05-08-2010.
Aini Martín Valero
Agencia Libre Asociada, ALAS, Corresponsal de Misceláneas de Cuba
(www.miscelaneasdecuba.net).- Realmente no sé cómo he podido soportarlo
sin volverme loca. Me tortura el recuerdo de los hechos de los que fui
testigo hace alrededor ya de 16 años.
Confieso que a partir de ese momento dejé de ser quien era. Mis nervios
estallaron, me convertí en una persona introvertida, nerviosa,
sico-dependiente de fármacos para dormir y disimular, el verdadero
estado depresivo por el que atravesaba.
Fui víctima de una gran inseguridad y desconfianza en el porvenir y la
humanidad. Pero no podía hablar, no podía. Tenía sólo 22 años y tenia
miedo a todo.
Seria el mes de agosto del 1994, pero parece que fue ayer. Cuando eso yo
trabajaba en el puerto de La Habana, realizaba labores de pesadora en el
muelle Sierra Maestra 3, donde ganaba un salario miserable.
La caseta habilitada para estos fines estaba a la entrada por la parte
exterior y daba a la calle, en especifico otorgábamos la certificación
oficial de la tarja y el tonelaje de los camiones que hacían la
extracción de mercancías directamente para los almacenes de la economía
interna.
Al lado de nosotros se ubicaba el muelle de Luz, por donde pasaba el
público que tomaba la lanchita de Regla para trasladarse a ese
carismático pueblo o acercarse a otras localidades como Guanabacoa y San
Miguel del Padrón, evitándose por vía marítima tener que dar la vuelta
por tierra a gran parte de Ciudad de La Habana para llegar a su destino.
En esta área también se ubicaban los puestos médicos, veterinarios y
fitosanitarios de fronteras. A continuación el muro del malecón y una
vez terminado este, el cuerpo de bomberos y otras unidades de la Policía
Marítima y Guardafronteras.
La situación del país era difícil, tensa y agobiante. Aguantábamos a
puro coraje, los que no teníamos a donde ir, o los que por cobardes no
nos arriesgamos a tomar acciones violentas o riesgosas. Pasábamos 10 o
15 horas sin fluido eléctrico, no había petróleo, cuando llegabas a tu
casa no había tampoco gas de la calle.
Esa mañana cuando al fin llegue al trabajo de forma angustiosa me llamó
la atención el grupo de personas de diversas edades que se encontraban
en el muro del malecón, unas de pie otras sentadas. Eso no era usual y
mucho menos a esa temprana hora. Comenté con el compañero al cual yo
relevaba y me respondió sin darle mucha importancia:
-Ah, sí, están ahí desde las 4 de la mañana mas o menos. Para mi que hay
alguna concentración política, pero a nosotros el sindicato no nos ha
dicho nada… o se querrán llevar otra lancha.
Todo sucedió muy rápido en solo minutos, los jóvenes allí concentrados
fueron desalojados por la policía. El sueño de secuestrar otra lancha
rumbo a los Estados Unidos fue truncado. Observe como fueron desplazados
hasta la Puntilla, allí comezón la tragedia.
Los jóvenes gritaban desaforados Abajo Fidel, Muera el socialismo……todo
se paralizó, el tráfico quedó estancado y las personas incredulazas
desde sus balcones no podían creer lo que estaba sucediendo. Del barrio
de Centro Habana se sumaron centenas de jóvenes decepcionados con el
sistema. La marcha por el Malecón se hizo numerosa. En la protesta
rompiendo los cristales del hotel Dauville.
Pasaron algunos minutos cuando comenzó a llegar las famosas brigadas de
Respuesta Rápida, compuesta en aquel momento por la Brigada "Blas Roca
Calderio". A golpes sofocaron la protesta, a mi lado un joven que corría
recibió un tiro en un pie, el solo observa junto a mí. Nunca supimos
quien disparó.
Hoy a 16 años del Maleconazo, cuando recuerdo esta fecha se me eriza la
piel. Nunca había visto tanta violencia, nunca había experimentado tanto
miedo.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=29244
No hay comentarios:
Publicar un comentario