Viernes 23 de Julio de 2010 23:56 Agencias
La edición 21 de la caravana organizada por el grupo religioso "Pastores
por la Paz", que aboga por el levantamiento del embargo de EE UU, llegó
el viernes a La Habana para entregar 100 toneladas de ayuda humanitaria,
destinada a los niños de la Isla, informó EFE.
El reverendo estadounidense Lucius Walker, director ejecutivo y portavoz
del grupo, afirmó en declaraciones a periodistas que "los obstáculos no
pueden vencer a la caravana", esta vez integrada por 85 personas
procedentes de 28 estados de EE UU, a los que se sumaron activistas de
México, Canadá y Europa.
Señaló que este año los integrantes de la caravana tuvieron
"dificultades en los cruces de la frontera en Canadá", pero resaltó que
están "muy orgullosos".
En ese sentido, el religioso destacó el apoyo recibido de varios países
que finalmente les permitió llegar a la Isla a través de México con el
cargamento de donaciones recolectadas en 125 ciudades estadounidenses y
Canadá.
Walker explicó que esta caravana la han dedicado a los niños cubanos por
"la prioridad" que se da en la Isla al bienestar de los infantes para
aumentar su calidad de vida.
"Quizás sea el único país en el mundo donde los niños no son indigentes,
donde hay ciento por ciento de niños que van a la escuela, la calidad de
la educación y en el sistema de salud es alta prioridad para los niños y
eso constituye otro ejemplo para el mundo", agregó.
Las 100 toneladas de donativos incluyen material médico y educativo,
equipos para hospitales, equipos de deportes y para obras de
construcción, así como 55 computadoras.
El reverendo de la iglesia episcopal, Luis Barrios, miembro del
colectivo, consideró que formar parte de la caravana "es un honor, pero
también una obligación moral delante de Dios", porque, además,
consideran que el embargo "es inmoral y es ilegal".
"Pastores por la Paz" lleva más de 40 años de activismo social y desde
1992 viaja a Cuba, sin pedir licencia al Departamento del Tesoro de EE
UU, para entregar ayuda humanitaria.
La caravana fue recibida en el Aeropuerto José Martí de La Habana por la
jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista de Cuba,
Caridad Diego, y por la presidenta del Instituto Cubano de Amistad con
los Pueblos (ICAP), Kenia Serrano.
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