jueves, 14 de julio de 2011

Sin tocar al mono

Sin tocar al mono
Thursday, July 14, 2011 | Por Osmar Laffita Rojas

LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -Leyendo el artículo de la
periodista Anneris Ivette Leiva titulado "El derecho a la información",
publicado en el periódico Granma el pasado 8 de julio, salta a la vista
lo que la prensa de las sociedades democráticas y los periodistas
independientes cubanos han criticado y denunciado durante décadas: el
total control de la información, que no sólo es política oficial del
partido comunista, sino todo un "modo de vida" que hace metástasis en
los directivos de los ministerios y empresas, a todos los niveles; todos
ellos, por supuesto, comunistas.

El artículo muestra una aparente ingenuidad de la periodista, que, al
tratar el escabroso asunto, se limita a jugar con la cadena pero se
cuida mucho de tocar al mono. Porque, como todos en Cuba, Leiva sabe
quien manda y quien le paga.

El mono, en este caso, es el Departamento Ideológico del Partido
Comunista, que aplica una férrea censura y les dice a los directores y
editores de los órganos de prensa –todos de su propiedad y bajo su total
control- qué se puede decir y qué informaciones hay que lavar,
manipular o sencillamente ocultar.

Osvaldo Borges, Jefe del Departamento Ideológico del Partido Comunista,
es el Torquemada que dirige el tinglado, el Santo Oficio de la censura
comunista, y cumple escrupulosamente las órdenes del Buró Político, que
son las que tiene que seguir al pie de la letra la prensa oficial. Los
periodistas, simples asalariados, obedecen lo que se les orienta.

La colega Anneris Ivette Leiva, aunque vea a los periodistas
independientes como demonios, sabe tan bien como nosotros todo lo que
digo y conoce perfectamente el origen de lo que con tanta timidez
intenta "denunciar".

Sabe perfectamente Anneris que, si bien la información no es "propiedad
de los burócratas", ella, como otros informadores oficiales confrontan
una barrera infranqueable para poder informar realmente, aunque crean
que es su deber "revolucionario", y aunque el presidente Raúl Castro
diga que hay que suprimir el exceso de secretismo.

Nuestros burócratas no son suicidas. Su postura de obstrucción a que se
filtre la información de lo que ocurre en sus ministerios y empresas,
está respaldada por fuerzas muy poderosas. Todos temen que sus desmanes
y corrupción se conozcan. Se sienten respaldados y protegidos, porque
sus intereses son los mismos del partido; de hecho ellos son el partido
y el partido es quien gobierna. Y, para su beneplácito, donde no hay
democracia el gobierno es omnipotente.

La pirámide de censores que encabeza el Jefe de Divulgación, incluye a
los ministros y los dirigentes. Sus excusas son risibles. Aunque por
muchas vías las informaciones se filtran a publicaciones extranjeras o a
los periodistas independientes, ellos alegan que no se las puede brindar
a los periodistas oficialistas porque la información "puede ayudar al
enemigo imperialista". Lo que realmente esconden es su mal trabajo y su
corrupción.

Tiene razón la combativa Ivette, la realidad es que los periodistas
oficiales no tienen acceso a la información y menos aún pueden
entrevistar a funcionarios o especialistas, que siempre alegan que no
pueden conceder entrevistas porque sus superiores no los autorizan.

Solo le faltó un pequeño detalle a la periodista: decir que el verdadero
escollo, el verdadero responsable de la censura y la manipulación de la
información en Cuba es el Partido Comunista, ergo el gobierno.

Pero, como bien dice el viejo refrán, no se puede tocar al mono.

ramsetgandhi@yahoo.com

http://www.cubanet.org/articulos/sin-tocar-al-mono/

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