domingo, 15 de julio de 2012

En Cuba elecciones generales sin libertad para obrar

Elecciones

En Cuba elecciones generales sin libertad para obrar

En Cuba existe un solo programa político, y los candidatos designados
desde el Partido Comunista se "propondrán" en las asambleas a nivel de
base-circunscripción, donde serán aprobados a mano alzada

Miriam Leiva, La Habana | 13/07/2012 10:42 am

Una nueva campaña mediática sobre las elecciones en Cuba destinada a la
opinión pública internacional se inició, ante la indiferencia de los
cubanos, acostumbrados al prolongado ejercicio de relaciones públicas de
las autoridades y la asistencia compulsada a depositar su boleta en la
urna colocada a pocos pasos de su hogar, como garantía de que el Comité
de Defensa de la Revolución de la cuadra visitará a los lentos o remisos
para enarbolar el casi 100 % de participación a nivel nacional.

El Consejo de Estado convocó elecciones generales según una nota
publicada en los medios el 5 de julio. Se especificó que para elegir a
los delegados a las asambleas municipales del Poder Popular por un
término de dos años y medio se efectuarán el 21 de octubre y la segunda
vuelta el día 28. Sin embargo para los delegados provinciales y los
diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, por un período de 5
años, la fecha será dispuesta posteriormente. Dos días después se
publicaron imágenes del acto de constitución y toma de posesión de la
Comisión Electoral Nacional, designada por el Consejo. La integración
fue anunciada por Homero Acosta Álvarez, secretario del mismo, que
presenció la firma del juramento.

Las palabras finales de la actividad, efectuada el 6 de julio,
estuvieron a cargo de Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea
Nacional, quien manifestó que en el camino hacia la actualización y el
perfeccionamiento de modelo económico son vitales el lugar y el alcance
que tendrá el proceso de elecciones generales en marcha, y en particular
el papel de la CEN, como máximo responsable, y que "calificáramos como
una batalla política", según reportó el diario Juventud Rebelde.

En Cuba existe un solo programa político, y los candidatos designados
desde el Partido Comunista, se "propondrán" en las asambleas a nivel de
base-circunscripción, donde serán aprobados a mano alzada, sin que
argumenten opciones diferentes a las estipuladas en el Congreso de ese
único partido, ni siquiera como recomendaciones para estimular la
participación ciudadana en su eventual mejoramiento. Aunque en nuestro
país para todo se esgrime la guerra contra las administraciones de
Estados Unidos, la calificación de batalla política a estas elecciones
denota que la conflagración será contra el pueblo, y parece una reacción
al ambiente de insatisfacción y pérdida de confianza de la ciudadanía
respecto a las autoridades, que pasaron de las promesas a la postergación.

No obstante, es notorio el carácter formal del Presidente y la Asamblea
Nacional del Poder Popular, cuyos diputados siempre han aprobado por
unanimidad los proyectos, y los debates publicados no han pasado de
supuestos análisis sobre asuntos de gran malestar público, o los
comentarios, conocidos como bolas, abordados como críticas osadas a
sucesos inadmisibles por la moral socialista. La inoperancia de los
delegados a nivel de circunscripción y municipal se aprecia a simple
vista en las calles llenas de huecos, las aguas albañales desparramadas,
los edificios en ruinas, las industrias y la agricultura que no
producen, para lo que ellos solo recogen las quejas y traen respuestas
evasivas a la próxima reunión, cada vez menos concurrida porque hace
muchos años que se escuchan las mismas tonterías. Supuestamente, se está
experimentando con otorgar mayores potestades en las nuevas provincias
de Mayabeque y Artemisa. Sin embargo, acordar que el partido no suplante
las funciones de esas organizaciones, como tampoco de las
administraciones, no elimina la interferencia evidente en la sola
posibilidad de ejecutar sus decisiones.

Desde hace meses las Mesas Redondas de Cubadebate en la televisión, y
los demás medios, exponen y critican los procesos electorales en todas
partes, con particular detalles muy negativos a España, Grecia, México y
Libia, aunque tendenciosas favorablemente hacia Putin en Rusia. Pero se
intensificará con la comparación bien explicita de las bondades del
sistema cubano en relación con el norteamericano. El desguace comenzó
durante la contienda para seleccionar el candidato republicano y el
ensañamiento contra Barack Obama, evidencia del interés por lograr
reproducción en los más renombrados medios de Estados Unidos, en
particular de Fidel Castro con sus Reflexiones. No hay que ser muy
avezado en política para percatarse de la intensión de perjudicar al
actual mandatario, cuyas medidas para facilitar el acercamiento de los
cubanoamericanos y estadounidenses al pueblo cubano está rindiendo
frutos, inconvenientes para el totalitarismo isleño. Una victoria
republicana, con el retorno a las políticas de aislamiento sienta de
maravilla a quienes han mantenido el poder absoluto en gran parte
gracias al decrépito embargo.

Ciertamente en Cuba no se hace campaña electoral, ni siquiera los
candidatos exponen sus programas. Apenas se ven sus fotos y biografías
en los lugares donde se exhiben las listas de votantes para que los
interesados puedan solicitar corrección a los datos personales. Donde se
critican despreciativamente los gastos en otros países, el Estado
destina un presupuesto electoral y se desarrolla una aplicación
informática como soporte técnico. Derroches para escenificar una farsa
en una nación donde los resultados están garantizados e Internet es
monopolio de la élite gobernante, pues muy pocos ciudadanos tienen
acceso en sus hogares y los sitios públicos son escasos y muy caros.
Bien podrían continuar utilizando los sistemas arcaicos en casi todo el
mundo, y las bondadosas palomas mensajeras.

Tienen derecho a ser elegidos los ciudadanos cubanos, hombres y mujeres,
que se hallen en pleno goce de sus derechos políticos, según el Artículo
134 de la Constitución. No obstante, en Cuba los derechos políticos se
coartan bajo la acusación de contrarrevolucionario o mercenario al
servicio del imperialismo yanqui, simplemente por emitir una opinión
distinta a la oficial. Los insultos en las asambleas y los linchamientos
políticos en los mítines de repudio con agresiones verbales y hasta
físicas, podrían ser parte de la batalla proclamada por Ricardo Alarcón,
quien sabe que está en juego su reelección. Presidente de una asamblea
donde democracia es una palabra soez.

http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/en-cuba-elecciones-generales-sin-libertad-para-obrar-278465

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