, reside en Ciudad Habana y fue sancionado, en
junio de este año, por lanzar panfletos con consignas
antigubernamentales en la céntrica Plaza de la Revolución junto a dos
personas más, también privadas de libertad.

A él le ha tocado un castigo adicional al ser enviado a una prisión
situada a más de 900 kilómetros de su casa.

En su estancia será espectador de otras tragedias que quedarán grabadas,
para siempre, en su memoria.

Ojalá no sean más catastróficas que las que a menudo transitan por mis
recuerdos. Más de un año estuve en cubículos y calabozos de esa parcela
del infierno.

No lancé volantes en la vía pública, simplemente me decidí a ejercer el
periodismo sin hacer concesiones al poder. Por despojarme de la máscara
y decir mi verdad, me trataron como un criminal de la peor ralea.

En esa prisión se extinguió parte de mi vida, pero sobreviví para contar
los pormenores de un destino marcado por el espanto.

Espero que Walfrido tenga la misma suerte.

oliverajorge75@yahoo.com

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