martes, 17 de julio de 2012

De la irresponsabilidad al crimen

De la irresponsabilidad al crimen
Martes, Julio 17, 2012 | Por Leonardo Calvo Cardenas

LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -Como si no fueran suficientes
los traumas y tragedias que cotidianamente enfrenta la sociedad cubana
al parecer varios casos de cólera han sido registrados en algunas
regiones del país, lo cual ha generado lógica alarma entre la población
y vuelve a demostrar la indolencia irresponsable del alto liderazgo del
país.

Hace pocos días el gobierno cubano reconoció hacia el exterior la
existencia del brote de la enfermedad en la región oriental del país.
Sin embargo las autoridades y sus voceros guardan silencio y se
abstienen de brindar una información oficial y precisa a través de los
medios informativos, con lo cual alimentan los rumores y las
especulaciones, además de provocar la natural inquietud de la población.

Varios testimonios y trascendidos callejeros hablan de la epidemia ya
extendida por algunas localidades del país, dan cuenta de algún que otro
posible fallecido y del inminente cierre de las cafeterías particulares.

Lo cierto es que fuentes provenientes del sistema de salud de la capital
aseguran que ya cunde la alarma entre los funcionarios encargados y al
finalizar la primera semana del mes de julio fueron cerrados los
expendios particulares de alimentos ligeros en la localidad de El Wajay
al sur de la ciudad.

Más allá de los alcances reales de la presencia de la enfermedad en la
Isla resulta bien lamentable la actitud de las autoridades cubanas que
una vez más demuestran total desprecio por sus ciudadanos al no ponerse
a tono con las circunstancias y demostrar honestidad responsable para
informar de manera inmediata y veraz sobre un tema en extremo delicado.

La mentira, la omisión, el ocultamiento y la manipulación mas descarnada
constituyen las actitudes naturales del liderazgo castrista a lo largo
de toda su larga y triste historia, pero cuando se trata de la salud de
las personas un comportamiento tan miserable adquiere matices criminales.

Tal vez el crimen de ocultamiento indolente mas sonado de la historia y
que reafirmó como de manera fría los comunistas en el poder colocan sus
intereses por encima de la integridad humana fue la manera en que los
dirigentes soviéticos en 1986 negaron la información sobre el accidente
nuclear de Chernóbil mientras la radiaciones se extendían por vastas
regiones de Rusia, Bielorrusia y Ukrania para marcar con su secuela
tóxica a varias generaciones.

Por su parte los gobernantes cubanos, siempre carentes de honestidad y
persistentemente divorciados de la verdad, nunca han reconocido la
incidencia de las intervenciones militares en África en la propagación
del VIH en la Isla; durante muchos años han ocultado las sucesivas
epidemias de dengue que han golpeado al país. Tan grave ha llegado a ser
el alcance de esta peligrosa enfermedad tropical que las autoridades
sanitarias, además de áreas hospitalarias reservadas y barrios en
cuarentena, se han visto obligadas a lanzar a las calles brigadas de
estudiantes de medicina en periplo casa por casa de las zonas
"complicadas" para tomar la temperatura a cada ciudadano, pero siempre
sin aceptar la existencia de la epidemia y sin dar un reporte oficial
sobre la misma, hasta llegar incluso a negar el diagnostico a muchos
pacientes.

El dengue entró por primera vez en 1981con una grave epidemia que costó
más de cien muertos, incluso algunas decenas de niños. En esa ocasión,
ni corto ni perezoso, el máximo líder no perdió oportunidad de culpar al
"imperialismo yanqui" de la tragedia. Sin embargo la epidemia hizo su
aparición en la Isla solo pocos meses después del triunfo de la
revolución sandinista en Nicaragua (julio 1979), en el momento en que la
injerencia internacionalista cubana en este país y el Salvador generó un
intenso trasiego de personas entre Cuba y Centroamérica.

Desde entonces, con sucesivas oleadas el dengue nunca ha abandonado
estas tierras, pero con independencia de la dimensión del brote el
gobierno cubano no reconoce abiertamente su existencia. En 1997 las
autoridades llegaron al colmo de condenar a ocho años de prisión al Dr.
Dessy Mendosa, entonces presidente del ilegal Colegio Médico de Santiago
de Cuba, por reportar de manera documentada la epidemia que en aquel
momento golpeaba a la oriental provincia.

La fría noche del 12 de enero de 2010 casi cincuenta pacientes del
Hospital Psiquiátrico de La Habana, popularmente conocido como Mazorra,
perdieron lo que les quedaba de vida en deplorables condiciones. Después
que el testimonio gráfico de la desnutrición y las golpizas habían
recorrido el mundo, las autoridades emitieron un ridículo comunicado
donde trataban de explicar cómo decenas de personas se enfermaron y
murieron de lo mismo en una sola noche. El crimen volvió despejar
cualquier duda sobre la inhumanidad y el cinismo de los jerarcas de La
Habana, generó la indignación de toda la sociedad, indignación que se
multiplicó cuando José Ramón Balaguer, entonces ministro de Salud y
dirigente histórico fue trasladado a otra responsabilidad política sin
rendir cuentas por la masacre.

Hace pocos meses los gobernantes cubanos no tuvieron el valor de aceptar
públicamente que eran menores de edad las víctimas sepultadas bajo los
escombros de un céntrico edificio habanero que se desplomó estrepitosamente.

Está claro que reconocer abierta y honestamente el alcance y la
dimensión de enfermedades trasmisibles puede llegar a comprometer la
entrada de los turistas extranjeros que el gobierno cubano tanto
necesita para mal maquillar la caótica economía nacional, además de
reafirmar cuanto de fracaso e incapacidad hay en la realidad de un
sector, como la salud pública, asumido como vitrina del sistema.

Muchos ciudadanos cuestionan abiertamente la irresponsabilidad de las
autoridades que llevan y traen personas de naciones con alta presencia
de enfermedades trasmisibles sin activar la pertinente cuarentena
preventiva.

A estas alturas no sabemos si el cólera se unirá al dengue, a las
reaparecidas tuberculosis y lepra para profundizar la tragedia del
pueblo cubano, pero algo queda claro una vez más: Los cubanos estamos
indefensos y a merced de la indolencia criminal de unos gobernantes a
los que solo les interesa eternizar su poder y hegemonía.

elical2004@yahoo.es

http://www.cubanet.org/articulos/de-la-irresponsabilidad-al-crimen/

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