miércoles, 15 de agosto de 2012

El odio a la diferencia

El odio a la diferencia
Miércoles, 15 de Agosto de 2012 00:13
Escrito por Manuel Aguirre Lavarrere (Mackandal)

Cuba actualidad, Guanajay, Artemisa, (PD) En Cuba el racismo y los
prejuicios raciales son fenómenos resultantes de viejas y nuevas
políticas que afectan a un mayoritario número de ciudadanos negros y
mestizos.

La mujer negra es victima por partida doble de la discriminación, en
las actividades laborales o como sencillas amas de casas que al verse
privadas de un salario propio son discriminadas por el que las mantiene,
quien por medio del dinero las sojuzga y humilla.

Aun así, siendo esto una realidad, muchos negros y mestizos en Cuba no
perciben que son discriminados. Les basta creer en la opinión oficial y
contentarse con las promesas y los discursos, que en muchas ocasiones
llevan un mensaje racista.

La lucha contra el racismo y la exclusión de negros y mestizos es
histórica en Cuba, pero todavía existe el miedo de salir a las calles y
enfrentar mediante protestas un fenómeno que tuberculiza a la nación y
afecta las relaciones sociales y síquicas de las personas que lo sufren.

El miedo a levantar sospechas de desviación ideológica, como lo
cataloga el régimen, hace que muchas personas callen. En Cuba, la
opinión diferente, esa que no se adhiere a los dictámenes oficiales, es
una opinión desafecta que se paga con el encarcelamiento o la muerte.

El racismo presente en la mayor parte de los políticos cubanos es causa
de sus sentimientos de odio hacia la diferencia en un país multiétnico y
pluricultural, donde los afrodescendientes, sin importar su nivel
educativo, siguen excluidos por los grupos de poder.

La devaluación y el menosprecio son los patrones constantes de un
sentimiento racista.

La marginación, implícita en la forma ideológica de la revolución
cubana, traiciona el anhelo patrio y polariza: representa positivamente
lo que para ella conviene y muestra una representación negativa de
aquello que no conviene a sus intereses políticos.

La democracia, si es verdadera, se preocupa por hacer posibles las
aspiraciones de derecho y dignidad de todos los miembros de la sociedad,
y pone especial atención en los grupos más vulnerables.

Cuba está falta de una política inclusiva y democrática, capaz de poner
coto a las manifestaciones racistas, para un verdadero saneamiento de la
nación, donde el disfrute de los derechos humanos y las libertades sean
la base fundamental de la sociedad.

Para Cuba actualidad: makandalmm@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/4919-el-odio-a-la-diferencia.html

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