lunes, 25 de julio de 2011

La Guagua

La Guagua
25 de Julio de 2011 00:15
Jorge Luis González Suárez

Plaza, La Habana, 25 de julio de 2011, (PD) El mundo moderno no puede
prescindir del transporte. Cuba usa por lo general uno de los más
comunes. La "Guagua" tal como la denominamos, no es más que una lata de
sardinas con ruedas. El parecido es asombroso. Cuando se abre este
producto en conserva de origen animal lo encontramos prensado y bañado
en aceite. Cuando se abren las puertas de una guagua se halla un
equivalente humano pero bañado en sudor.

La palabra guagua no procede de la onomatopeya del llanto de un bebé.
Aquí su significado está dado por la inveterada costumbre de viajar sin
pagar. Igual a lo establecido para los niños pequeños. Se entienden aquí
por niños a todos aquellos que de alguna forma puedan burlar el abono
del pasaje.
Subir al transporte es magia y acción. La adivinación proviene de saber
dónde piensa parar el chofer. La acción es de correr con el velocímetro
puesto. Llegar a una de las puertas. Ser de los primeros y esperar a que
lo eleve hacia dentro la turba que viene detrás. Y queda todo resuelto.
Bajar es mucho más fácil. Solo necesita ser catapultado hacia afuera.
Puede pedir permiso con cortesía o abrirse paso a empellones limpios.

La pregunta de los 64 mil USD es cuantas personas se introducen en este
vehículo. Nunca se ha podido llegar a una respuesta satisfactoria.
Algunos sesudos han establecido por norma los pasajeros sentados y de
pie. Es imposible. Nunca se ponen de acuerdo. La respuesta más
aproximada es que la guagua se parece al cementerio. Siempre cabe uno más

Otra característica de nuestro artefacto es servir de periódico o
noticiero. Según viaja puede usted enterarse de muchas cosas. La idea de
Internet debe haber surgido de esta forma. Cuando se baja del ómnibus
recibió mayor información que conectado a la red 24 horas y todo de
primera mano.
Patrick Suskind, el célebre autor de "El Perfume" nunca ha estado por
estos lares. Hubiera escrito algo distinto de haber conocido nuestro
aparato. Su personaje Jean-Baptiste Grenouille capaz de identificar
miles de olores a largas distancias hubiera concluido con su olfato
atrofiado. Tal vez cometería la mayor carnicería de la historia.

La guagua es también instrumento que despierta la sexualidad. La pegasón
y el roce aumentan la libido hasta del adulto mayor. Baches, giros
violentos y frenazos facilitan la ocasión. Si el choque resulta
agradable puede terminar en boda. En el caso contrario, en una bofetada.

El equipo rodante sirve también como ring de boxeo. Una bronca y los que
están dentro pueden salir hasta por las ventanillas. El escándalo
proporciona espectáculo público gratuito. Veremos como pocas ocasiones
vaciarse la guagua en segundos.

La Cultura tampoco falta. Los actuales Yutong chinos están equipados con
radio y obsoletas caseteras. La opción musical corre a cargo del
"guagüero". El Reggetón y la Salsa casi nunca faltan. Todo aquel que
guste de éstos disfrutará. Se moverá y cantará con discreción. El que lo
aborrezca que lo parta un rayo.

La última opción que brinda esta "máquina de todos los tiempos" es
convertirse en equilibrista, trapecista o maromero. Es cantera
permanente de la escuela de circo. Agarrarse bien y no caerse es una
proeza. Lograr esta hazaña conlleva a ganarse el título de cirquero
destacado con diploma de oro

primaveradigital@gmail.com

http://www.primaveradigital.org/primavera/section-blog/114-estampas-de-hoy/1889-la-guagua-

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