Moya: La 'marcha Boitel y Zapata viven' prueba que 'la unidad de la
disidencia es posible'
DDC
Madrid 17-09-2011 - 10:40 pm.
Diferentes grupos de la disidencia interna 'subordinaron sus proyectos y
lo pusieron todo en función de la marcha', dice el ex preso político.
Los opositores estuvieron cuatro meses preparando la iniciativa e
incluso elaboraron un reglamento de conducta.
Ángel Moya, ex preso político del Grupo de los 75. La Habana, 12 de
febrero de 2011. (GETTY)
Grupos de la disidencia interna de todo el país trabajaron juntos
durante cuatro meses, pospusieron sus respectivos proyectos e incluso
acordaron normas de comportamiento para intentar llevar acabo la "Marcha
Nacional por la Libertad Boitel y Zapata viven", dijo este sábado a
DIARIO DE CUBA Ángel Moya, uno de los integrantes del Grupo de los 75
que rechazó partir al exilio en España.
La iniciativa "demuestra que la unidad de la disidencia es posible",
dijo Moya tras ser liberado después de tres días de arresto.
El ex preso político y al menos otros 70 activistas fueron apresados el
jueves en Villa Clara, informó a DIARIO DE CUBA Elizardo Sánchez
Santacruz, portavoz de la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos
y Reconciliación Nacional (CCDHRN).
Cerca de 12 continuaban detenidos en el momento de redactar esta
noticia. Algunos en paradero desconocido, según Sánchez.
El opositor Jorge Luis García Pérez (Antúnez) denunció a través de
Twitter que su esposa, Yris Pérez Aguilera estaba en un calabozo en
Placetas "en muy mal estado de salud, con el pecho y el abdomen
inflamados, vomitando bilis y con crisis de hipoglucemia".
Antúnez dijo que la policía impidió que activistas hicieran llegar a
Pérez Aguilera los medicamentos que necesita.
De Oriente a Occidente
Los intentos de realizar la marcha "Boitel y Zapata viven" comenzaron el
pasado 8 de septiembre en Guantánamo. Los disidentes quieren llevarla de
Oriente a Occidente, con relevos en cada provincia, para exigir al
Gobierno que "respete y publique la Declaración Universal de los
Derechos Humanos; ratifique los pactos internacionales sobre esos
derechos; cese la represión contra la oposición pacífica y el pueblo;
libere a todos los presos políticos sin condiciones, y derogue el marco
legal por el cual fueron llevados a prisión".
Pero, desde el inicio, cada amago de salir a la calle (en Guantánamo,
Palma Soriano, Baracoa, Holguín, Las Tunas y Santa Clara, entre otras
ciudades) ha sido frenado por el Gobierno, en algunos casos con violencia.
Teniendo en cuenta los datos de la CCDHRN, en lo que va de septiembre se
habrían registrado alrededor de 200 detenciones, de horas o varios días
de duración.
La iniciativa retoma una similar que intentó en 2006 el ex preso
político Ramón Velázquez Toranzo, de Las Tunas, actualmente detenido y
en huelga de hambre.
Una de las principales críticas que suele recibir la oposición de la
Isla es que está fragmentada, desorganizada y minada por rivalidades
entre sus líderes.
Sin embargo, de acuerdo con Ángel Moya, uno de los impulsores de la
marcha, ésta es resultado "de la colaboración, del sentido de unidad
entre organizaciones" diferentes.
"Los grupos de la disidencia interna y muchos activistas de derechos
humanos subordinaron sus propios proyectos y lo pusieron todo en función
de la marcha", dijo Moya.
Mencionó los casos del también ex preso político de los 75 José Daniel
Ferrer, en Palma Soriano; Rogelio Tabío Ramírez y Rolando Rodríguez
Lobaina, en Guantánamo; Guillermo Fariñas, Librado Linares, Antúnez e
Idania Yánez Contreras, en Villa Clara, y Sara Martha Fonseca, Héctor
Palacio Ruiz, Francisco Chaviano, en La Habana.
Otros aportaron desde sus respectivas funciones, añadió Moya. Elizardo
Sánchez "desde el principio se dedicó al monitoreo de la situación
represiva con respecto a los participantes", ejemplificó el expreso
político, que agradeció además el apoyo de varios grupos del exilio.
Reglamento para la protesta
Según Moya, los disidentes estuvieron preparando la marcha durante
cuatro meses en los que dieron conferencias en diversos puntos del país
para "educar" en "resistencia pacífica" y explicar cómo comportarse en
el momento del arresto, entre otros temas.
"Muchas de las actividades previas hubo que hacerlas de forma
clandestina, desplazándose en secreto, debido a la vigilancia de los
órganos represivos", dijo.
"Fue una labor muy importante porque estimuló el espíritu de pertenencia
de las organizaciones de la disidencia y activistas de derechos humanos
que estuvieron involucrados directa e indirectamente en la marcha",
consideró.
El ex preso político dijo que los opositores incluso elaboraron un
reglamento con normas de comportamiento para participar en la marcha.
Estas son algunas de ellas:
—Actuar pacíficamente a la hora del arresto. No resistirse violentamente.
—No provocar a nadie, ni con la palabra ni con gestos.
—No invadir durante el trayecto la propiedad privada. Respetar las
propiedades.
—Mantener la disciplina en los poblados a los que llegue la marcha para
no dar una mala imagen de los participantes.
—No ingerir bebidas alcohólicas, drogas ni ninguna otra sustancia
psicotrópica.
—No portar armas blancas ni de ningún tipo.
—No ir sin camisa.
"La Seguridad del Estado está recurriendo a todos sus recursos humanos,
materiales y financieros para detener la marcha, recursos que le roban
al pueblo para emplearlo en la represión", dijo Moya.
Durante los arrestos, buena parte de los disidentes han sido acusados de
"desorden público".
Pero "la marcha seguirá", afirmó el ex preso político. "No podemos
aceptar, bajo ningún concepto, que nuestras casas sean calabozos".
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