Para que el mañana exista

Para que el mañana exista
[04-07-2012]
Angélica Mora

(www.miscelaneasdecuba.net).- Una brisa democrática está soplando
insistentemente sobre América Latina y está perturbando las pretensiones
izquierdistas, que hasta ahora han dominado la región.

Pareciera que lento, pero seguro, se está produciendo el despertar de
las conciencias ciudadanas y se advierte un afianzamiento de la
democracia, como lo han demostrado Paraguay y ahora México con su
elección presidencial.

Clarificando el ambiente Uruguay acaba de destapar la olla de grillos
cocinada por Miraflores en la crisis de Paraguay. El gobierno uruguayo
reveló que aceptó el ingreso de Venezuela como miembro pleno del
Mercosur como parte de "una negociación" en la que exigió que no se
impusieran sanciones económicas a Paraguay.
Hoy, al quedar destapada esta nueva Caja de Pandora, no está dicha la
última palabra sobre ese ingreso realizado por carambola política.

La nueva tendencia que se mueve en este momento es dejar de lado la
línea trazada por los gobiernos de Cuba y Venezuela.
Este impulso renovador está produciendo escalofríos en esos regímenes,
obstinados en su propósito de apoderarse de toda la región.

La Habana ha usado su aporte logístico y Caracas ha empleado fondos del
patrimonio nacional para poner el plan en marcha, especialmente en los
procesos electorales.

Chile se les escapó de las manos en 1973 y de nuevo en las elecciones
presidenciales del 2010.

Es sabido que la cúpula gobernante cubana hace viajar a líderes
estudiantiles chilenos a la Isla para impartirles instrucciones de
adoctrinamiento a la masa estudiantil de esa nación andina. Y Hugo
Chávez usa su chequera para pagar los gastos.

El caso de Honduras, que luchó por zafarse del yugo de José Manuel
Zelaya, acólito del Clan Cuba-Venezuela, fue una vergüenza regional por
la injerencia que tuvo Caracas en su desenlace.

Con México, había la convicción de que se incorporaría al Eje socialista
con el triunfo, en las elecciones presidenciales del pasado domingo, de
Andrés Manuel López Labrador.

El candidato rojo perdió, pese a que había recibido el permiso de negar
su amistad con Hugo Chávez, para no atemorizar al electorado.

Antes que el gallo cantara tres veces, López Labrador afirmó que no
conocía al presidente de Venezuela, Hugo Chávez:
"Nunca he hablado con él ni por teléfono", aseguró.

Pero el pueblo no le creyó y el temor a que en México pudiera ocurrir
"lo que en Venezuela y Cuba", prevaleció en las mentes del electorado en
el momento de depositar su sufragio.

Venezuela por su parte, está despertando de la pesadilla de 13 años de
gobierno chavista.

Los argentinos y bolivianos están diciéndole ¡basta ya!, a sus
respectivos gobernantes.

Con graves problemas en las naciones que conforman el clan Caracas-La
Habana, pareciera que el ciudadano de a pie no quiere perder el camino
democrático, pese a todas las fallas de la estructura política.

La motivación de los pueblos es su fuerte convicción que la democracia
permite el devenir de los gobiernos.

La gran mayoría está comprendiendo que la izquierda, apenas llega al
sillón presidencial de cualquier país, cierra esa puerta para
mantenerse en el poder para siempre.

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