miércoles, 10 de noviembre de 2010

Sólo para amas de casa puras

Sólo para amas de casa puras
Frank Correa

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - La revolución energética
supuestamente ahorró combustible al país, pero dejó a mucha gente
endeudada. Aires acondicionados, televisores y refrigeradores de
procedencia china, sustituyeron los viejos aparatos que fueron
retirados en camiones movilizados para ese fin, tripulados por
trabajadores sociales, un mecánico para diagnosticar que el equipo viejo
estuviera funcionando, dos soldados del Ejército Juvenil del Trabajo
para cargarlo, y un policía.

Mucha gente no quiso el canje, pues los viejos refrigeradores americanos
se mantenían trabajando bien, y los rusos daban la talla por el
mantenimiento constante y la chapistería, pero finalmente tuvieron que
verlos marchar en los camiones, y se resistieron a pagar el nuevo, made
in China.

Al cabo de dos años, la deuda de los ciudadanos por los
electrodomésticos que compraron bajo presión, suma millones a la deuda
con China, y pende como espada de Damocles sobre las entidades del
Poder Popular, que presionan para que la gente suelte el "guaniquiqui".
Juan Luis está entre esos casos, está desempleado y no tiene un centro
de trabajo que lo certifique con el banco.

Azuzado por el bodeguero, encargado del control del control de los
impagos, y por el delegado del Poder Popular, que tiene que rendir
cuentas a "arriba" y le dijo que los "morosos" irían ante los
tribunales, Juan Luis fue a la Oficina Nacional Tributaria a hacerse el
harakiri con la deuda. Él se considera estafado, pues le recogieron su
Philco americano, que jamás había pestañado, y le dejaron el Haier
chino, y una deuda de 6 mil ciento diez pesos. La única solución que ve
para salir del problema, es pagar una cuota mensual asequible.

Había una multitud en la Oficina Tributaria, y hasta las diez de la
mañana no lo atendieron. La funcionaria encargada de tramitar los
pagos le echó un cubo de agua fría cuando anunció que las formas de pago
eran al contado o por créditos bancarios, a través de un documento del
centro de trabajo. La totalidad de los presentes estaban desempleados
o eran amas de casa. Debían buscar un codeudor, un garante, algo
imposible de encontrar.

La funcionaria añadió a su perorata que sólo habría chequeras para las
"amas de casa puras", algo que nadie entendió. Las mujeres que estaban
en la cola se miraron sin con cara de lunáticas, y una de ella preguntó
a la funcionaria:

-Oiga, compañera, ¿de qué tamaño debe la pureza para que nos suelten la
chequera?

http://www.cubanet.org/CNews/year2010/Nov2010/10_C_4.html

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