lunes, 20 de agosto de 2012

Demandas, aprensiones y otras causas

Demandas, aprensiones y otras causas
agosto 17, 2012
Dariela Aquique

HAVANA TIMES — Los cubanos por más de medio siglo hemos padeciendo de
aprensiones, ya que nos ha tocado protagonizar una adversa coyuntura
social, donde los derechos cívicos, son vetados constantemente por los
ucases del régimen en la isla.

Y más allá de las prohibiciones en sí mismas, el problema cardinal
radica, en que los cubanos en su gran mayoría desconocen (y parece no
preocuparles), ¿a qué tienen o no, facultad legal? Los derechos
constitucionales (y la Constitución de hecho) es algo que generalmente
la masa no maneja.

Esto se debe a que el discurso y la voluntad estatal, se impuso. Aquí el
Estado no es una cuerpo supeditado a la población, sino, que es la
población la que ha estado (y estará, si no se logra una conciencia
colectiva), sujeta totalmente al Estado.

Por estos días han circulado en la red, una serie de iniciativas
ciudadanas, trascritas en cartas que hacen toda una serie de demandas y
propuestas específicas al gobierno. Y esto me hizo revisar nuestra
historia en este sentido. Ya que intentos como estos se han venido
haciendo a lo largo de todos los tiempos en la isla.

Demandas

El más conocido por la opinión pública, el Proyecto Varela, fue ideado
por opositores al gobierno en 1998. Estuvo dirigido por Oswaldo Payá,
quien le diera ese nombre en honor al presbítero Félix Varela. Dicho
movimiento logró indudable repercusión internacional entre 2002 y 2003.
Y se fundamentó en el Artículo 88 de la Constitución Cubana de 1976, que
permite a los ciudadanos proponer leyes si 10.000 electores registrados
presentan sus firmas a favor de la propuesta.

En el 2002 la Asamblea Nacional rechazó el pedido, a pesar que la
organización reportó haber conseguido 11.200 firmas (más del número
requerido para ser considerada). En el 2004, Payá personalmente presentó
14.000 firmas adicionales sin que la gestión llegara a feliz término.

Por el contrario la reacción no se hizo esperar y la respuesta del
gobierno cubano se dio a través del Comité de la Constitución y Asuntos
Legales de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, proponiendo
que la Constitución cubana fuera enmendada para hacer permanente el
carácter socialista del estado cubano.

La votación fue aprobada por el 98,97% de los votos, los que como todos
saben fue resultado de presiones a los ciudadanos, así como al
desconocimiento de la gran mayoría del por qué real de dicha enmienda.

La Ley No.88 de Protección de la independencia nacional y la economía de
Cuba (más conocida como Ley Mordaza), que fue instaurada para justificar
una serie de arrestos y condenas contra detractores del gobierno
ocurridos durante el mes de abril del 2003 y a lo que se le ha dado en
llamar como la Primavera Negra de Cuba.

Se cerró así, con broche de oro, la respuesta estatal al proyecto de
reformas políticas; cuando 75 prisioneros de conciencia fueron
sancionados a privación de libertad que oscilaban entre 10 y 20 años,
después de haber sido sometidos a juicios sumarios.

El documento, denominado Demanda ciudadana por otra Cuba, no es más que
otra inventiva para fomentar un proyecto que abogue por reformas
políticas en la isla a favor de mayores libertades individuales. Han
recogido también un buen número de firmas.

Pero más reciente, apareció otro manifiesto, Llamamiento urgente por una
Cuba mejor y posible, impulsada por Ariel Hidalgo. Una carta, a mi
juicio, ambiciosa y precisa. Donde, a decir de mí colega Armando
Chaguaceda: (…) se combinaron los principios y las urgencias, las
visiones centradas en la nación y en las personas que la habitan, la
denuncia de la violencia y la intransigente defensa de un futuro sin
exclusiones ni injusticia (…)

Estos dos últimos documentos, tienen algunos puntos en común:

1-Fomentar el ciberdebate.

2-Haber convocado firmas de una extensa banda ideológica.

3- Demasiado uso de los términos: exigimos que… o…demandamos al gobierno
cubano que se ponga en práctica de inmediato…

4-Y que recogen las rubricas de una mayoría de cubanos de la diáspora y
muy escasa representación de residentes en la isla (lo que es lamentable)

Yo estoy en disposición de firmar cualquiera de estos manifiestos, o
todos inclusos. Sin embargo y aunque me parezcan acertados, un aura de
escepticismo me envuelve al respecto.

Aprensiones y otras causas

¿Será que son estos los métodos, con que los cubanos logremos cambiar a
Cuba?

1-En ninguno de ellos está la firma ni siquiera de un cuarto de la
población cubana (dígase residentes fuera o dentro del país).

2-El pueblo cubano ha sido programado para solo entender que cualquier
manifestación de desafecto al sistema político, puede ser muy
cuestionada, al punto de acarrear graves inconvenientes como verse
implicado en cualquier momento ante una acusación por incurrir en
supuestos delitos que le priven de su libertad.

3-La circulación de estas cartas es en Internet, a la que no tiene
acceso, casi ningún nacional.

4-Aunque es inminente un cambio radical en la política del país. La
gente se limita a los comentarios de esquinas o pasillos, pero no toma
conciencia real, de que deben operarse transformaciones y saltos en
todas las esferas de la Nación.

5-La maquiavélica estrategia de: divide y vencerás…, implementada por el
Estado y sus órganos de salvaguarda, han demostrado haber sido eficaces
y sembrar la paranoia y al traición ente los conciudadanos.

6-Aunque todas y cada una de estas iniciativas han sido concebida para
exigir reformas y alternativas de manera pacífica, convocando al diálogo
y al entendimiento con la dirigencia del país; es evidente que la otra
parte, ni aceptará tal diálogo, ni sus respuestas serán apacibles (esto
lo evidencia la ola de represiones que ahora mismo se desata en la isla
para con todos los grupos opositores o la llamada ciberdisidencia).

¿Qué nos resta?

No lo sé, les confieso que ahora mismo no tengo la respuesta, ni
siquiera una propuesta. Me sumo a todos los proyectos que proponen el
cambio. No arengo (y aclaro) a métodos violentos.

Sin embargo recuerdo mis clases de historia, cuando estudiábamos las
causas del estallido de la guerra de Independencia, o las razones
expuestas por el mismo Fidel, para iniciar la Revolución. En ambas se
significaba la imposibilidad del diálogo y el entendimiento con las
clases dominantes.

Y repito, no proclamo el empleo de la fuerza, pero el tiempo dirá la
última palabra. Si este artículo, no cuesta accidentalmente un árbol en
mi camino.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=69649

No hay comentarios:

Publicar un comentario