miércoles, 8 de agosto de 2012

Ustedes y Nosotros

Escritores cubanos, Intelectuales, Cuba

Ustedes y Nosotros

Carta abierta a los escritores en la Isla

Félix Luis Viera, Miami | 08/08/2012 11:35 am

Luego de, como dicen, monitorear en uno y otro sitio, creo que es fácil
aseverar que cada día Ustedes y Nosotros nos separamos más. Sería
superficial afirmar que la culpa es de Ustedes, pues así obviaríamos la
dictadura que los sume.

Si tienen alguna culpa, en mi opinión será esa, la de vivir bajo las dos
botas castristas y, a veces, y algunos, expresarse en conferencias,
antologías, charlas, periodizaciones, reseñas, etcétera, como si
Nosotros o casi todos Nosotros no existiéramos, o peor: como si nunca
hubiéramos existido, Allá, con Ustedes. Creo que, en esos casos, no nos
olvidan, solo nos omiten. El miedo. Comprendo. Por acá, creo que
coincidan si acaso tienen acceso a la "prensa enemiga", Nosotros no nos
olvidamos de Ustedes; consta en revistas, diarios impresos,
electrónicos, blogs, conferencias, charlas públicas, conversaciones
abiertas. Nosotros nunca debemos olvidarnos de Ustedes. Ya sé lo que
pensarán si leen estas líneas: Nosotros podemos escribir, hablar,
parlotear lo que nos plazca porque habitamos tierras de libertad —es
decir, ningún tirano nos reprime ni el músculo ni el alma–, Ustedes no.
Tienen miedo. Y eso es comprensible. Tienen miedo aun de contestarnos un
mensaje electrónico. Es comprensible. Sin embargo, recuerden que no
pocas veces, antes, Allá, nos abrazamos, caminamos juntos, amamos
juntos, trabajamos juntos, éramos amigos los que éramos amigos. Éramos
buenos socios los que éramos buenos socios.

Sabemos por acá que solamente unos cuantos de Ustedes mienten con la
palabra. Y comprendemos al resto, que miente con el silencio. Y sabemos
que Ustedes son inteligentes, de modo que, aunque no puedan decirlo so
pena de ser aplastados, nada esperan de un régimen represivo que está en
sus finales, que siempre, nos damos cuenta ahora, estuvo en sus finales
(hay finales que pueden tardar mucho en comenzar y terminar).

Sabemos que hay entre Ustedes perversos, pocos, que, como decía, mienten
con la palabra y aúpan libros que Ustedes publican y no existen; premios
que ustedes ganan y no existen; medallas y diplomas con que a Ustedes
los honran y no existen. Porque la lid no es equitativa: sin Nosotros,
Ustedes no son nada, y viceversa.

Sabemos que el creador, el hombre en fin, hace su vida, debe hacer su
vida en el lugar que le toque. La mayoría de Ustedes eso hace, y acepta
las circunstancias y marcha todo lo adelante que le sea posible, sin
maldecirnos a Nosotros. Pero esa mayoría de Ustedes sabe que Allá
también están los otros de Ustedes: los perversos, los sin talento, los
mediocres de espíritu —no de mente—, los oportunistas, los carroñeros
que viven de las sobras —jugosas, en relación con la inopia ambiente—
que les tira la dictadura; y que, por cierto, pasan por encima de la
mayoría de Ustedes tanto a la hora de la mesa como de la visita a ultramar.

Sería mucho exigirles a Ustedes que lo comprendieran todo, puesto que la
tiranía no les permite ver el mundo, enterarse, aun les niega lo que
por acá posee cualquier ama de casa: la conexión con el planeta íntegro
por medio de la Internet. Mientras le mete por los ojos un diario,
cuatro canales de televisión, diez emisoras radiales ante los cuales la
Mentira se sentiría abochornada.

"Sin patria, pero sin amo", dijo el Maestro. Así andamos por acá. Sin
embargo, el precio no es bajo. En busca del sustento, de la
supervivencia en la mayoría de los casos, hemos escarbado en las nieves
de Canadá; nos hemos helado en el frío nórdico; hemos repartido comida
bajo el sol de Miami; hemos llorado perdidos en el metro de Madrid;
hemos sufrido la grisura de la Patagonia, de la ciudad de México, el
invierno invertido de Buenos Aires, la frialdad anímica de Santiago de
Chile, la opulencia ajena de París. Sin saber qué será mañana. Es decir,
más de un día, de un mes, de un año, de varios hubiéramos podido
parafrasear a otro Maestro: "Lo saben todos los días de la semana, la
soledad, la lluvia, los caminos".

Y aún más: varios de Nosotros han muerto sin tener una embajada
diplomática que tramite sus huesos.

Y no tenemos patria editorial, como sí la tienen Ustedes, o al menos eso
parece.

Nos vemos.

http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/ustedes-y-nosotros-279110

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