Críticas de la oposición a los cambios anunciados en Cuba
Las medidas fueron consideradas "insuficientes"; inquietud por el tono
"militarista" de Castro
Martes 3 de agosto de 2010 | Publicado en edición impresa
LA HABANA.- La ampliación del trabajo por cuenta propia anunciada
anteayer por el presidente cubano, Raúl Castro, abrió un nuevo escenario
en la isla. Mientras algunos analistas consideran que es un primer paso
firme, la oposición ve "insuficiente" la apertura económica propuesta
por el régimen.
Después de una década sin renovar licencias a los pequeños negocios, el
gobierno ampliará las concesiones y permitirá a los pequeños empresarios
que contraten empleados, lo que marca un giro en una economía estatizada
al 95% y donde sobran un millón de empleados del sector público (el 20%
de la fuerza laboral).
Asfixiada por la crisis económica tras la caída del bloque socialista,
Cuba autorizó trabajos por cuenta propia en los años 90. Después de un
período de recentralización económica, el número de cuentapropistas cayó
de 210.000 a los 140.000 de la actualidad.
La "actualización del modelo socialista", tal como definió el régimen a
las nuevas medidas económicas, que no contemplan ninguna iniciativa de
libre mercado, suponen "pequeños pasos, pero firmes", a juicio de
Heather Berkman, analista de la consultora Eurasia Group de Washington.
"No son medidas que cubran las necesidades de la economía, pero vamos a
continuar viendo un incremento gradual hacia el cambio", señaló.
Para el economista opositor Oscar Espinosa Chepe, la posibilidad de
crear pequeñas y medianas empresas en terrenos como la gastronomía o la
construcción "daría una agilidad tremenda a la economía cubana". El ex
preso político consideró "insuficiente" el anuncio que hizo Castro en su
intervención en la Asamblea Nacional, pero afirmó que, en cualquier
caso, lo importante es que "abre una puerta y rompe un tabú muy fuerte".
Algunos cubanos comenzaron ayer mismo a soñar con la idea de montar un
pequeño negocio. Humberto Trueba, cocinero de 43 años, quedó desempleado
y ahora piensa en poner un puesto de comida en La Habana. "Es lo mejor
que ha hecho Raúl. No tuvo sentido quitar las licencias. Tener tu propio
negocio y pagar al fisco, ¿por qué no? Si los chinos lo hacen", comentó.
Más preocupación generaron entre la oposición los comentarios de Castro
sobre las voces disidentes. El mandatario afirmó que "no habrá impunidad
para los enemigos de la patria" y calificó de una "acción generosa" del
gobierno la reciente liberación de presos políticos. Para Guillermo
Fariñas, que acaba de poner fin a una prolongada huelga de hambre, "hay
una incitación al militarismo y a los actos de repudio" en las palabras
del gobernante.
"Es un mensaje que apela a la fuerza, a la represión, a la intimidación
y que sigue optando por violar nuestros derechos", declaró el opositor
Darsi Ferrer, recientemente liberado.
En la misma línea, el activista de derechos humanos Elizardo Sánchez
calificó el discurso de "continuista". "Al mismo tiempo que la sociedad
cubana clama en silencio en favor de reformas, la minoría ultra
represiva gobernante tiene la misma voluntad para hacer reformas que
caracteriza a la familia de los Kim en Corea del Norte", dijo Sánchez.
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