domingo, 23 de octubre de 2011

Capturado Raúl Castro en Birán

Publicado el domingo, 10.23.11

Capturado Raúl Castro en Birán
Miguel Cossio

Los Kadafi tenemos plan A, B y C, aseguraba Saif al-Islam a una
televisora turca, cuando en febrero unas pocas ratas terroristas, como
llamó a los sublevados, se levantaron para derrocar a su ahora linchado
padre.

El plan A consistía en vivir y morir en Libia; el B, vivir y morir en
Libia; el C, vivir y morir en Libia.

Los dictadores cubanos Fidel y Raúl Castro deberían reflexionar en serio
sobre el destino de los Kadafi. Aunque, como sabemos, no hay peor sordo
que el que no quiere oír. Los Castro siguen empeñados en decir que todo
lo que ocurre en el resto del mundo acerca de la búsqueda legítima de la
democracia y el mejoramiento de los niveles de vida de la población es
absolutamente inaplicable a la situación de Cuba, que para ellos se
encuentra en otro planeta.

El violento final del rumano Nicolae Ceausescu, el iraquí Saddam Hussein
y el libio Moammar Kadafi, entre otros dictadores, así como el ímpetu
del movimiento de los indignados en varios países del globo, no inmuta a
los hermanos Castro, ni parece decirles nada.

Por el contrario, su régimen afirma que en Cuba ya hubo un movimiento de
los indignados en 1959, es decir, en el siglo pasado, interpretación
histórica que podríamos aplicar también a los independentistas del siglo
XIX que se indignaron contra el colonialismo español.

En efecto, todo eso ocurrió, pero en otra realidad borgiana. Porque, en
ese estado de percepción y negación esquizoide en el que viven los
Castro, lo que pasa en el mundo no les importa ni les toca ni con el
pétalo de una flor.

Siguen ignorando el fenómeno político de mayor trascendencia de los
últimos veinte años; esto es, el establecimiento de una agenda global de
libertad, que comenzó con la caída del Muro de Berlín en 1989, resurgió
en el 2009 con las protestas electorales en Irán y fraguó este año con
la primavera árabe en Túnez, Yemen, Egipto y Libia.

Permanece en suspenso la suerte de los regímenes de Bashar al Asad en
Siria y Abdelaziz Buteflika en Argelia, amigos ambos de los Castro, así
como la de la férrea monarquía de Isa al Jalifa en Bahrein. Sin
mencionar los casos africanos o los de aquí, Nicaragua y Venezuela.

Para los Castro, el pueblo cubano es incapaz de indignarse ante la
corrupción, la desesperanza y las carencias económicas y de libertades
básicas. Por eso también tienen un plan A, un plan B y un plan C.

El plan A es vivir y medrar en Cuba; o sea, vivir y mejorar sus
fortunas, aumentando sus bienes y poderes, a costa de la nación cubana.
El plan B es vivir y mendigar en Cuba, lo que significa mantener al
pueblo como un país limosnero, que vivió primero a cuenta de la Unión
Soviética, ahora de Venezuela y siempre de la caridad ajena. El plan C
es vivir y matar en Cuba; es decir, eliminar sistemáticamente a todos
sus indignados, contrarios y supuestos enemigos, como ocurrió con
Orlando Zapata Tamayo y Laura Pollán, haya sido por negligencia o
voluntad expresa.

Hay, sin embargo, un error gramatical en estos planes. Medrar, mendigar
y matar no pertenecen al mismo campo semántico. El único referente común
con aquel proyecto de Saif al Islam Kadafi es morir, ya sea
tranquilamente en la cama –como los Castro quisieran– o por la violencia
inoculada durante medio siglo de dictadura.

Tengo entendido que Raúl Castro ya tiene listo su mausoleo en Mayarí
Arriba, en la Sierra Cristal. Y como Fidel piensa que nunca morirá, tal
vez no ha hecho público sus propósitos funerarios.

Ni siquiera el recurso de Saddam Hussein y Moammar Kadafi de refugiarse
en Tikrit y Sirte, sus respectivas aldeas de origen, es aplicable a
Fidel y Raúl Castro, porque Birán, el poblado natal de los hermanos, no
clasifica como base de fieles. Incluso la casa original desapareció en
un incendio.

Será probablemente imposible leer un titular como el de este comentario:
capturado Raúl Castro en Birán. ¿Será?

http://www.elnuevoherald.com/2011/10/23/1049797/miguel-cossio-capturado-raul-castro.html

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