jueves, 14 de julio de 2011

Permiso de Residencia en el Exterior

Permiso de Residencia en el Exterior
Thursday, July 14, 2011 | Por Víctor Manuel Domínguez

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) – Viajar al exterior es un
sueño recurrente para la mayoría de los cubanos. Son muchas las
dificultades y prohibiciones que deben superar para materializar ese
sueño de visitar cualquier otro lugar del planeta. Poder vivir fuera y
regresar, es el anhelo supremo.

Por eso, los cubanos que obtienen el PRE (permiso de residencia en el
exterior) del gobierno cubano, se convierten generalmente en cómplices
de la política del país. El temor a que no los dejen regresar si hablan
mal de la revolución, los convierte en verdaderos rehenes de las
prohibiciones y en voceros del gobierno. No importa si sacuden alfombras
en Teherán, lavan platos en Estambul, o trabajan como correveidile en un
club de Madrid: tienen que apoyar a la revolución.

Da lo mismo levantar frente a una gasolinera un cartel que diga, Cuba,
te amo, que marchar junto a tres coterráneos ondeando banderolas con la
imagen del Che, mientras gritan "Abajo el bloqueo imperialista" o
"Libertad para los 5". La cuestión es demostrar fidelidad a la patria y
al socialismo. O al menos callarse.

Indira Estébanez es una más entre los cerca de 100 mil cubanos
residentes en España. Logró el permiso de residencia en el exterior
gracias a un abuelo catalán, y a que su sexagenario esposo, oriundo de
Andalucía, tiene negocios aquí en la isla.

De visita en La Habana, por quinta vez en apenas tres años, dice que
aquello no es un paraíso. Hay que trabajar muy duro, aunque los salarios
de un mes superan al que se gana en Cuba en un año. Su apartamento en
Barcelona es tres veces más grande que su casa de Marianao; pero se
lamenta porque allá se habla catalán.

No se adapta. Va y viene como un perro extraviado de La Barceloneta al
Casco Histórico de La Habana. Viaja sola. Su marido no está para otros
trajines fuera del negocio. La deja divertirse. Eso sí, sin cuestionar
al sistema o a las autoridades cubanas.

Por eso Indira les pide a sus amigas que no la comprometan. "Hablar mal
no resuelve nada. La revolución ha cambiado. Antes nos prohibían
viajar", dice sentada con sus amigas bajo una carpa frente al mar,
mientras disfruta de su cerveza Bucanero.

Cuando Telma le pregunta si no recuerda cuando la expulsaron de la Unión
de Jóvenes Comunistas (UJC) y el encarcelamiento de su padre por salida
ilegal del país, Indira contesta que esos eran "errores superados".

La tarde cae sobre la Avenida del Puerto mientras el crucero español
Géminis hace su entrada en la bahía. Tahimí, otra de sus amigas, como
quien no quiere las cosas, le dice: "Ninguno de los turistas que nos
saludan desde la cubierta es cubano". Indira parece no captar el mensaje.

A los 27 años, su vida está llena de temores y sin espacio para gestos
solidarios; al menos, mientras haya que pedir permiso para salir y
entrar al país.

vicmadomingues55@gmail.com

http://www.cubanet.org/articulos/permiso-de-residencia-en-el-exterior/

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