martes, 21 de agosto de 2012

Votar o no Votar

Votar o no Votar
[21-08-2012]
Pedro Corzo
Editor y periodista

(www.miscelaneasdecuba.net).- Las frustraciones que causan en el
ciudadano la corrupción de las prácticas electorales son muchas, pero el
individuo que está
consciente de sus derechos y deberes, no debe usar como pretexto esa
penosa realidad para faltar a un ejercicio clave de la democracia.

Cierto que hay manipulación, malos manejos y hasta corrupción en el
ejercicio electoral, pero tener la capacidad para seleccionar a
quienes nos van a representar y en consecuencia actuen en nuestro
nombre, es un deber intransferible que todos debemos ejercitar, porque
remedando a Wiston Churchill, de todas las formas posibles, la
democracia es la mejor.

El acto de votar cuando se efectúa en un marco de pluralismo político,
en secreto, en un ambiente de completa transparencia y libre de
coacción, es a pesar de sus defectos, el mejor método para elegir a los
gobernantes.

Muchos ciudadanos cuando llega el periodo electoral enfrentan el
dilema de si hacen o no uso de su derecho al voto por el malestar que
causan los malos manejos de un número importante de funcionarios
públicos, pero es una sensación a vencer que debe obligar a estar mas
pendiente de lo que acontece y saber más sobre las opciones que se
tienen para elegir.

El elector debe informarse. Conocer los valores de los aspirantes. Sus
relaciones sociales. Su posición económica y su trayectoria pública.
Quienes son sus asociados, publicistas, asistentes y promotores, esas
son huellas que pueden ayudar a elegir.

Un candidato sin vida pública que de pronto salta al escenario
político debe llamar la atención de aquellos a los que está pidiendo
apoyo. No es que una larga vida en la gestión gubernamental garantice
probidad y eficiencia, pero es llamativo que un individuo en la
madurez se ofrezca a resolver los problemas de la sociedad cuando la
mayor parte de su vida no ha mostrado interés por los mismos.

Hay quienes consideran que se curan en salud por no participar, pero
el caso es que el ganador va a representarle mas allá de su voluntad
y con certeza, para bien o para mal, serán afectados por las
decisiones de los que concurrieron a la justa electoral y la actuación
de los elegidos.

Por otra parte están quienes hacen ejercicio de su derecho de forma
irresponsable porque votan por quienes representan su etnia,
nacionalidad o religión, sin reparar en las virtudes, defectos,
antecedentes y capacidad de los candidatos, lo que confiere al
elegido la certidumbre de que haga lo que haga, siempre contará, con
independencia de su gestión, con el voto cautivo de una masa de
electores.

La apariencia física, el sexo o el recurrido carisma, no deben ser
factores en el sufragio. La atracción irracional que puede ejercer un
candidato sobre sus electores puede resultar fatal si el individuo no
tiene las condiciones para la posición que fue escogido.

Si la selección de un funcionario electo es exclusiva responsabilidad
de los electores, participen o no en los comicios, la actuación del
político en funciones debe regirse exclusivamente por los intereses de
la comunidad que representa y actuar en el marco de los valores y normas
de la sociedad nacional.

Pero por desgracia no ha sido así, ya que la conducta de la mayoría de
los políticos responde a los intereses de los grupos especiales,
sectores que procuran legislaciones o decisiones que favorezcan sus
intereses, y no a favor de los requerimientos de sus electores.

Cierto que un político no puede hacer milagros y resolver problemas
cuando no se cuentan con recursos para ello, pero el ejercicio de sus
obligaciones le debe conducir a una gestión equilibrada en la que los
mayores beneficiados sean quienes les eligieron.

Cuando el político trabaja en base a las demandas y requerimiento de
los intereses especiales por encima de las necesidades y problemas de
sus electores, está faltando gravemente a sus obligaciones, un aspecto
más del cual los electores deben estar informados, en particular cuando
el funcionario está buscando su reelección.

Una maquinaria electoral eficiente es importante para que un candidato
vea realizada sus aspiraciones, pero si esa maquinaria no actúa con
transparencia, es imposible que el candidato sea honesto y pueda
representar a cabalidad los intereses de sus electores.

Los malos políticos pueden frustrar a los votantes y alejarlos del
ejercicio del voto, pero son los electores en una democracia los que
escogen los malos políticos.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=36823

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