miércoles, 22 de agosto de 2012

Vector o enfermedad?

¿Vector o enfermedad?
Miércoles, Agosto 22, 2012 | Por René Gómez Manzano

LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -El sábado pasado, el Noticiero
Nacional de la Televisión, en su edición del mediodía, criticó con
amargura a los cubanos que se niegan a colaborar con los empleados del
Ministerio de Salud Pública encargados de llevar a cabo la campaña
contra el mosquito Aedes Aegypti, vector de enfermedades importantes
como la fiebre amarilla y el dengue.

Los escribidores castristas emplearon palabras de censura, que los
locutores de uno y otro sexo leyeron después en tono crítico.
"Indolencia" e "indisciplina" son algunos de esos vocablos. En el
reportaje se acusó también a esos ciudadanos por no realizar el examen
doméstico llamado autofocal, así como por dificultar el acceso de los
encargados de la fumigación al interior de sus viviendas.

En su cobertura del tema, la prensa oficialista cubana insiste una y
otra vez en el referido insecto. Mencionan los municipios del país en
los que se ha observado una mayor presencia del mismo, y repiten la
necesidad de exterminarlo. Sin embargo, no dicen una sola palabra sobre
el dengue, la enfermedad cuya propagación él propicia.

La aguerrida prensa independiente y los órganos radicados en el
extranjero observan una conducta diametralmente opuesta, pues han
permanecido fieles a su labor de brindar información. Sólo gracias a
ellos nos hemos enterado hace apenas horas de las docenas de
camagüeyanos aquejados por el mal; de los pabellones completos de
hospitales capitalinos dedicados a atender a los enfermos.

Podemos estar seguros de que el silencio que guardan los medios
oficialistas cubanos sobre la actual epidemia o brote de esa dolencia no
es fruto de la casualidad; esa mudez tiene que obedecer a una consigna
lanzada por la única entidad facultada para ello: el tenebroso
Departamento Ideológico del Comité Central del partido único.

En este caso cabe aplicar un conocido refrán, y reconocer que en el
pecado llevan la penitencia. Es un hecho cierto que los compatriotas que
sólo tienen acceso a las informaciones que brindan el Granma y los
noticieros nacionales, y que, por ende, únicamente han oído hablar de la
campaña contra el Aedes Aegypti, no del dengue, se resisten a las
molestas fumigaciones y a colaborar con los empleados de Salud Pública.

La experiencia aplicable a este caso es sencilla: cuando en un edificio
o un barco se realiza un ejercicio de evacuación que no constituye un
simple ensayo, sino que obedece a la existencia de una emergencia real,
el sentido común aconseja que se informe sobre este último particular a
los participantes. De este modo se garantiza que, ante el peligro
cierto, todos colaboren al máximo de buen grado.

Eso es precisamente lo que no han hecho en este caso los medios
oficialistas. El régimen no desea divulgar la difusión que ha alcanzado
la enfermedad, antes desconocida entre nosotros. De seguro aspira a que
no se afecten los pingües ingresos que obtiene del turismo. También
anhela no hacer nada que atente contra "la potencia médica" que proclama
su propaganda alardosa y mendaz. Por eso esconden la realidad.

Lo anterior implica que, cuando un hijo de vecino cualquiera ve llegar a
los fumigadores, no perciba en ellos a las personas que pueden evitar la
infección con la mortal dolencia de él mismo o de sus seres queridos,
sino sólo a alguien que viene a perturbarlo en aras de una lucha —para
él no muy clara— contra una especie animal.

En este contexto, ¿tiene algún sentido la arremetida verbal del
noticiero sabatino? ¿Es lógico que los agitadores comunistas llamen a
luchar contra un enemigo que no se sabe quién es! Ellos, antes de
ponerse a reprender a quienes no preguntan, pero tampoco colaboran,
harían bien en examinarse a sí mismos con espíritu crítico; en practicar
un autofocal de nuevo tipo para identificar las verdaderas causas de la
falta de colaboración que atribuyen a sus súbditos.

http://www.cubanet.org/articulos/%c2%bfvector-o-enfermedad/

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