jueves, 19 de julio de 2012

Isla pobre y cancillería rica

Política

Isla pobre y cancillería rica
Gabriel C. Salvia
Buenos Aires 19-07-2012 - 1:42 pm.

Cuba es el país latinoamericano con más embajadas en el mundo,
imprescindibles al régimen para su 'diplomacia paralela'.

Cualquier persona que visite Cuba notará que se encuentra en un país con
una infraestructura que lo caracteriza como pobre, en especial en
materia de obra pública, transporte y servicios, e incluso registrando
los peores déficits sanitarios, como el actual brote de cólera. Al
respecto, luego de más de medio siglo en el poder de la dictadura de los
hermanos Castro, es poco serio atribuirle las carencias que sufre la
población cubana al embargo norteamericano, en lugar de reconocer a los
verdaderos responsables de la situación social y la falta de desarrollo
interno en la Isla.

Hay que recordar que hasta 1992 Cuba formó parte del imperio de la Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas y ello le permitió vivir subsidiada
por tres décadas. Y como puede apreciarse ingresando al Organismo
Nacional de Estadísticas de Cuba, este país mantiene relaciones
comerciales globales, incluso con EE UU. Es decir, Cuba no está aislada
desde el punto de vista del comercio internacional.

Y políticamente, muchísimo menos. Una evidencia la ofrece el propio
sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, informando
que "tiene relaciones diplomáticas con 187 países. Dispone de 148
Representaciones en el exterior en 121 países, de ellas, 120 Embajadas,
1 Sección de Intereses, 20 Consulados, 4 Oficinas Diplomáticas y 4
Representaciones ante Organismos Internacionales".

De esta manera, Cuba es el país de América Latina con mayor cantidad de
embajadas en todo el mundo, seguida de Brasil con 119. Sin embargo, las
diferencias entre Cuba y Brasil son enormes. Cuba tiene una población
11.253.665 habitantes, mientras que Brasil está por llegar a los 200
millones con un PBI per cápita de US$ 10.716 (2010), con acceso a agua
potable para el 97% de la población (2008) y registrando 104,10
suscriptores de telefonía móvil por cada 100 habitantes.

Además de las mencionadas diferencias, Brasil es un actor relevante en
la política internacional, lo cual no le hace disponer embajadas en
países como Camboya, Corea del Norte, Djibouti, Gambia, Laos y Yemen,
donde Cuba sí cuenta con embajada propia.

Por otra parte, Chile, el país de la región más abierto al mundo en
materia comercial y con una población mayor a la de Cuba, cuenta con 69
embajadas, y Argentina, con 44 millones de habitantes, dispone de 79
embajadas en el exterior, mientras que México —junto con Brasil, el país
de mayor peso en América Latina— registra 74 embajadas en todo el mundo.

Como puede apreciarse, a simple vista resulta desproporcionada la
cantidad de embajadas que tiene Cuba en todo el mundo, al compararlas
con países latinoamericanos como Brasil, México, Argentina y Chile.
Entonces surgen varias preguntas que el régimen cubano y sus aliados
internacionales deberían responder. Para empezar: ¿Cuál es el
presupuesto anual que destina Cuba a mantener tantas embajadas? Y
seguidamente, ¿No existen otras prioridades sociales en Cuba para
asignar internamente el gasto que utiliza para mantener embajadas en
lugares remotos y donde no están presentes países mucho más importantes
de América Latina e incluso naciones desarrolladas como Holanda y Suecia?

La respuesta es muy simple. Al disponer internamente de un sistema
férreamente represivo, con medios de comunicación monopólicos y
propagandísticos, la población cubana vive con miedo y aislada del
mundo, por lo cual la principal oposición y condena que recibe el
régimen de los hermanos Castro proviene del exterior a través de
organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación,
intelectuales, algunos gobiernos y ocasionalmente organismos
internacionales.

En consecuencia, la dictadura cubana dedica enormes recursos y
actividades de "diplomacia paralela" —para nada desinteresadas— en sus
relaciones internacionales, con el objetivo de obtener un apoyo que le
brinde una legitimidad de la cual internamente carece desde la
perspectiva del respeto a las libertades democráticas. Esta suerte de
"clientelismo político internacional" Cuba lo combina con campañas
"orwellianas" frente a las supuestas amenazas externas que recibe y que
en la actualidad tiene como eje a los cinco espías que se encuentran
encarcelados en Estados Unidos precisamente por realizar espionaje y que
el régimen castrista los presenta como "héroes antiterroristas".

Los resultados más elocuentes sobre la eficacia de este costoso
"imperialismo diplomático" se registran, por ejemplo, en la votación
anual en la Asamblea General de la ONU, donde la dictadura cubana logra
un apoyo abrumador en la resolución de condena al embargo norteamericano
a la Isla; y en su incorporación como miembro del Consejo de Derechos
Humanos de la ONU, logrando incluso la reelección gracias al respaldo de
dos tercios de los países del mundo.

Con este sencillo ejemplo basado en información oficial, es decir
objetiva, no quedan dudas sobre lo poco que le importa su pueblo a la
nomenklatura castrista y la responsabilidad que tiene la comunidad
internacional en la perpetuación de esta dictadura en el poder por más
de medio siglo. De la misma manera, tampoco quedan dudas del carácter
"imperial" de la revolución cubana al practicar la extensión política
del dominio de Cuba sobre otros países.

http://www.diariodecuba.com/cuba/12122-isla-pobre-y-cancilleria-rica

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