lunes, 8 de octubre de 2012

Desde Cuba: un candidato único

Venezuela: Elecciones

Desde Cuba: un candidato único
Eliécer Ávila
Las Tunas 08-10-2012 - 2:07 pm.

En toda esta campaña el pueblo cubano no ha oído una palabra de boca

El de ayer fue un día agotador. Desde muy temprano estuve pendiente a
los mensajes que podían llegar desde cualquier lugar acerca del proceso
eleccionario en Venezuela. La televisión y la radio cubanas no me
sirvieron de nada, pues todo el día estuvieron transmitiendo eslóganes,
consignas y algún que otro detalle sobre los movimientos y declaraciones
de Chávez, así como de los invitados y observadores de la izquierda.

El seguimiento constante y la oportunidad de contrastar informaciones
que tuvo el mundo entero sigue siendo un indicador clave para medir el
grado de aislamiento, cada vez mayor, que tiene el pueblo cubano. Ya
hasta para nuestros vecinos, esos que siempre se ponen de ejemplo de
pueblos que están peor, es normal seguir por internet a través de las
redes sociales y de millones de sitios webs, blogs, etc., todos los
acontecimientos relevantes del planeta.

De nada le sirve a Cuba tener una inmensa cifra de profesionales,
intelectuales, estudiantes y un pueblo "culto", en general, si la
dirección del Estado considera que "no estamos preparados para acceder a
la libre circulación de informaciones que se disfruta en el mundo
civilizado y democrático de hoy". Aunque no es el pueblo el que no está
preparado, sino ellos.

Con profunda decepción, como casi siempre, observé como fue interrumpida
la transmisión en vivo de TeleSur (para la "Revista Especial" que desde
Cuba daba seguimiento a las elecciones) cuando anunciaron que Capriles
iba a hablar. Sin estar previsto, los dos conductores cubanos, como
monigotes grotescos, tuvieron que arreglárselas para llenar el espacio
con palabras torpes y transmitiendo varias veces los mismos materiales
de todo el día, porque alguien tenía que asegurarse previamente de que
todo estaba perfecto para luego poner un pedacito editado de las
palabras del candidato opuesto al candidato de La Habana.

Es sumamente irrespetuoso y ofensivo (por no hablar de ética
periodística, que aquí no existe) que el pueblo cubano en toda esta
campaña jamás haya oído ni una palabra salida de la boca del
contendiente de Chávez. Pareciera que para toda la prensa de este país
en Venezuela no existían varios candidatos presidenciales, sino uno
solo, como aquí.

El propio pueblo de Venezuela escuchó a los dos, en Cuba solo vimos,
escuchamos y leímos a uno. Y lo peor es que esto pasa con absolutamente
todo, y nadie de las estructuras del Estado dice absolutamente nada.

¿Eso es sinceridad? ¿En eso me invitan a creer cuando dicen futuro? Yo
sé que a nadie en este país le gusta ser tratado como estúpido, como
tarado, pero nunca nos van a tratar de otra forma si no nos hacemos
respetar.

El propio caso de Venezuela constituye una lección para los cubanos. No
hay duda de que Chávez ha incidido en muchos sectores de la población de
ese país, sobre todo en los más bajos estratos, pero también es evidente
que el pueblo de Venezuela ha influido con sus SÍ y sobre todo con sus
NO en Chávez. Un Chávez que hablaba hace poco de combatir, aplastar, y
hoy habla de dialogar y construir juntos el futuro de la patria. Y ya no
se le ocurren transformaciones a la Constitución para monopolizar el
poder, callar las voces contrarias y hacerse eterno en el cargo. Aunque
es posible que en el fondo lo desee, pero aprendió que si seguía por ese
camino de imitar fielmente el modelo cubano estaba frito.

Este pueblo, el mío, ya no tiene más justificaciones. No podemos ser
simples espectadores de lo que pasa a nuestro alrededor, estamos
detenidos en el tiempo, dormidos, y si no despertamos pronto estaremos
muertos, porque se habrá extinguido la pequeña llama de esperanza que
podemos tener en esta juventud que todos los días se nos va.

En la película Juan de los Muertos hay un parlamento que dice la joven
hija de Juan que vive en España: "Me fui porque no conozco a nadie por
quien valga la pena quedarse". Esa frase es una verdad tremenda, sobre
todo para los que no ganamos, ni queremos nada a cambio de resistir, y
que, como todo ser humano, necesitamos sentir que el esfuerzo y los
problemas que se afrontan sirven de algo.

Muchos quieren encontrar un tesoro, uno muy grande que le sirvan para
ser feliz toda la vida. Yo sueño con encontrar el alma de este país y
sacudirla muy fuerte para que despierte de una vez del profundo letargo
en el que está sumida hace ya varias décadas.

Esta nación no puede morir como mueren los hombres que la han dirigido o
que la han dominado, para eso es que sirven las nuevas generaciones,
pero hoy Cuba se parece más a los viejos resabiosos. Es lenta, porfiada,
cree que lo sabe todo y se la pasa contando sus historias tantas veces
contadas.

Nosotros, los cubanos de hoy, tenemos que hacer que Cuba se parezca más
a nosotros, así como nosotros nos parecemos irremediablemente a nuestro
tiempo. Tenemos la obligación moral de intentarlo, y lo intentaremos.
Aquí volverá a estar viva la política, aquí habrá democracia y esperanza
nuevamente. Y a los militares, que se han robado el rol político que no
les pertenece, les digo: mejor se preparan para vivir y respetar ese
escenario democrático y no para evitarlo, impedirlo o retrasarlo. Porque
así, con esa actitud que hoy mantienen, yo no sé a quién ayudan, a quién
protegen, pero al pueblo no es.

Y el pueblo ya se está dando cuenta de eso.

http://www.diariodecuba.com/cuba/13389-desde-cuba-un-candidato-unico

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