lunes, 20 de agosto de 2012

Un oficio peculiar

Un oficio peculiar
Lunes, 20 de Agosto de 2012 00:48
Escrito por Frank Correa

Cuba actualidad, Jaimanitas, La Habana, (PD) El período especial ha
parido nuevos oficios en Cuba, que además de mostrar las capacidades
ilimitadas de los cubanos para defenderse de la adversidad social,
dejan boquiabiertos a los visitantes, que se preguntan de dónde los
cubanos sacan tantas ideas y soluciones para resolver sus problemas.

Uno de estos oficios representativos de los tiempos que se viven, es
el mensajero de gas a domicilio. Son los encargados de realizar el
cambio del balón lleno por el vacío en los puntos de venta, según
los ciclos estipulados para cada cliente. Por lo general son personas
de la tercera edad, con hábitos y disciplina de trabajo heredados de
"los tiempos de antes", que continúan ayudando a la economía familiar.

En Jaimanitas existen numerosos exponentes de este oficio, que compiten
entre sí para ocupar los primeros turnos de la cola y cargar más
balones en un solo viaje. El récord indiscutible de más balones de gas
transportados en un carricoche lo ostenta el viejo Papo, de 86 años,
vecino de 230 entre Tercera B y Tercera C, que ha realizado entregas
de 14 balones a la vez, seguido de Becerra, de 73 años, con 10, y
Manolito, de 72 años, con 9 unidades transportadas en su invento rodante.

Estos mensajeros duermen muchas veces en los puntos de ventas para
favorecerse de los turnos privilegiados, y cobran 20 pesos por efectuar
el cambio del lleno por el vacío. Si embargo, la escasez y la necesidad,
hijas pródigas del período especial, han expuesto a la luz un
peligroso accionar de estos ancianos trabajadores de la economía
subrepticia, cuando para obtener ganancias en ciertos casos, o
resolver problemas en otros, extraen a través de una manguera ideada
para estos fines, los residuos que quedan en los balones antes de
entregarlos en el punto de venta.

Este nocivo hábito ha provocado varios accidentes en Jaimanitas. Hace
poco Manolito pasaba gas de un balón a otro en su vivienda, ubicada en
la calle 240, cuando uno de los recipientes explotó, produciéndoles
serias quemaduras con peligro para la vida, a él y a su esposa, de
67 años, que es diabética y se encontraba muy cerca en el momento de
la explosión. Ambos se encuentran hospitalizados.

La explosión más sonada ocurrió hace diez años en una vivienda que
presuntamente almacenaba productos químicos, situada en Quinta
Avenida entre 226 y 234, frente a la escuela "Manolito Aguiar". Toda
una catástrofe, donde perecieron nueve personas.

Para Cuba actualidad: beilycorrea@yahoo.es

http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/4960-un-oficio-peculiar.html

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