martes, 9 de octubre de 2012

Conteo regresivo

Sociedad

Conteo regresivo
A. C. San Martin Albistur
La Habana 09-10-2012 - 9:10 am.

El antiguo convento de las Siervas de María, en La Habana Vieja, está a
punto de derrumbarse con siete familias dentro. Los vecinos protestan,
pero nadie escucha.

El antiguo convento de las Siervas de María está por derrumbarse sobre
quienes residen entre sus ruinas. La edificación ubicada en la calle
Cuarteles no.7, entre Cuba y Chacón, en el municipio Habana Vieja,
remonta su construcción a 1810.

En la década del cincuenta fue convertido en edificio de apartamentos de
alquiler. Después del triunfo de la revolución, la indiferencia y el
carácter desbastador del sistema contribuyeron al desastre total del
inmueble.

Cuentan los vecinos del lugar que el primer paso hacia la destrucción
del edificio llegó de la oficina de restauración del historiador de la
ciudad.

"Quitaron toda la cerámica de la entrada para revestir la Casa de la
Tinaja", recuerda una de las vecinas residente en el edificio desde
1957. "Cuando empezaron los derrumbes fue como una maldición, todo se ha
venido abajo", agrega.

Hace tres años la visita de dos arquitectos españoles que pasaban un
curso en La Habana, trajo la esperanza al edificio. Prometieron
gestionar un presupuesto para la reconstrucción del histórico
patrimonio. Durante dos meses, el optimismo de los inmersos en la tarea
pareció resolver el problema. Pero cuando los extranjeros se marcharon,
todo volvió a la indolente normalidad.

La alarma colectiva se hizo real cuando el desplome de una escalera dejó
aislados a los residentes de uno de los apartamentos que sobreviven en
la segunda planta. "Temíamos que continuara el derrumbe y esa gente sin
poder bajar", explica una de las vecinas traumatizada con la catástrofe.

Dos semanas después, el gobierno local se dispuso a instalar una
escalera, pero los afectados habían resuelto el problema por sus propios
medios. Ante el peligro de un nuevo desplome las autoridades
determinaron demoler la segunda planta del edificio, pero pasado tres
años continúa el riesgo.

En respuesta a las reclamaciones de los vecinos de Cuarteles no.7 las
autoridades sugieren no reparar las viviendas, prometiendo casas nuevas.
Y a inicios de 2012 el Instituto de la Vivienda prohibió a los
usufructuarios de viviendas realizar acciones constructivas. A quienes
se mantienen en el empeño después de ser multados se les veta el derecho
a convertirse en propietarios.

Para sumar problemas, las viviendas del edificio en ruinas se han visto
afectadas por tupiciones en el sistema de desagüe de la zona. "La
descarga de los sanitarios de las habitaciones del segundo piso terminan
en el techo de la vivienda de abajo", dice uno de los afectados. Cuando
evacuan los sanitarios las estancias de la planta baja, la descarga
emerge por las bañaderas.

Después de dos meses de reclamaciones a las autoridades del gobierno
local, la empresa Aguas Negras comenzó la reparación. Pero han tenido
que romper la calle para despejar el drenaje, lo que dilatará la reparación.

Dentro del edificio, declarado inhabitable con peligro de derrumbe,
viven unas siete familias en condiciones de insalubridad. De todas
ellas, el caso más crítico es el de Carlos Chacón San Martin, un chofer
de ómnibus jubilado.

Las habitaciones de lo que fue el apartamento de Carlos se han
desplomado una tras otra hasta reducir la vivienda a un espacio que
amenaza con desplomarse. El anciano de 74 años solicitó ayuda al delgado
electo del Poder Popular para recoger los escombros dentro de su casa,
acumulados por los continuos derrumbes.

"El delegado me dijo que cuando sacara los desechos para la calle, él
mandaba un camión a recogerlos, yo no tengo salud para eso y mucho menos
dinero para pagar el trabajo", explica el anciano. Carlos Chacón recibe
una ayuda de Seguridad Social de 192.00 pesos (unos 7 dólares)
mensuales. La Iglesia Católica le ofrece un donativo mensual de
alimentos con el que sobrevive de la pobreza extrema. Carlos no recuerda
haber sido censado, según él "esos trámites lo hace la vecina de al
lado, yo no veo bien", padece la pérdida total de la visión de un ojo.

Los residentes del antiguo convento de las Siervas de María no se
explican cómo las ruinas de un derrumbe se registran como vivienda
habitada en el concluido censo de población y vivienda. Tampoco se
explican qué sentido tiene el trabajo de los delegados del Poder Popular
que deberían representar los intereses de la población. "Cuando vienen
de la oficina del delegado lo único que hacen es prometer", denuncia uno
de los vecinos que trata de resumir los comentarios del resto.

Los vecinos temen morir aplastados por un derrumbe, han escuchado
suficientes historias similares como para no preocuparse. Se niegan a
ser albergados, pues consideran que eso sería eternizar el problema. La
causa común es lograr una vivienda decorosa como la que tenían antes que
el abandono devastara el antiguo convento católico.

http://www.diariodecuba.com/cuba/13342-conteo-regresivo

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