jueves, 19 de julio de 2012

Colapsa mi Consultorio del Médico de la Familia

Colapsa mi Consultorio del Médico de la Familia
julio 18, 2012
Isbel Díaz Torres

HAVANA TIMES — Mi ceiba murió por un consultorio médico que hoy se viene
abajo. Cada día lo veo cómo pierde alguna ventana, o como cae un trozo
de techo, sin que la comunidad de San Agustín haga nada para recuperarlo.

Es entonces que miro hacia el lado y veo el cadáver de mi vieja ceiba,
ya carbonizada por los incendiarios de la cuadra, y recuerdo la
injusticia de su asesinato, ahora más injustificado todavía.

Es que el legendario árbol fue talado a instancias de la doctora de ese
Consultorio del Médico de la Familia. Ella y su esposo temían que una de
las gruesas y gigantescas ramas de la ceiba, rebosante de vigor, cayera
sobre el consultorio y lo destruyera.

Podaron el gran árbol hasta dejarlo como un obelisco. Primero la rama
que daba hacia el consultorio, después la que se le oponía, para lograr
el equilibrio, después otra, y otra, todas fueron cayendo con gran
estruendo, a fin de salvar el inmueble.

Nunca la ceiba dañó a la pequeña casa de dos plantas, sin embargo el
consultorio está hoy destruido. La obra de cientos de años de la
naturaleza fue cambiada por una construcción mediocre, de diseño
seriado, sin que la comunidad tuviera sentido de pertenencia hacia ella.

Por su puesto, hace alrededor de 4 años que la doctora y su esposo
abandonaron el local. Ambos estudiaron conmigo en la primaria. Roberto
(el esposo) era mi amigo y se sentaba junto a mí en el aula, éramos los
alumnos modelos.

La doctora también era de mi aula, una muchachita muy inteligente y
frágil, con gafas gruesas. Mis amigos de la primaria mataron a mi ceiba
de toda mi vida, para después irse y abandonar el lugar que
supuestamente habían protegido. Terrible ¿no creen?

No se sabe quiénes construyeron aquel Consultorio. La gente recuerda que
fue uno de esos maratones de la Revolución, por allá por 1985, cuando
empezaron a construir estas casitas por todas partes, con mucho apurado,
para entregarlos el 26 de julio, o para "regalárselos a Fidel el día de
su cumpleaños". ¿? Solo eso.

Pero bueno… después que se fueron los médicos en la casa se metió el
vicepresidente del Consejo Popular de San Agustín con su familia, quien
vivió allí por más de dos años. Un tipo desconocido por todos, pues no
era del barrio.

Cuando se fue, pues ahí quedó la casa. Quienes la necesitábamos no
podíamos repararla para vivir en ella. Sencillamente había que mirar
cómo poco a poco se fueron robando las puertas, las ventanas, el
inodoro, el fregadero, las lámparas, los tomacorrientes, los cristales…

Entré a tomarle unas fotos en estos días, y al día siguiente parte del
techo se vino abajo. Pude haber sido víctima de un accidente, que
felizmente no sucedió.

Mi ceiba murió para que hoy tuviéramos este potencial basurero en el
parque. El consultorio es también un potencial montón de escombros
ahora. La gente de la comunidad pasa, mira, sigue su camino.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=67589

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