martes, 16 de octubre de 2012

Persecución implacable

Persecución implacable

La oleada de personal de salud pública visitando las casas para detectar
focos de aedes aegyti no es la solución para erradicar los problemas
asegura la bloguera cubana Rebeca Monzó
Rebeca Monzo
octubre 15, 2012

Existe una nueva oleada de trabajadores de la salud pública, cuya
función es visitar las casas para detectar focos del mosquito aedes
aegypti. Casi todos son personas mayores, jubiladas, provenientes en
muchos casos, del Partido o de las fuerzas armadas, quienes parecen
haberse tomado muy en serio esta tarea. Estas personas irrumpen a
cualquier hora en la mañana o la tarde, y se molestan sobremanera cuando
alguien no puede o no quiere, por las razones que sean, atenderlos.
Entonces tocan timbre de manera obsesiva, golpean con frenesí las
puertas de los vecinos, y algunos hasta lanzan amenazas, en voz alta,
para que los demás escuchen y tomen nota.

Tengo una amiga que vive sola y está convaleciente de un accidente. Su
apartamento se encuentra en un piso alto de un bello edificio de los
años cincuenta, en el Vedado. Desde hace un par de semanas una de estas
inspectoras del focal, como se autodenominan, ha estado visitándola e
insistiendo en que le abra y le permita entrar a revisar su casa. Mi
amiga, a través de la puerta le ha dicho que no puede abrir, que está
sola y tiene problemas de locomoción. Sin embargo esta señora, muy
enojada, la ha amenazado con ponerle multas y hasta ha tenido el
atrevimiento de regresar una y otra vez, sola o acompañada de un miembro
del CDR, para obligarla a abrirle. Como quiera que ha fracasado en su
empeño, ésta le hecho denuncias ante el comité de defensa de la
revolución del edificio en cuestión. Mi amiga, se ha mantenido firme en
su decisión y, aconsejada por personas que la estimamos, ha ido a
denunciar este acoso ante la autoridad médica del policlínico de la
zona, a la que ella pertenece y que responde por estos inspectores.

Hoy mismo, estando en casa, que tampoco le abro la puerta a desconocido
cuando estoy sola, tocaron fuertemente el timbre. Pensé que era alguna
amistad muy cercana y salí del baño envuelta en una toalla, me asomé al
balcón sin que me vieran, y resultó ser uno de estos inspectores del
focal, ya asiduo a la zona, que tocaba el timbre insistentemente y,
digamos que con cierta furia. El no me pudo ver, pero yo si, por lo que
regresé a continuar mi baño interrumpido y el señor en cuestión seguía
tocando timbre, como si se hubiera quedado pegado a éste.

Continuamente se repiten estas escenas en cualquier vecindario, y ya
está resultando, además de inútil, una especie de persecución
inaceptable. Hasta tanto las autoridades no adquieran conciencia de que
las enfermedades como el dengue, que ya no existían en nuestro país y
que desde hace más de tres décadas se han hecho incontrolables, se deben
a la insalubridad ambiental, al deterioro de la ciudad, a la acumulación
de basuras y escombros por doquier, a la deficiente o casi nula recogida
de basura, sobretodo en muchos barrios de la ciudad donde no existen los
contenedores y las personas cuelgan las bolsas con los desperdicios en
los árboles ó simplemente las tiran en cualquier rincón. Además como en
todo esto influye la falta de productos para combatir las plagas, el
deficiente o casi inexistente control sanitario con los animales
callejeros, la tupición de tragantes y alcantarillas, la falta de
limpieza en ómnibus, parques, cafeterías, mercados agrarios y de
víveres, no se va a resolver el problema de controlar la epidemia, que
cada vez se propaga más.

El ejemplo debe darlo el Estado, para después poder exigir a la
población. Antes de perseguir y amenazar con multas, deben crear las
condiciones para que haya una buena higiene que asegure la salud de toda
la ciudadanía. Más que sanciones y persecuciones, educar con el ejemplo
y facilitar los productos y medios necesarios a precios razonables en
correspondencia con los salarios. Solo así nos podremos librar de esta
persecución implacable.

Publicado en el blog Por el ojo de la aguja el 14 de octubre de 2012.

http://www.martinoticias.com/content/article/15710.html

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