martes, 3 de noviembre de 2009

Predicción equivocada

Predicción equivocada
Laritza Diversent

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Vivir en una sociedad
donde reina el caos, impide determinar qué es lo bueno y lo malo,
distinguir el mal mayor del menor. En este sentido, prevenir las
acciones sociales peligrosas para la comunidad es casi imposible.

Cuando un grupo político determina qué conductas deben prohibirse de
acuerdo a sus intereses, la escala de valores sociales se pierde y reina
la desorganización. Ejemplos claves demuestran esta tesis. En Cuba, la
sanción penal es más severa por sacrificar una res que por cometer un
homicidio.

Un hecho sencillo resulta esclarecedor para ilustrar los extremos de
este asunto. Hace 15 días hubo una fiesta a dos cuadras de mi casa. La
calle se llenó de jóvenes alegres, bulla, alcohol y quien sabe cuántas
cosas. El bochinche terminó temprano, antes de media noche, con
alrededor de una treintena de personas apedreando la casa de la vecina,
Katia Vales.

Llegó la policía después que los jóvenes se habían marchado, cansados de
apedrear y retar a los espectadores. Aterrorizado y estupefacto quedó
el vecindario. Muchos de esos jóvenes eran conocidos de la zona, y los
arrestaron.

Alguien preguntó: ¿Qué castigo recibirán esos muchachos? También tuve
miedo, principalmente por los habitantes de la casa apedreada. Gracias a
Dios no hubo males mayores: un farol roto y las láminas de aluminio que
cubrían las ventanas de hierro, destrozadas.

Si fuera jueza, valoraría los hechos no por los daños materiales
ocasionados, sino por sus posibles consecuencias. ¿Qué hubiese pasado si
algunos de los moradores de la vivienda salen en defensa de su hogar?
Podía esperarse cualquier cosa, a partir de la furia de los jóvenes, y
los acusaría de escándalo público y por el delito de amenaza. Como
sanción preventiva, trabajo correccional en la agricultura; para que
piensen dos veces antes de cometer otro acto semejante.

La realidad fue otra. A los jóvenes les impusieron multas, se levantaron
actas de advertencia y… calabaza, calabaza, cada uno para su casa.

Por supuesto, mi escala de valores no tiene por qué ser la misma que la
de las autoridades. Pienso que es más importante preservar la
tranquilidad ciudadana. También debe ser la prioridad de la policía cubana.

Para las autoridades es más importante perseguir a los revendedores y
negociantes que intentan sobrevivir a la crisis económica que asfixia a
la población. Tal vez sea por la posibilidad de sacar ventajas de un
sistema corroído por la corrupción o porque sea el objetivo primero de
sus superiores, para evitar el florecimiento de los nuevos ricos.
Como quiera, esas son las consecuencias de vivir en una sociedad, donde
priman los intereses políticos de una clase que lucha solamente por
perpetuarse en el poder, mientras sus gobernados se hunden en la
decadencia.

Cuba: Predicción equivocada (3 November 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/noviembre09/03_C_3.html

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