lunes, 10 de agosto de 2009

El miedo del débil

El miedo del débil
Yosvani Anzardo Hernández

HOLGUÍN, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - El débil siempre espera ser
golpeado, y no es que le guste, pero se sabe impotente para evitarlo.
Todo lo que desea es golpear él, y tendrá la excusa que no tiene el
poderoso, porque siempre dirá que durante mucho tiempo ha sido objeto de
abuso, y por tanto es comprensible que abuse en nombre de los débiles.

El débil siempre tiene miedo, y por ello, sin embargo, generalmente es
quien mata al fuerte, al guapo. ¿Por qué es así? Pues porque el débil
sabe que tiene que hacer algo para sobrevivir, no puede seguir
aguantando golpes, y desarrolla mañas solapadas, como despertar
compasión, no por blandenguería, pues eso no despierta simpatía, sino
por convencimiento de que es injusto lo que le hacen; de esa forma
manipula a otros.
Todo esto transforma al más débil en el más habilidoso, y a la vez en el
mayor abusador entre todos los débiles que lo rodean.

Las incapacidades físicas y morales obligan a estas personas a
destacarse de alguna manera. Si encuentras a un hombre que desea ser
guitarrista y le faltan dos dedos de la mano, él puede desarrollar una
habilidad al tocar la guitarra de forma que otro, con todos sus dedos,
no puede. Una mujer fea y mala persona, tal vez sea en público
carismática y sociable. Si tratas de convencer a alguien de que no puede
hacer algo, tal vez lo intente y termine siendo el mejor del mundo o uno
de los mejores. Los niños que crecen sufriendo el abuso de un padre
alcohólico muchas veces terminan imitándolo cuando son mayores.

Había una vez un hombre físicamente débil y miedoso. Todos abusaban de
él y lo obligaban a servir. El pobre hombre aceptaba su impotencia pero
no se resignaba a que siempre iba a ser así. Envuelto en su impotencia
soñaba con ocupar el lugar de los abusadores que a diario lo ultrajaban.

Como él había otros, y decidió que como no podía solo, buscaría ayuda.
Lo ideal hubiera sido encontrar a alguien fuerte que lo defendiera a
cambio de algún servicio. Y fue así como comenzó a reunir a otros
miedosos de la zona. La unidad hace la fuerza, reza el refrán, y todo lo
que estaba haciendo era correcto desde cualquier punto de vista. Una vez
logrado el propósito de reunir fuerza contra el abusador, este último se
alejó, y los débiles por primera vez ganaron, al evitar que los
apabullaran.

Todo hubiese seguido bien, pero fue entonces que el sueño de aquel
hombre débil salió a flote. Necesitaba proyectarse y ocupar el lugar
del abusador, por lo que comenzó a humillar con saña nunca antes vista a
sus compañeros de debilidad, los mismos que lo habían ayudado cuando él
pidió socorro para sí, pero en nombre de todos los débiles. Por
experiencia sabía que el miedo es una fuerza poderosa. Decía a todos que
el abusador estaba ahí esperando para golpearlos en cuanto se dispersaran.

Pero el tiempo pasó, el antiguo abusador no les hacía caso, y eso era
peligroso para el débil abusador, porque se quedaría sin excusa para
seguir golpeando a los suyos, y para colmo surgieron valientes que
decidieron acabar con aquello y enfrentar el abuso viniera de donde
viniera. De esa forma el poder del miedo terminó, y pudieron por primera
vez los humillados recuperar su dignidad y vivir felices.

La historia da fe de la existencia de muchos hombres como este, pero el
presente también. Hace poco, en una reunión de los países de ALBA, un
gobernante dijo estas palabras sobre un periodista: "Se puso a temblar
cuando le contesté en la forma en que yo sé contestar ".

Eso pasará a la historia como una de las mejores y más sinceras
expresiones de lo que es y ha sido el régimen cubano y sus dirigentes.

Cuba: El miedo del débil (10 August 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/agosto09/10_C_4.html

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